¿Vas a permitir que la tecnología tome el poder? Cuando la vida pasa más allá de tu smartphone

“La verdadera revolución tecnológica es aprender a usar la tecnología”, asegura Diana Orero, especialista en relaciones digitales y comportamiento humano (Humanity Manager). Sí, como quienes gestionan las redes sociales, pero, en este caso, en el cuerpo a cuerpo, en el tú a tú, en la emoción y el comportamiento de las personas más allá de la tecnología o a pesar de ella.

Diana Orero es también autora del libro FU-TURISTA ¿Inteligencia artificial o estupidez humana?, en el que reflexiona (y nos hace reflexionar) acerca del presente y el futuro tecnológico. Su objetivo no es otro que el de ayudarnos a tener una relación sana con la tecnología. Que seamos conscientes del impacto que tiene en nuestras vidas y también capaces de hacer un uso responsable de ella para extraer todas sus virtudes sin perdernos en sus vicios.

El devenir tecnológico

No sabemos cómo será el futuro. No tenemos una bola de cristal a lo Bruja Avería, ni el afán de ser las Nostradamus del siglo XXI. Vivimos en un momento de cambios rápidos y, en muchos casos, inesperados para el común de los mortales. Cuando comenzamos a acostumbrarnos a una tecnología, ya han surgido cinco nuevas formas de hacer lo que hacíamos hace dos minutos y a punto están de aparecer otras diez que vaticinan cambiar nuestras vidas para siempre. ¿Pero es eso lo que queremos?

Hablar con Diana Orero, además de ser un placer, es una ventana abierta a la reflexión acerca de cómo nos relacionamos los seres humanos con la tecnología y, sobre todo, cómo deberíamos relacionarnos para ser más felices y no quedar atrapados en sus pecados capitales. “La tecnología moldea más nuestro comportamiento que las leyes. ¿Te abrochas el cinturón porque lo dice la ley o por el pitido irritante que produce tu coche?”, nos pregunta Diana.

Devolver el poder a las personas (y restárselo a la tecnología)

¿Hasta qué punto los algoritmos condicionan o reconducen las decisiones que tomamos en nuestro día a día? Diana Orero nos explica cómo los algoritmos entienden muy bien quienes somos, pero no tanto quienes queremos ser. “Las personas estamos hechas de materia, pero también de información. Personalmente me da miedo que esa información la elija la propia tecnología y no nosotros mismos. El tema es que la tecnología lo hace todo más fácil, pero pienso que precisamente esa facilidad en el caballo de Troya de la tecnología. El algoritmo entiende cómo somos, pero no tanto quienes queremos ser. Tendemos a decantarnos por lo fácil, pero quizá no por lo mejor. Con este libro trato de devolver el poder a las personas”.

La tecnología nos ha hecho la vida más fácil, pero ¿también más feliz? Tenemos a nuestro alcance una tecnología ilimitada, pero si no aprendemos a manejarla, su uso sin consciencia puede acabar traduciéndose en ansiedad, frustración e incluso depresión.

Analfabetos digitales

“Los nuevos analfabetos digitales no son los que no saben entrar en internet, son los que no saben salir. No somos hijos de nuestro tiempo, somos sus padres, y las decisiones que tomamos hoy afectan y afectarán a nuestra forma de vivir. Tenemos un cochazo como es Internet, pero debemos aprender a conducirlo para que nos lleve a los mejores lugares”, añade Diana.

Casi sin darnos cuenta, estamos cada vez más enganchados a los placeres rápidos e inmediatos que nos proporciona la tecnología, a esa dopamina (hormona del placer) que aporta mini chutes de felicidad efímera. Sin embargo, tendemos a descuidar la serotonina, la hormona de la felicidad, que requiere de un mayor esfuerzo por nuestra parte, pero que nos ofrece un bienestar continuado en el tiempo.

El libro FU-TURISTA ¿Inteligencia artificial o estupidez humana? de Diana Orero es tan interesante como necesario para ser conscientes, para darnos cuenta, para aprender, en definitiva, a usar la tecnología a nuestro favor y ponerle los frenos necesarios para que no tome el poder.

Índice BEAT: medir el impacto de la tecnología en los seres humanos

En este sentido, en Fu-turista se presenta el Índice BEAT, diseñado para medir el impacto de la tecnología en los seres humanos y ayudarnos a tomar mejores decisiones a la hora de consumir tecnología. “Internet y la tecnología lo miden todo, pero ¿quién mide a Internet, el impacto que la tecnología tiene en nosotros?”.

El Índice BEAT nos da información intuitiva sobre la tecnología, como una etiqueta de ingredientes nos la da sobre los alimentos que consumismos, definiendo el impacto que puede tener su uso en nuestro comportamiento y en nuestro estado de ánimo. Todo ello para ayudarnos a ser más responsables cuando utilizamos la tecnología que consumimos y también para invitar a las empresas a diseñar tecnología de forma más responsable. No sólo pensando en cómo impacta en sus cuentas de resultados, sino también en la salud mental y física de los usuarios.

El Índice BEAT funciona igual que las estrellas de los hoteles, pero en vez de usar estrellas, utiliza ‘BEAT’ (latidos, en inglés) porque en cierta forma los latidos son la medida de la vida. “Se hace necesario usar herramientas como el Índice BEAT que nos ayuden a elegir la tecnología que usamos como si pudiera cambiar nuestra vida, porque puede cambiar nuestra vida”.

¿Quién es Diana Orero?

Diana Orero es especialista en relaciones digitales y comportamiento humano (Humanity manager). Durante los últimos cinco años ha investigado cómo el lenguaje cambia nuestro comportamiento y cómo la tecnología es un lenguaje en sí mismo, que es necesario aprender. Es especialista en identidad narrativa, creatividad y comunicación.

Además, es emprendedora en Stelliumlab, donde alinea talento en torno a proyectos tecnológicos y de comunicación, speaker y formadora. Orero es también autora de los libros: Inspiritismo: creatividad para la empresa y para la vida, editado por Alienta (Planeta) y Todo Cuenta, de la editorial Létrame. Máster en programación neurolingüística con DBM (Developmental Behavioural Modelling), MBA por la Universidad Comercial de Deusto, Audencia Nantes Ecole de Management y Bradford School of Management con la especialidad de Comunicación.