Series sobre abusos sexuales: su auge desde Netflix a HBO
La capitalización de asuntos reclamados por el movimiento feminista como los abusos sexuales, es una práctica común en el audiovisual.
Series como Sky Rojo (Netflix, 2021-) son un muy buen ejemplo de la apropiación de las voces abolicionistas. Para terminar construyendo un relato misógino que vuelve a exponer y cosificar a las mujeres, así como su sufrimiento ante los abusos. Tanto sexuales como estructurales.
Recientemente, ha habido un auge de aquellas series que esbozan las violaciones a jóvenes. Incluso encontrando formatos constantemente repetidos que cruzan fronteras. Recién aprobada la Ley del solo sí es sí, se considera relevante posar la mirada en algunas de ellas.
Una de las premisas más utilizadas en las series recientes es la de las violaciones en grupo. El caso español de La Manada en 2016 causó gran estupefacción a nivel internacional. Y es por ello, que series que abordan dicho tipo de abuso sexual han sido desarrolladas.
Hay tres teleseries que abordan un argumento similar, y en línea con este caso real: La Jauría (Amazon Prime, 2020 – 2022) en Chile, incluso llevando un nombre que bien hace referencia a La Manada. Fatmagül (Kanal D, 2010-2012) en Turquía (la cual incluso precede al caso de La Manada, poniendo en evidencia esta realidad tan intolerable que ocurre desde siempre). Y finalmente Alba (Atresmedia, 2021) la serie española basada en el formato de Fatmagul, pero que recuerda en muchos aspectos a La Jauría.
Otra de las series de televisión, la que encontramos más peligrosa debido a su formulación, es la belga Dos veranos (Netflix, 2021). Una serie de thriller muy bien formulada con puntos de giro soberbios. Y es que precisamente en esta gran calidad a nivel narrativo, reside su mayor peligro. Porque la audiencia queda enganchada a la trama desde el primer momento, sin poder despegar su vista de la pantalla. Dejando de lado el mensaje que lanza hacia la audiencia. El cual se acerca más a la culpabilización de la mujer y víctima de una violación. Y que convierte a los hombres que la perpetraron (también en grupo), en simples mártires.
En el presente artículo, os presentamos un número de series sobre abusos sexuales para hablaros de lo que NO se debe hacer a la hora de abordar esta temática:
Series sobrer abusos sexuales: qué no se debe hacer
4. Big Little Lies (HBO, 2017-2019)
Dentro de las series que se apropian de esta temática, es una de las más cercanas a una representación adecuada y reivindicativa desde el movimiento. Las cuatro mujeres protagonistas son personajes perfectamente esbozados. Complejos y con arcos narrativos excelsos. Aunque el desenlace no es el deseado, es una teleserie que merece la pena visionar dada su gran calidad argumental y audiovisual.
3. Por trece razones (Netflix, 2017-2020)
Esta serie se convirtió en un fenómeno mainstream al estrenarse. En plena era #MeToo apareció en Netflix esta serie para público adolescente que abordaba los abusos sexuales desde una perspectiva genuina y estremecedora. Con la protagonista, la víctima de dicha violencia, hablando tras haberse suicidado.
En un principio, parecía que la perspectiva era la adecuada. Sin embargo, el desarrollo de la serie se les termina yendo de las manos. Extendiendo el drama y el morbo alrededor de la violencia y muerte de la protagonista. Del mismo modo, también los perfiles de aquellos que perpetran la violencia son similares a las demás. Donde las clases altas son bombardeadas, por encima del sistema patriarcal.
2. Alba (Atresmedia, 2021)
La serie española se basa en el formato de la serie turca Fatmagül (Kanal D, 2010-2012). La cual está a su vez basada en una novela de 1976. El argumento gira en torno a una violación grupal hacia una joven. En Alba, a pesar de ser ella la víctima de dicha violencia, los hombres son los protagonistas. E incluso víctimas y mártires de lo ocurrido.
El mito del amor romántico también tiene cabida en esta historia. Lo cual lo hace todavía más deplorable. Una obra audiovisual que explícitamente se apropia de una temática candente, con el único objetivo de ganar audiencia. Recurriendo, además, a la innecesaria y totalmente prescindible, reproducción constante del vídeo donde se observa cómo Alba es violada.
1. Dos veranos (Netflix, 2022)
Ciertos productos audiovisuales son evidentes en su planteamiento misógino. Sin embargo, la más reciente serie belga Dos veranos requiere de una formación y pensamiento crítico para poder desgranar aquello que se lanza hacia el subconsciente. ¿Quiénes son más culpables? ¿las mujeres o los hombres? Un planteamiento banal que la serie responde claramente, y desde una perspectiva heteropatriarcal e intencional.
Y, además, también recurre a la repetición en bucle del vídeo que recoge la violación en grupo hacia una mujer. Aquí no solo encontramos una inadecuada representación audiovisual. Sino que se vislumbra una intención perfectamente planeada para construir a las mujeres como las más culpables, y a los hombres como los mártires.
Series que abordan los abusos sexuales desde una perspectiva feminista
Fuera de esta lista, es imprescindible hablar sobre la espléndida teleserie estadounidense Podría destruirte (HBO, 2020). Una de las pocas, por no decir la única, que realmente transgrede el tema que aborda. Creada y protagonizada de forma incuestionable por Michaela Coel. Una miniserie que aborda el concepto de consentimiento en un contexto como la sociedad actual, desde un prisma diverso, genuino e interseccional. Un ejemplo de cómo se puede hablar sobre una realidad tan acuciante como sobrecogedora. Como es la de los múltiples abusos sexuales sufridos por mujeres.
Por otro lado, también encontramos la serie chilena La Jauría en Amazon Prime. La cual ha estrenado su segunda temporada el presente año. Producto que pasó desapercibido pero que aborda los abusos sexuales y las violaciones en grupo desde una perspectiva feminista y mucho más genuina. En este caso, no todo se centra en casos particulares y que parecen aislados, sino que el sistema patriarcal es explícita e implícitamente nombrado y abordado. En Alba vemos referencias muy claras a esta serie. Aunque la española, las esboza desde una visión más limitada y heteropatriarcal.
En La Jauría el movimiento feminista está representado de forma precisa. Incluyendo además protagonistas policías mujeres y recurriendo a magníficas actrices como Daniela Vega en el papel de Elisa Murillo y Antonia Zegers en el de la comisaria Olivia Fernández. Las mujeres son las indiscutibles protagonistas de esta teleserie, y las masculinidades son analizadas y puestas en jaque. Presentando distintos tipos de perfiles de hombres que perpetran los abusos sexuales. Alejándose así de la reiteración del perfil de joven rico o inestable mentalmente (tal y como hacen en Alba).
Además, hay que añadir que el aspecto de suspense está también muy bien esbozado. Manteniendo la intriga en la audiencia de forma constante. Y sin recurrir a la exposición continua de las imágenes de las violaciones. En los casos en los que se muestra, no existe recreación en el sufrimiento de la víctima, y se trata de ocultar la violencia lo máximo posible.
Incluso los créditos de inicio son atractivos. Con una canción original para la serie interpretada por la magnífica y reivindicativa rapera Ana Tijoux– la cuál ya participó en la banda sonora de series de culto como Breaking Bad -.
En definitiva, no hay una receta o manual que establezca las pautas concretas a seguir para hacer una representación correcta de los abusos sexuales. Sin embargo, sí que hay ciertos rasgos heteropatriarcales que son evidentes en múltiples obras audiovisuales. Las cuales se apropian de reivindicaciones del movimiento feminista. Para funcionar como la corriente que va en contra de la fuerza de las olas. Buscando destruir lo que con tanto tiempo y esfuerzo el feminismo ha construido. Utilizando sus propias herramientas, para destruirlo.
Así, es esencial tener las alertas bien encendidas a la hora de consumir cualquier producto que aborde temáticas similares. Porque en una violación hacia una mujer, ella no es la responsable, ni debe ser el foco de la culpa o escrutinio público. Tal y como afirma Amnistía Internacional “en el año 2021 se registraron en España 547 violaciones más que en el año anterior, lo que supone un incremento del 34%”. Y es por ello por lo que no podemos retirar la mirada, ni dejar de hablar de ello. Pero siempre desde una perspectiva adecuada y feminista.