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Sitges 2024: ‘Strange Darling’ y ‘Things Will Be Different’

Hoy os hablamos de dos películas importantes en el Festival de Sitges de este año, Strange Darling y Things Will Be Different. Dos de esas películas que polarizarán la opinión del público, pero que, desde el serial killer de la primera o la ciencia ficción de la segunda, ambas cintas ofrecen propuestas novedosas e interesantes. Por este tipo de películas, un cine que te atrapa y no te suelta, Sitges Film Festival es tan adictivo, tiene tantos seguidores y es tan necesario.

Strange Darling: no hables con extraños

Strange Darling está dirigida por JT Mollner, y protagonizada por Willa Fitzgerald (en un personaje muy diferente al de La caída de la Casa Usher), y Kyle Gallner (The Passenger, Smile). Los dos intérpretes están soberbios en sus personajes y la película es de lo mejorcito del festival y del cine de terror de este año. Ahí es nada.

Cartel de Strange Darling.
Cartel de Strange Darling.

Strange Darling nos cuenta los últimos asesinatos del serial killer norteamericano más prolífico entre 2018 y 2020. En este caso, raro en mí, no voy a hacer spoilers. La película, rodada íntegramente en 35mm, se nos cuenta en 6 episodios no lineales, algo que puede molestar a muchas y muchos, pero que es un gran acierto para historia que se nos cuenta.

La segunda película del director de Ángeles y forajidos es un buen manual de todo lo que no debes hacer en tu primera cita. Muestra todo lo que puede aguantar una persona para poder tener una noche de sexo y también habla de la esquizofrenia, pero muy por encima, ya que nunca se olvida de lo que es: una película 100% de terror.

Strange Darling no escatima en giros (unos más deducibles que otros), ni en sangre, suyas son algunas de las escenas más sangrientas y bien rodadas del Festival de Sitges de este año. Su música y fotografía es genial, y el trabajo de sus protagonistas, impecable, especialmente el de Willa Fitzgerald, es-pec-ta-cu-lar. Además, Strange Darling se guarda una sorpresa para los fans de Breaking Bad.

Si no la has visto en Sitges, no te preocupes, este viernes llega a los cines. Si quieres ver una de las mejores películas de terror de este año, no dudes y ve a verla, no te arrepentirás.

Things Will Be Different: la sombra de Nacho Vigalondo es muy larga

Things Will Be Different es la primera película de Michael Felker, el montador habitual de Justin Benson y Aaron Moorhead, los directores de El infinito o Synchronic, precisamente son ellos los que están detrás de la producción de la película, algo muy normal teniendo en cuenta de que Things Will Be Different mantiene muchos puntos en común con la filmografía de esa pareja tan especial de directores.

Cartel de Things Will Be Different.
Cartel de Things Will Be Different.

Things Will Be Different nos cuenta la historia de dos hermanos, interpretados por Riley Dandy y Adam David Thompson, que acaban de cometer un robo. Para que no les pille la policía, deciden viajar en el tiempo a una casa con todo lo necesario para vivir un par de semanas. Ese será el tiempo necesario para que hayan dejado de buscarlos y volver con sus bolsas repletas de dinero. Al menos, eso es lo que ellos creen. Pero cuando llega el día 14, la puerta por la que deben volver a su presente está cerrada y ha aparecido un cartel dándoles unas misteriosas indicaciones…

Interesante, ¿verdad?, sí, pero para un servidor, a partir de ahí todo empieza a ir mal… sus ideas son repetitivas, en algunos casos mal ejecutadas y estiradas para conseguir un largo y no quedarse en un cortometraje. El final se pone más interesante, pero, sobre todo, en lo que se refiere a sus personajes. La relación de los dos hermanos es de lo mejor de la película, cómo se enfrentan a sus conflictos familiares y esas miradas cargadas de perdón.

El problema es que la película no se queda ni en un lugar ni en el otro. No acaba de de funcionar como drama familiar, ni es una película de viajes espacio temporales que supere las obras, por ejemplo, de sus productores.

Things Will Be Different es una película que me ha recordado demasiado en Los cronocrímenes de Nacho Vigalondo, tanto en lo bueno, como en lo malo.

Saludos furiosos.