‘Tenéis que venir a verla’: arte y vida se confunden en la nueva película de Jonás Trueba que ya puedes ver en Filmin
El junio pasado se estrenó en salas Tenéis que venir a verla, la última película de Jonás Trueba. el 23 de septiembre llegó a FILMIN. Con su título, incita a la audiencia a ir a ver la cinta en el cine. Porque el arte, en todas sus formas, debe ser mirado de la forma apropiada. Pero ¿cuál es la forma apropiada? ¿dónde reside la fuerza del arte? ¿y su perfección? El arte, como la vida, hay que mirarlo a los ojos y disfrutarlo. Como un acto tan individual, como colectivo.
En Tenéis que venir a verla, el virtuoso cineasta español narra la historia en una sola hora de metraje. Vito Sanz, Itsaso Arana, Francesco Carril e Irene Escolar la protagonizan. Un relato basado en vivencias, experiencias, en beber, comer y leer, en escuchar música y conversar. Tan real como la vida misma. Y desprendiendo calidad y conocimientos artísticos por todos los poros.
Vito, Itsaso y Francesco son un elenco ya común en las películas de Jonás. Familia de Ilusos que se podrían llamar. En Tenéis que venir a verla, sin embargo, se añade al conjunto una pieza imprescindible con el trabajo de Irene Escolar. Una actriz de gran calibre interpretativo. La cual nos confesó en su entrevista que: “Yo diría que he descubierto el cine trabajando con Jonás Trueba y los ilusos. El cine que yo he admirado siempre. La manera de rodar, la manera de entender… Yo no había tenido la oportunidad de encontrar un proceso creativo tan gratificante en el cine como sí me había encontrado en el teatro”.
Tenéis que venir a verla: Mirar el arte y mirar la vida, dos actos que evolucionan en paralelo
El arte tiene una finalidad tanto estética como comunicativa. Para transmitir emociones, ideas, distintas perspectivas, etc. En definitiva, la vida pintada de otro color. En el arte, el ser humano encuentra una forma de sublimar todo lo que siente. Así como transmitir todo lo que acontece. Para así compartirlo con el resto del mundo – o incluso como desahogo personal e individual -.
Sin embargo, a lo largo de la historia, el concepto de arte ha ido mutando y evolucionando. Lo que nunca cambia, es el afecto que sienten ciertas personas tanto al expresarlo como al mirarlo o escucharlo. Desde el inicio de Tenéis que venir a verla, las disciplinas artísticas van permeando cada fotograma.
La música que emerge de las teclas de un piano. O el más simple garabato en una hoja en blanco. Proponiendo así una hermosa reflexión sobre la forma de mirar el arte. Y su evolución paralela con la forma de vivir en la sociedad. ¿Se ha perdido la fuerza del arte con la sociedad moderna? ¿O es en la imperfección de las manifestaciones artísticas latentes donde reside su mayor virtud?
Tenéis que venir a verla: el meta-arte como piedra angular en los trabajos de Jonás Trueba
El cineasta español tiene una firma muy marcada. Una que ha ido construyendo desde su primera película Todas las canciones hablan de mí (2010). Pero que quedó plasmada a la perfección en la siguiente Los Ilusos (2013). La cual dio nombre a la productora fundada junto a Javier Lafuente. O más bien, a su familia cinematográfica.
El meta-arte es uno de los aspectos más identificativos de Jonás. En Tenéis que venir a verla también lo encontramos. Marcando así su objetivo claro de hacer arte, por el placer de crearlo. Y no solo el séptimo arte, sino todas las dimensiones existentes. Desde la música hasta la literatura. Siendo esta última, una de las preeminentes.
En Tenéis que venir a verla, destaca el libro Has de cambiar tu vida de Peter Sloterdijk. Una pieza vertebral brillante que va dando forma artística y filosófica a los acontecimientos más triviales que los y las protagonistas experimentan. Junto a esta pieza intradiegética imprescindible, la poesía da forma al relato desde el universo extradiegético. La voz de la escritora Olivia García Valdés articula sus propios poemas. Recogidos en Esa polilla que delante de mi revolotea (2008).
Una forma de relato hermosa que bien recuerda a aquella tradición oral para la transmisión de la cultura. La de las personas que contaban cuentos alrededor de una fogata, o los cantaban como hacían los juglares. Una vuelta a lo analógico. Una forma romántica y hermosa de revisitar las distintas formas artísticas que quedan recogidas en una película del siglo XXI. La cual, también, es grabada en 4:3 como guiño a esa nostalgia cultural y cinematográfica.
El director Jonás Trueba continúa creando cine para el público que ama el arte y la vida
Esta última joya cinematográfica del cineasta vuelve a deleitar al paladar más exquisito del público. A pesar de su rica filmografía desde hace 12 años, su pasión por el cine y su gusto haciendo películas no disminuye. Sino todo lo contrario.
Un cine que remueve las tripas desde lugares comunes. Que transmite emociones y reflexiona con una cadencia tranquila sobre las experiencias vitales y las relaciones interpersonales.
Qué iluso es soñar con una sociedad más empática. Con una sociedad que cuide sus amistades. Al mismo tiempo que sea capaz de disfrutar del arte sin mirar el reloj. Qué iluso es soñar. Pero ¿acaso el cine no fue creado con la idea de poder soñar a lo grande? Quizás, ver en la pantalla Tenéis que venir a verla no es más que observar durante una hora el reflejo de nuestra propia vida. O la vida en general. Aportando así un granito de arena que nos permita soñar sin miedo.
Mirando al arte a los ojos y reconociendo que, en su imperfección, al igual que en la nuestra, podemos encontrar su mayor riqueza.