‘Vicious Fun’, los 80 nunca mueren
Inaugurando la sección Noves Visions del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, Vicious Fun nos ha sorprendido como una divertidísima película ambientada en los 80 (sí, otra vez) llena de reminiscencias a otras cintas del género.
La peli nos pone en la piel de Joel, un joven apasionado del cine de terror que dirige una revista especializada sobre el tema y que, además, está enamorado de su compi de piso. Es un poco freak y ya sabéis que en los 80 los freaks no eran guais. No os explicaré cómo, pero Joel acabará en una reunión terapéutica de psycho killers. A partir de ahí todo se le complica aún más
La nueva cinta que produce Black Fawn es una comedia negrísima que nos recordará a otras películas como The Final girls (2015) o Verano del 84 (2018). La verdad es que últimamente no paran de aparecer subproductos con títulos hechos con luces de neón y jóvenes en bicicletas.
Vicius Fun es otra de ellas, pero en este caso, sin chicos montados en bicicletas. Por su ambientación, la película nos recuerda a Golpe en la pequeña china (1986) de John Carpenter. Máquinas de humo a diestro y siniestro, muchos neones, una excelente fotografía, el vestuario de la época, polis con bigote y música de sintetizadores, no da lugar a dudas, son los 80.
Vicious Fun: Unidos se hace la fuerza
El grupo de asesinos, como ocurre en Una pandilla alucinante (1987) o El Museo de Cera (1988), juega a la reunión de villanos. En este caso diferentes tipos de asesinos, desde un tipo que podría ser Mike Myers o Jason, pasando por payasos asesinos, militares locos o el jefe de todos ellos, que parece representar a Patrick Bateman de America Psycho (2000) y está interpretado por uno de los clones masculinos de Orphan Black, Ari Millen. Su trabajo está aún más sobreactuado que el de Christian Bale.
A su protagonista, Evan March, lo pudimos ver en Shazam. Su personaje lo interpreta con las dosis necesarias de comedia, patetismo y carisma necesarias para engancharnos a la peli. También fue disfrutable el trabajo de Amber Goldfarb interpretando a su personaje, una asesina, digamos que… particular.
Su director, Cody Calahan, es miembro de la productora Black Fawn Films, puntal de la escena de género canadiense, ha dirigido Antisocial y Antisocial 2, entre otras. También ha producido películas como Bite y The Heretics.
En resumidas cuentas, podríamos decir que Vicious Fun es una película que hace honor a su nombre, divertida. Con momentos muy gore y bizarros, con muy buen ritmo, la disfrutas de un tiro y con una premisa original. Pero a la película le faltan interpretaciones de más calado y conseguir emocionarnos de alguna manera. Con esos elementos podría haber sido una sorpresa como fue The Final girls.