‘The Wilds’: conspiranoia, islas desiertas, amistad, amor y ocho mujeres
Imagínate Perdidos con adolescentes, sin temas paranormales y cuyas protagonistas son solo mujeres. Pues el resultado es The Wilds (Sarah Streicher, 2020), que puede verse en Amazon Prime Video.
El argumento es sencillo, ocho chicas de diferentes partes de Estados Unidos deciden ir a una especie de campamento de verano, El despertar de Eva, para desconectar de sus vidas (algunas van por voluntad propia y otras obligadas por sus padres). Todas son menores de edad. Entonces, a mitad de vuelo, el avión sufre turbulencias y se cae. Consiguen llegar a una isla tras recobrar la conciencia y tienen que sobrevivir allí con la esperanza de que en algún momento las rescaten.
The Wilds: Cada capítulo una bomba
A partir de aquí se van a suceder una serie de SPOILERS, intentaré que los menos, pero ya queda bajo la responsabilidad del lector.
Como espectador, durante el primer capítulo, tú estás con estas chicas, es decir, piensas y tienes la misma visión que ellas de lo que ha pasado. Sin embargo, al final del primer capítulo descubrimos que no están en esa isla por error, sino que están siendo sujetos en un experimento sociológico/psicológico.
La narración intercala momentos de flashback en los que las chicas están en la isla tratando de no morir, con momentos del presente en los que están siendo sometidas a un supuesto interrogatorio policial, y digo supuesto porque en un par de capítulos te das cuenta de que esos tíos no son polis, sino que están metidos en el ajo. Las retienen allí porque las siguen estudiando y quieren obtener el máximo de información sobre ellas.
Cada capítulo realmente es una maldita bomba. Al acabar te deja un cliffhanger para que no puedas dejar de ver el siguiente y así hasta que en una tarde has visto los 10 capítulos que la componen.
Empatía y amor por las salvajes
Las ocho chicas de la isla están muy bien interpretadas. Cada una tiene una historia, que te van contando en cada capítulo, cada una aporta algo a la isla y la verdad es que después de todas las penurias que pasan las muchachas se les coge verdadero cariño y es imposible no tener tus favoritas.
Hay muchos matices en todo lo que estoy diciendo sobre la ficción, pero es mi afán por no querer hacer demasiado spoiler. El point de toda esta serie no es que estén encerradas en una isla a propósito para ser estudiadas como cobayas, sino que es el hecho de que van descubriéndose poco a poco a sí mismas y a las demás, en un viaje hacia su interior demasiado profundo como para que lo soporte un adulto, imagínate un adolescente.
Todo esto es así porque el propósito de la científica loca que ha puesto en marcha este experimento es demostrar que las mujeres podrían gobernar el mundo de forma pacífica, sin violencia.
El potencial problema
Acostumbrados como estamos en los últimos tiempos a que haya muchas series de una temporada e, incluso, varias temporadas autoconclusivas, yo pensaba que The Wilds iba a ser una de esas.
Al quedar ya solo 10 minutos para el fin del último capítulo ya estaba yo hiperventilándome, y con razón. Porque no, no acabó ahí, no despejaron todas las incógnitas, de hecho, como suele pasar, abrieron muchas más.
La serie renueva por una segunda temporada, pero claro… Streicher corre el riesgo de que The Wilds acabe como Perdidos. La trama es tan intrincada y su verosimilitud pende de un hilo tan fino, que hay dos posibilidades. La primera, que se lo curren a tope, a pesar de los plazos que les dé Amazon Prime Video, y hagan algo incluso mejor que la primera temporada (que ya es decir). La segunda, que se hagan la picha un lío, pierdan el foco y se vaya todo a la puta.
Confío en que la creadora de la serie tuviera ya en mente la segunda temporada casi al tiempo en que se escribió y rodó la primera, pero habrá que esperar, no sé sabe hasta cuándo, para poder desentrañar más esta historia y saber si el resultado es positivo o negativo. De momento y para abrir boca, la primera temporada de The Wilds es brutal para hacerte un maratón un fin de semana.