Teletrabajo: ¿Tienes el síndrome de las ventanas abiertas?
Hay personas que siempre están muy liadas. A lo mejor no sabes muy bien en qué, quizá ni siquiera ellos mismo lo sepan, pero lo cierto es que van de aquí para allá con la lengua fuera, como pollos sin cabeza. Pues en un trabajo de los llamados “de ordenador”, esto se traduce en tener muchas “ventanas abiertas” e ir saltando de una tarea a otra sin apenas concluir ni cerrar ninguna. Esta forma de trabajar puede dar una sensación de falsa productividad. Nos cuentan algunas expertas y expertos en recursos humanos que este síndrome, conocido como “síndrome de las ventanas abiertas”, se ha incrementado con el teletrabajo y durante la pandemia. ¿Puede tener también que ver con la sobreestimulación provocada por la tecnología? Lo vemos de la mano de la UOC.
El teletrabajo y la falsa sensación de productividad
Con la llegada del trabajo a distancia o teletrabajo, cada vez se tiende más a la multitarea, pero da una falsa sensación de productividad. Nos explicamos. La mayoría de las personas tienen la creencia de que la productividad en su trabajo está directamente relacionada con el número de ventanas que tienen abiertas en la pantalla de su ordenador. Opinan que tener varios frentes abiertos e ir pasando de un asunto a otro no solo es posible mediante la técnica de la multitarea, sino que también es algo que consideran muy positivo. Sin embargo, ¿están en lo cierto? ¿Trabajar de esta manera realmente resulta más eficaz que hacerlo atendiendo un tema detrás de otro?
Este comportamiento, conocido como el “síndrome de las ventanas abiertas”, ha cobrado mayor relevancia en los últimos meses. Debido, por un lado, a la elevada implantación del teletrabajo en España y en el mundo, pero también motivado por la pandemia. Esta nueva forma de relación entre el trabajador y la empresa ha despertado múltiples polémicas. Entre ellas, la que pone el foco en la productividad. En este sentido, según el estudio Resetting Normal: redefiniendo la nueva era del trabajo, elaborado por Adecco Group Institute en mayo de 2020, a lo largo de los últimos dieciocho meses se ha demostrado que el teletrabajo no conlleva una pérdida de productividad. El 85% de la población trabajadora de España asegura que su rendimiento se ha mantenido igual o que incluso ha mejorado en este tiempo.
Cuantas más ventanas abiertas, ¿mejor?
El trabajo en remoto no es algo nuevo. Ya se venía utilizando en sectores muy concretos de nuestro tejido empresarial y en circunstancias también muy específicas. Ahora bien, el paso de la pandemia obligó a las empresas a tomar la decisión de “enviar” a sus empleados a casa e implantar el teletrabajo. De hecho, “lo que hemos tenido a lo largo de la pandemia ha sido una situación de emergencia y una respuesta de las empresas y los equipos para evitar el colapso de las compañías”, apunta Manel Fernández Jaria, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC. El experto asegura que “a lo largo de este periodo lo que hemos hecho ha sido trasladar el modelo de oficina a los domicilios particulares de los empleados; de forma que se han incrementado algunos aspectos negativos como la hiperconexión“. ¿Te suena?
Para contextualizar el fenómeno con cifras y hacernos una idea de su profundidad, echamos mano del trabajo del Instituto Nacional de Estadística (INE). La institución asegura que el 49,7% de los establecimientos utilizó el teletrabajo durante el estado de alarma. Ahora bien, otra cosa distinta es la tendencia que está tomando este dato ahora que las cifras de la pandemia se están estabilizando. Y es que, según el experto, el verdadero teletrabajo empieza ahora.
Las bondades del teletrabajo
Durante la implantación “forzada” de esta forma de trabajar, según Fernández Jaria, muchas empresas tuvieron la oportunidad de descubrir algunos de los aspectos positivos que aporta el teletrabajo al clima psicosocial de las empresas. Algunos de los más significativos son: aumento de la confianza en los equipos; incremento del compromiso y la autorresponsabilidad; atracción del talento al ofrecer unas condiciones de trabajo basadas en la flexibilidad; reducción de costes; disminución del impacto medioambiental de la compañía; compartición de objetivos con los equipos; mejora del clima laboral; potencia el liderazgo colaborativo; y ,en muchos casos, mejoras significativas en la productividad.
Ahí tenemos las bondades, pero uno de los aspectos más controvertidos del teletrabajo sigue siendo, sin embargo la merma o incremento de la productividad del empleado. En este sentido, hay quienes creen que su implantación empeora los resultados, mientras que otros defienden justo lo contrario. Entre los argumentos que esgrimen los primeros encontramos el “síndrome de las ventanas abiertas”, el cual consiste en el hábito de mantener decenas de ventanas de exploración abiertas en la pantalla del ordenador. De esta manera, saltamos de una tarea a otra sin llegar a centrarnos en ninguna de principio a fin. La cuestión es: ¿de este modo estamos atendiendo perfectamente varios frentes a la vez o, en realidad, los estamos descuidando? ¿Es una manera de multiplicar la atención o de perder capacidad de concentración?
Y llegó la sobrecarga mental y la droga del estímulo
Fernández Jaria es claro y rotundo al respecto: “La multitarea nos hace ir más lentos e influye de forma negativa en la calidad y en la productividad”. Y añade: “Nuestros objetivos se alejan cuando actuamos en multitarea, aumenta el cansancio y la carga mental (conjunto de requerimientos mentales, cognitivos o intelectuales a los que se ve sometido el trabajador a lo largo de su jornada laboral. Es decir, nivel de actividad mental o de esfuerzo intelectual necesario para desarrollar el trabajo)”.
Es más, los efectos negativos pueden afectar a los empleados cuando quien trabaja en “modo multitarea” es su jefe. ¿Por qué? Porque el jefe se encarga de interrumpir constantemente a sus subordinados, dificulta sus tareas y, en última instancia, les resta productividad.
Por otro lado, otro de los factores significativos que explica el “síndrome de las ventanas abiertas” es que a nuestro cerebro le encanta pasar de un estímulo a otro. A pesar de que trabajar de este modo produce estrés, cansancio e insatisfacción, lo cierto es que es un hábito tremendamente extendido. Así que la pregunta que inevitablemente surge es: ¿por qué la mayoría de las personas tienden a la multitarea?
El experto en trabajo saludable y psicosociología laboral Manel Fernández Jaria señala dos razones fundamentales que explican este comportamiento: “la primera es porque la corteza prefrontal del cerebro (área donde planificamos, pensamos, ordenamos…) está programada para mostrar preferencia por las novedades. Cuando cambiamos de tarea recibimos una recompensa con dopamina. La búsqueda de estímulos nuevos nos proporciona un premio, nos hace pensar que somos más productivos cuando parece que estamos muy ocupados”. Sin embargo, “el problema es que estar ocupado no significa que seamos más productivos ni nos acerca a nuestros objetivos”, añade Fernández Jaria, parafraseando a Chris Bailey, escritor y consultor de productividad canadiense. El otro motivo que aduce el experto es que cuando hacemos varias cosas a la vez nos parece que potenciamos nuestro rendimiento y nuestro ego se siente importante. Ahora bien, “puede que nuestro ego reciba un impulso de autoestima, pero realmente somos mucho menos productivos”, advierte.
(12 +1) Consejos para evitar los riesgos del teletrabajo
Peligros como la pérdida de concentración, el cansancio o la disminución del rendimiento están directamente relacionados con el trabajo multitarea y con el trabajo desde casa. La buena noticia es que en nuestras manos está impedir que estos efectos negativos ganen terreno a los positivos, que, por supuesto, también tiene. El profesor de la UOC ha elaborado este práctico y eficaz listado de consejos para ello:
- Planifica el trabajo que vas a realizar.
- Trabaja por bloques. Destina un tiempo a cada bloque y no mezcles acciones. Por ejemplo, si estás realizando una tarea que requiere una alta atención, evita todo tipo de interrupciones durante el tiempo que dure, o bien durante un tiempo determinado.
- Define tu tarea “roca” cada día. Una tarea “roca” es la que no puede moverse de la programación, es una actividad importante que marca la diferencia en los resultados que pretendemos conseguir.
- Reconoce tu cronotipo (momento del día en el que tienes mayor energía mental) y realiza las tareas con mayor exigencia cognitiva adaptadas a tu nivel de energía.
- Las dos primeras horas del día marcan la diferencia en los resultados.
- Construye rutinas y crea nuevos hábitos para el teletrabajo.
- Realiza con frecuencia una auditoría sobre la gestión de tu tiempo.
- Crea un espacio de trabajo específico en tu casa siguiendo principios de ergonomía y de decoración minimalista para evitar interrupciones.
- Puedes trabajar desde casa, pero no debes vivir en el trabajo: define un horario y cúmplelo.
- Fija plazos a las tareas. Sabemos que cuando no definimos plazos las tareas se expanden en el tiempo casi de forma infinita.
- Desarrolla tu ultraproductividad. Ser ultraproductivo es sacar cosas importantes adelante. Esto conecta con el principio de Pareto, según el cual hay un 20% de las tareas que hacemos que representan el 80% del beneficio que obtenemos. Sigue cultivando el trabajo en red con las personas de tu equipo.
- Pide retorno de calidad para saber cómo evolucionas sobre los objetivos marcados.
- Aprende a teletrabajar. Es importante formar a los equipos en teletrabajo productivo.
Fuente: UOC
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