‘The Sandman’: Las benévolas (parte 9)
Lyta: Busco a las Furias
Furias: Las Furias, no, alhelí. Es un nombre feo. La clase de nombre que usan con las mujeres para tenerlas a raya. (…) Dime, ¿te parecemos furiosas?
Lyta: No. Parecéis gentiles… benévolas.
Neil Gaiman, The Sandman: Las benévolas.
Se acaba el análisis de la obra maestra de Neil Gaiman y se acerca el estreno del Sandman de Netflix. Bienvenidos por penúltima vez al reino de Sueño. En esta ocasión, y como favor especial, quizás os permitan visitar su centro y lugar de residencia: el Castillo.
Es lo que ocurre en la historia corta del mismo nombre que nos introduce los números del 57 al 69 de los que consta este noveno arco: un pequeño tour por el mismo de la mano de sus habitantes.
Algunos ya lo habíamos vivido; todo soñador/a lo visita una vez en la vida, aunque siempre lo olvidamos al despertar.
Y luego entramos a Las benévolas.
La historia que nos conduce al fatal (en la mejor acepción de la palabra, que deriva de la raíz latina fatum: hado o Destino) desenlace en el que convergen todas las tramas sueltas de la colección. O todos esos hechos que parecían casuales y sin mayor repercusión.
Solo tras acabarla se aprecia lo sutil de la urdimbre del tapiz que cual paciente moira nos teje el señor Gaiman.
Su calidad oculta en un ritmo pausado y lleno de múltiples detalles que acaban entretejiéndose con tanta lentitud y firmeza como la de los acontecimientos de la vida.
Únicamente al contemplarlo acabado y con suficiente distancia, podemos entender el dibujo al completo.
Y claro, todo comienza con las Tejedoras. Las Parcas. La tríada mitológica que ya hizo previamente varias apariciones oraculares. Tienen tantos nombres… Tantos como pueblos las mencionan: las Lamias, las Nornas, o Las Euménides, como en la obra de Esquilo (sí, otro título-homenaje a la literatura). Traducido: Las Benévolas. No porque lo sean especialmente, sino porque, como ocurre con el apelativo de la Buena Gente de los seres feéricos, créeme: prefieres ser educado/a porque no quieres verlos cabreados.
Y, por supuesto, está ese viejo nombre griego.
Las Furias
Sí. ¿Esas tres señoras que han estado dando consejos orientativos por toda la serie? Son las mismas Furias que juraron venganza a Orfeo, el hijo de Sueño, por el excesivamente emocionante concierto gratuito en el Hades.
Las Hermanas del Destino, que casualidad (Doncella, Madre, Anciana). Las que urden la madeja de las vidas y cortan su hilo cuando estas terminan.
La verdad, ni la mitología se acaba de poner de acuerdo sobre si son las mismas entidades vistas por distintas tribus, o si Moiras y Furias eran parientes.
Pero bajo el aspecto de las Euménides, los propios mitos las confunden, porque sus atribuciones en los relatos son muy similares.
Así que tras una enigmática introducción que presenta una charla entre las tres Euménides -mucho menos enigmática conociendo su origen-, el hilo del guion nos conduce con los ya conocidos Lyta (Hippolyta) Hall y su hijo Daniel, presentándonos el estado paranoico de la susodicha.
Lyta Hall es una superheroína de DC que ha pasado por reestructuraciones debido a la costumbre de la editorial de modernizar a los personajes reescribiendo su Universo entero, como ocurrió en la saga de Crisis en Tierras Infinitas.
En su origen, hija de Wonder Woman y Steve Trevor, con los poderes de la primera. Tras la Crisis pasa a ser hija de una superheroína de la Edad de Oro que por circunstancias es criada por la madre de la princesa amazona, heredando su nombre, pero no sus poderes.
Estos son los de su auténtica madre, adquirir superfuerza cuando se altera, y de ahí su nombre de superheroico: La Furia. Claro.
Lyta se casa con otro superhéroe, Silver Scarab, (Héctor Hall), que muere en una escaramuza heroica. Pero como narra la serie, por circunstancias el alma de este queda atrapada en una burbuja de sueños perteneciente al hermano de Rose Walker, creada por las pesadillas en fuga Bruto y Glob durante el secuestro de Sueño.
Las benévolas: La madeja comienza a rodar
En ella, pasan dos años en los que Lyta lleva un eterno embarazo como parte de su sueño personal con Héctor.
Cuando Morfeo detiene el plan de las entidades y el sueño de Héctor se disipa, Lyta, que ya de por sí tiene un historial mental inestable, odia a Morfeo al culparlo de la situación y desconfía de su interés en su hijo: un niño gestado en los sueños humanos.
Vuelve a vivir una modesta vida con el pequeño en un apartamento, pero el trauma resultante de lo ocurrido la deja en un continuo estado de vigilancia: no trabaja ni sale apenas de casa con la constante sensación de que alguien quiere llevarse a Daniel -que, además, sin que lo sepa, tiene la capacidad de hacer incursiones físicas en el Sueño-.
La acompañan su amiga y vecina Carla y la niñera ocasional, que mira por dónde es Rose Walker, también vecina.
Si cada arco nos ha mostrado un aspecto distinto del funcionamiento del Sueño, en este caso se centra en la vida dentro del centro gubernamental, el funcionamiento del Castillo y sus habitantes, a donde regresamos para ver que Sueño está recreando a su pesadilla fallida, El Corintio.
El Cluracán se presenta en el castillo tras lo ocurrido en el Fin de los Mundos; avisado por su reina Titania, piden el regreso de Nuala -que obviamente es renuente, enamorada de Sueño-.
Antes de dejarla partir, Sueño le ofrece un regalo por los servicios. Podrá llamarlo cuando quiera una vez y él acudirá sin falta.
Entretanto, Lyta es llevada al local de Lucifer, el Lux, para una entrevista de trabajo. Y como temía, alguien rapta a Daniel.
Descenso a los infiernos
Simbólica y literalmente, según la ocasión.
La desaparición de Daniel empieza a ser investigada por los detectives Pinkerton y Fellowes mientras Lyta comienza a descender en un viaje ad inferos personal, entrando en una realidad mental divergente con los tropos y recursos de los cuentos de hadas clásicos para huir de una cruel realidad en la que vaga sin rumbo.
Pero esa locura conlleva una transformación real.
En sueños es visitada por las moiras. Como siempre son crípticas, pero le avisan de que su hijo está siendo arrojado al fuego y de que la ayudarán con tres visitas, soltando el relevante dato de llamarla nieta.
(su madre, la Furia original, decía que sus poderes provenían de ser un avatar de una de las furias griegas. Tisífone, la que castigaba los delitos de sangre. Y según la pista, seguramente fue una descendiente directa, como Rose Walker de Deseo)
En un aparte, vemos como son Loki y el Puck los responsables del rapto de Daniel usando su habilidad de viajar al Sueño físicamente, y si parecen quemar a Daniel.
Más tarde los detectives investigadores comunican a Lyta su muerte y esta huye definitivamente ida, con la firme decisión de matar a Morfeo, al que cree el secuestrador.
En su viaje mental alucina con un par de hermanas a las que pide hospitalidad, lo que siempre es mala idea feéricamente hablando. Según todas las pistas, estas son las Erinnias, otro aspecto de las Furias, que le piden que sustituya a su hermana perdida.
Según la mitología, la tercera Furia no era inmortal, sino una humana maldecida. Medusa, la de la mirada petrificadora.
Así se nos sugiere que sin advertirlo ella, la transforman en una auténtica Furia, otorgándole poder para su propósito.
Los monólogos de Rose Walker
Entretanto, Carla es asesinada, quemada en su coche por el detective Pinkerton, que alardea su auténtica identidad: Loki. Pinkerton y Fellowes son Loki y el Puck, y no hay investigación real. Aparentemente.
Y es aquí donde un salto de la trama nos conduce a Rose Walker, que sintiéndose culpable por la pérdida, sin saber cómo, del niño, está cuidando a una vieja conocida moribunda: Zelda, una de las vecinas de La Casa de Muñecas. Esta le comunica que ha visto a su fallecida abuela, que le pide que regrese a esa casa en Inglaterra. Así lo hace, encontrándose con las Moiras con disfraz humano que la aconsejan crípticamente con un extraño cuento.
También tiene un fugaz encuentro con su abuelo, Deseo, una charla tras un affaire con uno de los residentes que la desencanta y que tendrá como resultado un embarazo no deseado.
Son hechos tangenciales para el desenlace, pero los menciono porque, sin duda, contienen algunos de los mejores monólogos internos de toda la colección; Rose sirve de vehículo en este arco para esas palabras de Gaiman que generan esos instantes de profundidad mágicos, únicos en una colección de comics, que tan solo unos pocos maestros saben ofrecer.
Cotidianeidad y autorreflexión, humanidad a borbotones, que parecen hablar directamente a la experiencia vital de cada lector. Merecen la pena.
Mientras tanto se acelera la acción y se acercan los desenlaces. Odín visita a Morfeo haciéndole saber que conoce la desaparición de Loki, y advirtiéndole del caos que el momento de piedad de Sueño desencadenará, aunque sin rencor: muchos han sido los engañados por el semidios del Fuego y las mentiras antes.
Efectivamente, Loki confiesa al Puck que el rapto es parte de una trama a causa de esa liberación: no le gusta estar en deuda con nadie. El Puck, por su parte, gusta del caos.
Las benévolas: Destrucción y el fin del mundo
Thessaly, posiblemente comprada por las Furias, rescata a Lyta de la calle y realiza con ella un ritual en el que se encuentra con las Moiras.
Lyta les ruega venganza y ellas juegan a negarse, pues su competencia son los delitos de sangre entre familiares. Pero luego le revelan que Morfeo mató a su propio hijo -aunque fuese a petición propia-, por lo que no precisan más.
Transforman a Lyta en un avatar de la Triada que avalado por los viejos poderes tiene potestad incluso en el Sueño, adonde va a buscar a Morfeo, tal y como seguramente planeó Loki.
Y las propias Moiras.
Y seguramente, como se deja caer en pistas, el propio Morfeo.
De algún modo todos los acontecimientos de su pasado, buenos o malos conectan para conducir a ese momento. Y no solo por las maquinaciones de las Moiras o Deseo.
Actuaciones aleatorias parecen cobrar sentido vistas así. Parece como si en parte lo deseara o incluso hubiese preparado las piezas, aunque en ningún momento lo confirma. Pero sí viene a la mente la constante alusión a su incapacidad para el cambio pese a la existencia de esa necesidad, o para abandonar sus responsabilidades autoimpuestas, constante que, según Gaiman, es motor y resumen de toda la serie.
El renacido Corintio y el cuervo Matthew comienzan a investigar los extraños hechos que ocurren con Daniel, y a través de los ojos -nunca mejor dicho- de Carla descubren la auto-delación de Loki. Lo persiguen hasta su hogar en Svarthalfheim. El Corintio derrota a Loki, dejándolo ciego para que su padre le devuelva a su castigo milenario.
Y rescatando al pequeño Daniel, que no había muerto. Según Loki, lo único que había quemado era su humanidad. Puck vuelve a la Corte de Titania y el Corintio y Matthew se encaminan con el al Sueño.
Pero ya es tarde para Morfeo.
Nuevos comienzos
Las Furias encarnadas en Lyta han llegado al castillo y empiezan poco a poco a destruir al reino y sus habitantes, amparadas con la excusa del asesinato de Orfeo, hasta que Sueño capitule y muera en su lugar.
Pueden destruir el Sueño, pero no a Morfeo. No mientras permanezca en su reino, su centro de poder.
Pero se da otra…coincidencia. El Puck encuentra a Nuala en Faerie y una maliciosa charla despierta en ella la inquietud por lo que está ocurriendo.
Así que le invoca.
La breve charla no tiene mucho fruto, pero el daño está hecho. Morfeo ha salido de su Reino y ya no tiene ni la esperanza de poder reparar lo destruido por las Furias.
El Corintio ha llegado al Sueño con Daniel, pero, aunque Lyta quiere parar, las Furias le hablan por tercera y última vez confesando su íntimo deseo de destruir a Morfeo tan solo porque la melodía de Orfeo les hizo soñar. Y al fin y al cabo son entidades de venganza. No se conformarán con menos.
Si quiere salvar el Sueño, debe concederles su deseo. Se aviene y busca el lugar para morir, pero antes deja su gema al pequeño Daniel.
Finalmente, convoca a su hermana menor, Muerte, que le reconviene porque considera que también de alguna forma ha preparado este escape de sus obligaciones. Tras una breve ultima charla, Morfeo toma su mano y muere.
Y algo extraño ocurre, en otra parte. La gema de alguna forma transforma a Daniel.
Es igual que Morfeo, y es distinto. Un nuevo rey del Sueño, gestado en sueños, se alza en el Trono.
Y la vida poco a poco retorna a su cauce. Los que quedan vivos continúan con despedidas, nuevos comienzos y trivialidades.
Las Euménides toman té y dan por finalizado el asunto, mientras preparan la madeja de una nueva vida…
Y sin embargo, aún queda una historia final, sobre despedidas y este nuevo principio. Eso será en el último arco argumental de la serie: El Velatorio.
Elegimos. Solo nosotros vivimos nuestras vidas.
Debemos aceptar las consecuencias de nuestros actos.
Morfeo, The Sandman.
El Rey ha muerto. Larga vida al Rey.
Continuará…
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