El Sherlock Holmes de Granada Television
El próximo 26 de marzo se estrena en Netflix Los irregulares, la última reinterpretación de la archiconocida historia de Sherlock Holmes. Aprovechamos la coyuntura para repasar la mejor versión del personaje afuera de la página (según nuestro furioso criterio).
Baker Street se extiende orgullosa a lo largo de casi un kilómetro en el céntrico barrio de Marylebone, en Londres. Ahí, entre los números 237 y 241, junto a una tienda oficial de los Beatles, y con unas vistas privilegiadas hacia Regent’s Park, se encuentra la casa museo de ni más ni menos que Sherlock Holmes.
Emplazada en un edificio georgiano que data del año 1815, sirvió de casa de huéspedes hasta 1990, cuando fue remodelada y renumerada con el 221B para cumplir con su actual función. Desde entonces, ha recibido a millones de fanáticos (incluido un servidor) del maravilloso mundo de ficción creado por Sir Arthur Conan Doyle.
El detective asesor
Desde su primera película muda en 1916, Sherlock Holmes figura en el libro Guinness de los récords como el personaje literario humano más veces interpretado en cine y televisión.
Los últimos en hacerlo (a la espera de Henry Lloyd-Hughes) han sido Henry Cavill e Ian McKellen en Enola Holmes y El Sr. Holmes, respectivamente. Antes de ellos, vimos al célebre detective pululando por las salas de cine con la cara y los manierismos de Robert Downey Jr. Pero creo que estaréis de acuerdo conmigo en que la mejor (y más culturalmente relevante) adaptación de las aventuras de Holmes en años recientes debe atribuírsele a Sherlock, con Benedict Cumberbatch en el papel principal.
A lo largo de cuatro temporadas y un episodio especial, esta versión le dio un lavado de cara al personaje, situándolo en la época actual, aun respetando escrupulosamente su idiosincrasia. Pese a sus muchos méritos, Sherlock no puede considerarse como la iteración más fidedigna del legado escrito de Conan Doyle. Este lugar queda reservado (con permiso de Peter Cushing) para la serie producida por Granada Televisión entre los años 1984 y 1994.
Coged vuestra lupa y vuestra gorra de cazador, que vamos a seguirle la pista a Sherlock Holmes.
Una deducción sencilla
Producida por June Wyndham Davie y el recientemente fallecido Michael Cox, la serie se extendió a lo largo de cuatro temporadas (bautizadas como Las aventuras, El retorno, Los casos, y Las memorias de Sherlock Holmes) para deleite de fans del personaje y televidentes profanos por igual. A lo largo de una década, adaptaron hasta cuarenta y una de las historias originales del detective de Baker Street. La serie contó con 36 episodios autoconclusivos de cincuenta minutos, así como cinco largometrajes estrenados en televisión.
Realizada con gran esmero, constituye un reflejo riguroso de la época victoriana y eduardiana. Su elevado presupuesto se nota, especialmente, en el vestuario y los escenarios. La calle donde residen Holmes y Watson (que no existe tal cual se la describe en la ficción) fue rodada en un estudio de Manchester. La mayor parte de los emplazamientos principales de la serie, sin embargo, se grabaron in situ, con todo el despliegue necesario para hacer retroceder casi cien años calles, edificios, parques, estaciones de tren, puertos, etc.
Sus episodios buscan aproximarse lo máximo posible a los cuentos y novelas de Arthur Conan Doyle, calcando la mayor parte de los diálogos e introduciendo cambios mínimos en el proceso de dramatización. La serie está plagada de misterios que el protagonista resuelve gracias a su prodigioso método deductivo, que no deja de asombrar al espectador. Y no escatima en acción o en situaciones tétricas, allá donde la historia lo exija.
Entre sus capítulos más destacados, encontramos Escándalo en bohemia, Los bailarines, El ciclista solitario, La desaparición de Lady Carfax, El sabueso de los Baskerville y, mi favorito, El carbunclo azul.
Un caso de tres pipas
En cuanto al reparto, este es, en verdad, sobresaliente. Para muchos (como yo) Jeremy Brett realizó la interpretación definitiva de Sherlock Holmes. Su versión del personaje es inteligente y aguda, como no podía ser de otra forma, pero también está provista de una teatralidad y un atractivo nunca visto afuera de la página.
Físicamente, Brett es una réplica en carne y hueso de los dibujos de Sidney Paget en las primeras ediciones de las obras de Conan Doyle. Alto, espigado, con la nariz aguileña y los pómulos sobresalientes, era la viva imagen del aplomo y la dignidad de Sherlock Holmes. Tristemente, el actor falleció de un infarto de miocardio en septiembre de 1995, poniéndole un abrupto final a la serie.
Se da la casualidad de que antes de interpretar a Holmes, Brett había interpretado a John Watson en la producción teatral de 1981 El crucifijo de sangre. Esto le convierte en la única persona en haber encarnado a los dos miembros de tan famoso binomio.
En la serie de Granada Television, el Dr. Watson fue interpretado por dos actores distintos: David Burke y Edward Hardwicke. Aunque las actuaciones de uno y otro varían ligeramente, ambos capturaron el carácter amistoso y solícito del personaje.
Entre los demás miembros del reparto habitual, destaca Rosalie Williams, como la Sra. Hudson, Colin Jeavons, como el inspector Lestrade, y Charles Gray como Mycroft Holmes.
Cómo conseguirla
En su momento, la serie se emitió en el Reino Unido, Estados Unidos y Canadá. Posteriormente, ha sido lanzada en DVD y Blu-ray en varios países, entre ellos, España. Actualmente es muy sencillo conseguir la colección completa con subtítulos en castellano.
Y para quien no se haya animado todavía a leer los cuentos, se encuentran disponibles en multitud de ediciones. Edimat Libros, por ejemplo, los lanzó en 2018 en un bonito estuche con ilustraciones del ya mencionado Sidney Paget.