Soleá Morente y Jonás Trueba presentan ‘Aurora’ y ‘Ayer’
Una bella declaración de amor de Soleá Morente a sus padres que cobra vida visual de la mano del director Jonás Trueba, en una pieza filmada en la casa familiar de los Morente.
Se acabó la espera: en menos de un mes llega Aurora Y Enrique. Un disco que, con sólo su título, ya estará haciendo temblar a todos los seguidores de Soleá Morente.
Y por eso, este último avance es más especial que cualquier otro. Porque no es una canción, sino dos; y no es un videoclip, o al menos no uno al uso. Jonás Trueba, el reputado director español que se encuentra en plena cresta de la ola con su reciente Quién Lo Impide, se fue a casa de Aurora Carbonell a registrar el momento en que Soleá Morente le desvela a su madre cuál va a ser el nombre del álbum, mientras le enseña las dos primeras canciones ya terminadas: una que lleva su nombre, Aurora, y la segunda, con la que va enlazada, Ayer.
Moviéndose entre el realismo más existencialista y el documental más incisivo, esta pieza cinematográfica se estrenó en exclusiva el pasado 20 de octubre. En la inauguración de la 27 edición del Granada Film Fest. Y tenía todo el sentido que fuese presentada al mundo en Granada, la ciudad que vio crecer a Soleá Morente y que cobijó la casa familiar de los Morente.
Hay tantas emociones, expectativas, y miedos en estos escasos minutos… Cada segundo es una historia, un sentimiento, una incógnita resuelta, un halo de sol sacando la verdad a la superficie. Las palabras sobran y las miradas hablan. La luz en los ojos de Soleá, su expresión huidiza a veces, casi vergonzosa, pero llena de vida, destaca en el preciso momento en que suena el principio de Aurora, con su solemnidad, esos coros que estremecen y la desnudez de su guitarra.
Y entonces vemos el gesto de Aurora. Respondiendo a su hija cuando entiende que hay algo especial en esa canción. Un mensaje que sólo las notas pueden contar. Al poco, la música de Aurora desemboca en la delicadeza de Ayer. Un tema embriagado por una profunda melancolía pero que a la vez se acerca al shoegazing, entre arreglos cristalinos y evocaciones estremecedoras.
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El propio Jonás describe su experiencia con estas palabras: “Soleá Morente me propuso hacer algo con Ayer, una canción que adoré desde el primer momento; pero al escuchar Aurora, la canción que la precede en el disco, entendí que había una conexión tan fuerte entre ellas, en cómo se funden la una en la otra, que no iba a ser yo quien las separase. Son dos canciones de amor, entre Aurora y Enrique, entre Enrique y Soleá, y, finalmente, entre Soleá y Aurora. Canciones sobre la transmisión del amor y sobre la transmisión de la música y el cante. Por eso quería que se escucharan de forma tranquila, sin imágenes ilustrativas”.
Porque aquí no se trataba de interpretar o recrear las canciones, explica el director, sino de profundizar en su escucha, y hacerlo con ellas, las dos protagonistas, “a través de sus cuerpos, de sus miradas y sus gestos, con el pudor y el vértigo de escucharse a una misma, con las contradicciones internas cuando hemos parido una nueva criatura y la miramos a los ojos; cuando buscamos la aprobación de los seres queridos y en la incertidumbre ante lo que vayan a decirnos”.
Y termina: “Les estoy muy agradecido por dejarme entrar en su casa, por regalarme un rato de verdadera emoción y dejarme capturarla. Gracias también a Enrique Morente, que estuvo presente en todo momento, velando por ellas y por los que seguimos aquí, buscando nuestro camino”.
Por eso es tan potente este vídeo, porque retrata una escena cotidiana entre madre e hija que aparenta normalidad pero que en realidad esconde mil y un emociones. El diálogo no verbal en el que poco a poco se encuentran la una con la otra. La fuerza y la verdad de los primeros planos. La magia que hemos tenido la suerte de que haya sido captada por la cámara vampírica. Y la ausencia de quien ya no está. Belleza pura.
Foto: Alfredo Arias
Foto de portada: Rebeca Ibáñez