‘Ya no estoy aquí’, las realidades de Monterrey
Camino a los Goya 2021
Ya no estoy aquí es una película única. Un excelente retrato de la contracultura de Monterrey. De la juventud. Del cambio y de la inmigración.
Fernando Frías, consigue con su segunda película una gesta reservada solo para unos pocos: realizar una obra de culto inmediato. Una pieza que perdurará y servirá como referencia a numerosos cineastas y artistas de todo el mundo.
Ya no estoy aquí te acompaña mucho tiempo después de haberla visto. Cuando la visionas te agarra con tanta fuerza que no solo te impide dejar de mirar la pantalla, sino que también te va modificando por dentro. Poco a poco reconduce tu emoción hacía donde ella quiere. A un lugar en el que poder ver todo el cuadro completo, no solo una parte. A un lugar que solo pudiste visitar, por suerte o por desgracia, en tu juventud.
Camino al cambio
La película nos habla de la realidad de Ulises, un joven que pertenece a “Los Terkos”, una banda de Monterrey que pasa la mayor parte del tiempo, entre trapicheo y trapicheo, bailando. Bailan cumbia, cumbia rebajada. En Monterrey hubo una subcultura urbana llamada “Kolombia” en la que no solo se bailaban cumbias o vallenatos también se vestía con ropa inspirada en los mestizos o indígenas originarios de Colombia, los “cholos”.
“Los Terkos” no suelen meterse con nadie, menudean con droga, pero no para ser ricos mafiosos sino para poder comprar discos, beber unos “chescos” (refrescos) y poco más.
Ulises es muy conocido y respetado en el barrio por su extremo look y su destreza a la hora de bailar cumbia rebajada.
Todo cambia un día en su instituto cuando un chico que pertenece a un cártel, le prohíbe y advierte a Ulises y a uno de sus amigos que venda droga.
Ulises, haciendo uso de la osadía que se le presupone a la juventud, no se toma muy en serio las advertencias. Eso hace que la represalia del cártel se cobre con sangre.
Ulises para no comprometer a su humilde familia, emigra a New York en el maletero de un pequeño bus. Allí trabajará en la construcción, conocerá a una chica asiática que le ayudará en su estancia y descubrirá lo que significa perder tu identidad y tu pasado.
A los meses de haberse ido, decide volver buscando esa identidad y ese pasado. Lo que encontrará poco tiene que ver con lo que dejó.
La cumbia como resorte
La cumbia fue el resorte de Ulises a la vida. Una cumbia rebajada, más lenta, para no parar de bailar, para no dejar de ser joven. No dejar de ser “Terko”.
El reparto de Ya no estoy aquí es increíble. Un casting soberbio protagonizado por actores nóveles junto a otros con experiencia que consigue elevar el realismo de la película a tasas de documental. Ojo a Daniel García, el actor protagonista, habrá que seguirle los pasos.
Fernando Frías utiliza la cámara con seguridad y maestría ofreciéndonos un espectáculo cinematográfico de primer nivel y una historia tan difícil de explicar como de olvidar.
Se puede ver en Netflix, está nominada a los Goya y es la candidata mexicana a los Oscar. Le deseamos la mejor de las suertes.
¡Saludos furiosos!