Sitges 2021: ‘Gaia’, la venganza de la Pachamama

Primer día del Festival de Sitges 2021. No pudo empezar con mejores películas: Titane, de Julia Ducournau, Mona Lisa and the Blood Moon, la nueva película de Ana Lily Amirpour o esta Gaia que rápidamente se convierte en uno de los mejores exponentes del terror ecológico.

El director sudafricano Jaco Bouwer, rueda una película en la que su peor baza es compartir año con la nueva película de Ben Wheatley, In the Earth.

Gaia vs. In the Earth

Son muchos los puntos en común de ambos films. Lo que más impacta es el protagonismo que ambos le otorgan a la micorriza, la relación simbiótica entre hongos y plantas a través de sus raíces.

Las dos películas también comparten inicios parecidos. Con parejas protagonistas que te pueden hacer dudar de cuál de las dos películas estás viendo. Por suerte, Gaia cambia de rumbo rápidamente y nos presenta a más personajes, que aunque también tienen paralelismos con los villanos de In the Earth, son lo suficientemente diferentes para poder seguir el interés de la historia.

Llama la atención que ambas cintas sean hijas de la pandemia. Así habla de ella su director: “No creo que las actuaciones en Gaia  hubieran tenido el mismo trasfondo emocional si no fuera por la pandemia y su interrupción en nuestro trabajo. Mi visión, construir una pieza de cámara paranoica sobre la confianza, la traición y la supervivencia, fue alimentada inconscientemente por esta nueva sensación adicional de miedo e incertidumbre durante ese primer brote del Coronavirus a principios de 2020.”

Gaia.
Carel Nel.

Como comenta su director, el rodaje se tuvo que detener por la pandemia: “Una semana después del rodaje, la producción se detuvo debido al brote de COVID. Tuvimos que dejar de filmar y pudimos retomar tres meses más tarde. De repente, lo que era ficción se convirtió en una extraña forma de realidad. Una película preapocalíptica comenzó a resonar más con el elenco y el equipo. Experimentamos un dolor abrasador y horror cuando el colapso parpadea a la vista. Nos resulta muy difícil contemplar, pensar lo impensable, navegar por los sentimientos casi insoportables que surgen en cada uno de nosotros.”

De qué va Gaia

En medio del bosque, una pareja de guardias forestales Gabi (Monique Rockman) y Winston (Anthony Oseyemi), Pierden el dron que manejaban, se sienten asediados y no saben por quién. Se separan para buscar dónde puede estar el dron.

La película nos presentan a un par de personajes que intuimos occidentales pero que van maquillados con barro y ropas que podrían parecer indias. Estos colocan una rudimentaria trampa de la que acaba siendo victima Gabi. Ella acabará siendo capturada y Winston sufrirá otro destino. A partir de este momento conoceremos mejor a Gabi ya a sus raptores, un padre (Carel Nel) con su hijo (Alex van dyk), intentando calmar la sed de venganza de la madre Tierra.

Carel Nel, Monique Rockman y Alex van dyk en Gaia.
Carel Nel, Monique Rockman y Alex van dyk en Gaia.

Gaia se cansó de nuestra osadía

Gaia funciona a las mil maravillas como peli de terror en la que se plantean las consecuencias de lo mal que lo estamos haciendo con nuestro querido planeta. Nosotros somos realmente el villano de la función y así lo ve su director: “A veces es difícil seguir contemplando y discutiendo los problemas que enfrentamos con respecto a la continuación de la vida en este planeta. Contaminamos los océanos, causamos deforestación masiva y liberamos cantidades cada vez mayores de carbono a la atmósfera. Todo eso lleva a un aumento de la temperatura, un clima turbulento y precipita al planeta hacia la crisis.”

Su excelente fotografía y aire psicodélico son el escenario perfecto en el que colocar a sus personajes. Hay momentos muy perturbadores y otros directamente de terror. La oscuridad del bosque, el lento y amenazante movimiento de la micorriza o los sueños causados por el trauma o por drogas naturales, son efectivos, originales y excelentemente logrados.

Visualmente es una película hecha con mucho mimo, su precioso comienzo y muchos de sus oníricos pasajes son hipnóticos. Los únicos peros que le podemos encontrar son, la más bien mala interpretación de su protagonista y el diseño de sus monstruos que se me antojan completamente innecesarios.

Monique Rockman, no está a la altura de su propio personaje. Su interpretación es plana cuando no debiera serlo. El latente desnivel que existe entre la portentosa interpretación de Carel Nel y la suya, no hace otra cosa que subrayar su ajustado talento interpretativo.

Monique Rockman
Monique Rockman.

Gaia según su director, Jaco Bouwer

Gaia se convirtió en un retrato de la paranoia teológica: ¿Qué será de la humanidad una vez que descubra que ha sido expulsada del Edén? O, aún más: ¿que el propio Edén lo ha expulsado, se ha vuelto contra él y se está vengando?

En cierto sentido, es una película de  terror inversa: el mundo exterior da miedo, pero el verdadero enemigo está dentro. A caballo entre la fantasía y la realidad, nos preguntamos cuánto de la monstruosa visión de la naturaleza del personaje es real, y cuánto es una visión psicótica. Su descenso a la locura es un deseo de salvación caótica, un deseo de convertirse en animales, un evangelio que se replica como una enfermedad.

Aquí radica el núcleo de la película. Gaia es una película de horror ecológico. Un drama de supervivencia que se desarrolla en un horror bíblico que resuena con el cuento abrahámico de The Binding. El casi sacrificio de Abraham de su hijo Isaac es una potente metáfora del estado actual de la política de la ecología. La humanidad, empoderada para alterar el mundo de maneras que antes se creían imposibles, está dirigida por una generación totalmente preparada para sacrificar a su propia descendencia.”