‘Todo esto era nuestro’: vivir el amor (y el desamor) sin miedo
Paula Carvajal (Bogotá, 1995) es la autora de Todo esto era nuestro (Planeta Cómic), su primera novela gráfica. Una historia de amor sin prejuicios ni miedos, pero también de desamor, con la sombra de los problemas mentales no tratados como telón de fondo.
Carvajal ha creado una historia sencilla, tanto en el desarrollo como en los trazos y colores tranquilos que nos acompañan en cada página. Sin embargo, la complejidad y profundidad de esta novela gráfica la encontramos en la forma en la que se ilustran las emociones y lo intrincado de las relaciones. Todo esto era nuestro aborda un relato tan sencillo y complejo como lo cotidiano, donde los grandes acontecimientos de la vida se entremezclan con las acciones más sencillas y banales. Intuimos que lo de Paula Carvajal no será flor de un día. Te contamos más sobre su obra debut.
Todo esto era nuestro: Paula Carvajal explora el desamor y la salud mental
Paula Carvajal es vegetariana y sueña con tener una granja llena de gallinas felices. Lo suyo es dibujar. Dibuja y vende sus obras desde que tiene memoria. Abandonó la universidad en 2018 y se dedicó a hacer lo que más le gusta: plasmar sus historias en forma gráfica. Y lo hace con maestría. Como decíamos y aunque no lo parezca, Todo esto era nuestro es su primera novela gráfica. Según sus propias palabras, “guionizada e ilustrada en compañía de sus plantas y su gato imaginario”.
Todo esto era nuestro es la historia de amor de Mónica y Luisa ilustrada a través del paso del tiempo (un tiempo breve, pero intenso). Moni y Lu es como se llaman entre ellas. Moni es una chica introvertida. Se siente relativamente cómoda en su mundo. Un mundo inmóvil habitado por plantas, un gato dormilón y ella misma como único centro de su agotada existencia. Ese es el microcosmos en el que pasa las horas tirada en la cama, mirando por la ventana a través del escritorio o viendo pasar las horas acariciando a su gato.
Moni no se siente feliz. Está terriblemente cansada todo el día y casi todos los días. Apenas tiene fuerzas para levantarse de la cama. La vida se le hace compleja y pesada. Se siente sola y desesperanzada, sin embargo, no piensa que necesite ayuda. Simplemente ha llegado a creer que ella es así, que esa es su forma de ser y, quizá, no hay forma de cambiarla.
Moni y Lu o cómo boicotear una historia de amor
Lu es la antítesis de Moni, lo que no impide que se entiendan y sean la perfecta horma de cada zapato. Lu es extrovertida, divertida y siempre tiene planes en mente y sueños por cumplir. Acaban de ascenderla en su trabajo. Se siente bien estando rodeada de amigos y con mil cosas que hacer. Lu quiere a Moni y la acepta tal y como es. Le gusta ese contrapunto tranquilo. Esa pausa que aporta a su vida. Sin embargo, la oscuridad que habita en la mente de Moni y que aparece cada cierto tiempo (muy bien plasmada en esta novela gráfica) está haciendo mella en la relación entre las dos chicas.
Esa oscuridad mental hace acto de presencia cada vez con más frecuencia. Lo que antes era una situación puntual; ahora se convierte en lo cotidiano. No sabemos con exactitud cuál es el problema mental que padece Moni y que aún está por diagnosticar, pero desde luego, afecta a todos los ámbitos de su vida y la sume en una profunda niebla que la aísla de los demás, pero también de sí misma.
Todo esto era nuestro y el fantasma de la enfermedad mental
Si has conocido algún caso de cerca o si tú misma lo padeces, entenderás bien de lo que estamos hablando. Quien padece una enfermedad mental o un desorden puntual de salud mental vive en un sufrimiento muy difícil de describir. La forma en la que Paula Carvajal lo ilustra, nos parece muy acertada. Esos trazos negros que conforman una gran nube que lo arrasa todo a su paso…. No solo a quien lo sufre, en este caso el personaje de Mónica, sino también la manera en la que esa oscuridad, esa gran nube de trazos negros más y más compactos, conecta a las personas creando vínculos viciados y dolorosos. Cuanto más pasa el tiempo, más crece la nube y más oscuridad trae a las vidas de quien están bajo sus designios. Un nube negra que acaba por controlar tu vida.
Esta es, por tanto, una historia de amor y desamor que ahonda en los problemas de salud mental. Todo esto era nuestro tiene la profundidad y la magia propias de los amores que perduran a pesar de las dificultades. Un amor que trasciende y que, aunque termine, ayuda a quien lo ha vivido y le permite avanzar. También es una historia de promesas rotas, de sueños compartidos y de futuros inciertos.
Pero, sobre todo, es una historia con final feliz. Encontrar el camino y sanar las heridas propias, en muchas ocasiones, requiere de giros de volante inesperados que nos llevan por largos caminos que debemos transitar solos. Mónica descubre el suyo y consigue el valor para andarlo, aun dejando a Luisa atrás. Así debe ser; y ese puede ser, precisamente, el mayor acto de amor.
Una asignatura pendiente: la salud mental
Los problemas de salud mental continúan siendo un tabú en demasiados entornos. Todavía cuesta decir “necesito ir al psicólogo”. También cuesta identificar estos problemas debido a la falta de educación que hemos recibido en este ámbito. Da miedo, asusta, no lo entendemos. No queremos mirar, preferimos sacarlo de plano y mirar hacia otro lado.
Según la Confederación de Salud Mental de España, los problemas de salud mental afectan a una de cada cuatro personas a lo largo de su vida. Más de un millón de personas adultas padece un trastorno mental grave. En el caso de jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y los 29 años, casi la mitad de ellas y ellos considera haber tenido un problema de salud mental. El 6,7% de la población de nuestro país sufre ansiedad o depresión. Ambas enfermedades afectan en más del doble de los casos a las mujeres. Y otro dato preocupante: más de la mitad de las personas con trastorno mental que necesitan seguir un tratamiento, no lo reciben, y un porcentaje significativo no toma el adecuado.
Novelas gráficas como esta de Paula Carvajal logran acercar los problemas mentales a una parte de la población más joven que puede sentirse identificada y animarse a solicitar ayuda. Un paso necesario para preocuparnos más y mejor de la salud mental y entenderla como un aspecto fundamental y urgente del que ocuparnos.