‘The One’, la felicidad a un pelo de distancia
Encontrar a tu media naranja a través de una simple prueba de ADN es un planteamiento que hemos visto en diversas ocasiones con mayor o menor acierto. En The One, Netflix intenta vendernos esta premisa en solo ocho episodios de menos de una hora. ¿Lo consigue? Tenemos serias dudas.
Cada vez que la ciencia ficción se acerca a la realidad, nos deja dilemas éticos y morales que poco tienen que ver con las emociones. Uno de los temas más utilizados en este género ha sido el de encontrar el amor a través de una simple y sencilla muestra de ADN; aunque esto acabe con el sistema social tal y como lo conocemos.
La elección de secuencias simples con premisas complejas, tratadas a la ligera, y unas actuaciones cuando menos desabridas, la convierten en una serie para ocupar el tiempo y poco más. Desperdiciando buena parte del potencial para convertirse en una serie de culto, nos deja, eso sí, un enfoque distinto no tan centrado en el encuentro de nuestra otra mitad.
The One ¿Convincente? No lo creo
No siendo suficiente con lo complejo del tema, los productores decidieron añadirle un toque de misterio (en realidad demasiado) para hacerla más interesante y poder mostrar un estilo diferente. Sin lograr su objetivo.
Y, como en la mayoría de series actuales, la convergencia de historias parece ser la norma a la hora de presentar un dilema. De esta forma, buscan poder explicar a la audiencia las implicaciones morales sin tener que decantarse por secuencias explicativas demasiado lentas y aburridas.
El resultado se siente predecible desde los primeros capítulos, logrando mantener un nivel no muy elevado en el resto. Genera pocas emociones fuertes en el espectador/a, pero, al tiempo, al César lo que es del César, logra refrescar un tema demasiado estancado en un mismo estilo de narrativa.
Más incógnitas que respuestas
Diseñada para entregar más incógnitas que respuestas, esta primera temporada nos deja a la espera de una segunda que pueda responderlas. No olvidemos que por lo simple de su trama todavía tiene espacio para volverse más compleja y entregarnos las dosis de emoción a la que Netflix nos tiene acostumbrados.
En definitiva, una serie para ver cuando solo quieres pasar el rato, ya que no logra cumplir con las expectativas elevadas que su tráiler prometió. Aún no hay confirmación para la segunda temporada que se supone debería llegar para inicios del año 2022.