‘Sangre en los labios’, de Rose Glass: una de las grandes sorpresas del año
El cine contemporáneo ha sido testigo de una evolución significativa en la forma en que se cuentan las historias, especialmente desde perspectivas que históricamente han sido marginadas o simplificadas. Sangre en los labios (Love Lies Bleeding), dirigida por Rose Glass, emerge como un fascinante híbrido de géneros que desafía las convenciones narrativas y estéticas, presentando un lienzo en el que el crimen, el romance, y la ambición se entrelazan con la experiencia queer y feminista.
Índice de contenidos
Sangre en los labios: obra multigénero y queer de culto
En el centro de Sangre en los labios encontramos a Lou (Kristen Stewart), una figura solitaria que gestiona un gimnasio, y a Jackie (inolvidable Katy O’Brian), una aspirante a fisicoculturista cuya ambición la lleva a Las Vegas en busca de sus sueños. La relación entre estas dos mujeres trasciende el mero romanticismo para explorar las dinámicas de poder, la violencia, y la manipulación dentro de un contexto dominado por figuras masculinas autoritarias y expectativas sociales restrictivas.
Esta compleja trama se desenvuelve en un pequeño pueblo de Nuevo México, proporcionando un rico trasfondo cultural y geográfico que amplifica las tensiones y conflictos del relato.
Rose Glass, a través de su dirección, se embarca en un audaz experimento estilístico que mezcla elementos de comedia negra, drama familiar, thriller de venganza, y crimen queer. Esta amalgama de géneros no solo sirve para mantener al espectador en un constante estado de anticipación, sino que también refleja la multifacética realidad de sus protagonistas.
Las experiencias de Lou y Jackie se narran con una intensidad y profundidad raramente vistas en el cine mainstream, especialmente en lo que respecta a personajes femeninos y queer, quienes suelen ser relegados a roles secundarios o estereotipados.
Kristen Stewart y Katy O’Brian: las Thelma y Louise del siglo XXI
La elección de Kristen Stewart para interpretar a Lou y Katy O’Brian para dar vida a Jackie fue acertada, no solo por sus sobresalientes actuaciones sino también por lo que representan dentro y fuera de la pantalla.
Stewart, con una carrera que ha desafiado las etiquetas y ha explorado con valentía personajes complejos y diversos, aporta una capa de autenticidad y profundidad a Lou, indiscutible. Por otro lado, O’Brian, con su experiencia real en el mundo del culturismo, infunde a Jackie una autenticidad física y emocional que enriquece el relato.
Desde un punto de vista feminista, Sangre en los labios es una película particularmente resonante. La película no solo aborda temas de género, sexualidad, y poder de una manera innovadora y provocativa, sino que también desmantela los clichés asociados a las “personas fuertes”, especialmente en lo que respecta a las mujeres.
Glass y su equipo se adentran en las zonas grises de la ambición, el amor, y la transformación personal, ofreciendo una visión que es tanto crítica como compasiva.
La ambientación en los años 80, con su estética vibrante y excesiva, sirve como el telón de fondo perfecto para explorar las contradicciones inherentes a la búsqueda del éxito y la autenticidad en un mundo que constantemente intenta moldearnos según sus expectativas.
La música, el diseño de producción, y la cinematografía no solo capturan la esencia de la época, sino que también subrayan la atemporalidad de las luchas internas y externas de los personajes.
Sangre en los labios: el reparto, uno de sus grandes aciertos
El reparto de Sangre en los labios se presenta como un mosaico de talento y diversidad, cada actriz y actor de la peli aporta profundidad y matices a esta rica obra narrativa que desafía géneros y expectativas. En el corazón de la película se encuentran Kristen Stewart y Katy O’Brian, cuyas actuaciones se erigen como pilares fundamentales del relato, complementadas por un elenco secundario que enriquece la historia con sus propias complejidades y conflictos.
Kristen Stewart en el papel de Lou es una elección que parece desafiar, y al mismo tiempo, afirmar su versatilidad como actriz. Conocida por su capacidad para encarnar personajes que van desde la introspección hasta la rebeldía, Stewart aporta a Lou una mezcla de vulnerabilidad y fuerza que es raramente explorada en personajes femeninos dentro del cine.
Stewart, cuya carrera ha sido marcada por roles que desafían las convenciones, ofrece en Sangre en los labios una actuación que es tanto una extensión de su propio viaje artístico como una nueva frontera en su exploración de la identidad y el deseo.
Katy O’Brian, como Jackie, realiza una actuación reveladora que desborda autenticidad y complejidad. Su trasfondo en el culturismo aporta una veracidad inmediata a su personaje, pero es su capacidad para navegar la vulnerabilidad emocional de Jackie, su ambición, y su transformación a lo largo de la película, lo que realmente destaca.
O’Brian trasciende el físico impresionante de su personaje para revelar las capas de esperanza, miedo, y deseo que motivan su viaje. Esta es una interpretación que no solo destaca por su fisicidad, sino por la profundidad emocional que O’Brian logra comunicarnos.
Ed Harris, interpretando al enigmático Lou Sr., añade una dimensión adicional de conflicto y complejidad a la trama. Su personaje, que es tanto una figura de autoridad como un eco de los oscuros secretos familiares, se convierte en un catalizador para la tensión que permea la narrativa.
Harris, con una carrera distinguida por retratar personajes de intensa profundidad psicológica, ofrece en Sangre en los labios una interpretación que es tan intrigante como perturbadora. Su habilidad para personificar el poder, la manipulación, y la vulnerabilidad hace de Lou Sr. un personaje fascinante y multidimensional.
El reparto secundario, con actrices como Jena Malone en el papel de Beth, Dave Franco como JJ, y un conjunto de talentos que encarnan a personajes desde lo cómico hasta lo trágico, contribuyen a la riqueza del mundo que Glass ha creado. Cada actor, con su interpretación única, aporta texturas a la narrativa, desde el drama familiar hasta el thriller de venganza, creando un universo en el que el amor, la ambición, y la violencia se entrelazan de formas inesperadas.
La elección y dirección del reparto en Sangre en los labios refleja un enfoque deliberado y cuidadoso por parte de Rose Glass, quien ha logrado reunir un grupo de actrices y actores capaces de navegar la complejidad de la historia con autenticidad y convicción. A través de sus actuaciones, el reparto no solo da vida a la visión de Glass sino que también eleva la película, asegurando que Sangre en los labios se mantenga como una obra provocativa y memorable en el panorama cinematográfico actual.
Sangre en los labios y Saint Moud: qué tienen en común las dos joyas de Rose Glass
La filmografía de Rose Glass, aunque breve, destaca por su genialidad y originalidad, evidenciada en sus dos largometrajes: Saint Maud y Sangre en los labios. Ambas películas, aunque diferentes en tema y tono, comparten ciertas similitudes que revelan la singular visión artística de Glass. Sin embargo, es en sus diferencias donde se aprecia la evolución de Glass como cineasta y la expansión de su exploración narrativa y estilística.
Similitudes entre Sangre en los labios y Saint Moud:
Tanto en Saint Maud como en Sangre en los labios, Glass se centra en personajes femeninos en la cúspide de transformaciones personales profundas.
Mientras que Saint Maud sigue la espiral descendente de una enfermera paliativa obsesionada con salvar el alma de su paciente, Sangre en los labios narra la historia de Lou y Jackie, cuya relación desencadena una serie de eventos que alteran la vida.
Ambas películas examinan las dinámicas de poder dentro de las relaciones, aunque de maneras muy distintas. Saint Maud se adentra en la obsesión y la manipulación bajo el velo de la fe y la salvación, mientras que Sangre en los labios aborda el poder, la manipulación y la violencia en el contexto de una relación amorosa y familiar complicada.
A pesar de sus diferencias estilísticas, Glass mantiene una atmósfera inquietante en ambos films. La tensión psicológica y la anticipación de algo terriblemente malo es una constante en su obra.
Sangre en los labios y Saint Moud: las diferencias
Género y Estilo: Mientras que Saint Maud se inclina más hacia el terror psicológico con elementos de horror corporal, Sangre en los labios es un híbrido de géneros que mezcla el thriller, el drama, el crimen y la comedia negra. Esta última presenta una narrativa más rica en términos de diversidad de géneros y tono, reflejando una evolución en la confianza de Glass como cineasta para experimentar y desafiar las convenciones.
Ambientación y Paleta Visual: Saint Maud se caracteriza por su claustrofóbica ambientación en un pequeño apartamento junto al mar, utilizando una paleta de colores fríos que intensifica la sensación de aislamiento y desesperación. Sangre en los labios, por otro lado, explota los vastos paisajes de Nuevo México y una estética vibrante y excesiva de los años 80, lo que contribuye a una experiencia visual y emocional completamente diferente.
Temática y Mensaje: Aunque ambas películas abordan la transformación y la obsesión, Saint Maud se centra más en la fe, la salvación y la locura, mientras que Sangre en los labios explora la ambición, el amor apasionado y las consecuencias de nuestras acciones en un contexto más amplio de crítica social y de género.
En conjunto, Saint Maud y Sangre en los labios demuestran el talento de Glass para crear narrativas complejas y personajes femeninos ricos en matices, al tiempo que señalan una trayectoria de crecimiento y exploración como cineasta. Mientras Saint Maud puede verse como una intensa meditación sobre la fe y la locura, Sangre en los labios se presenta como una audaz exploración de la identidad, el deseo y el poder, marcando un emocionante próximo capítulo en la carrera de Glass.
Sangre en los labios: transgresión, arte y fondo
En conclusión, Sangre en los labios es una obra transgresora que marca un punto de inflexión en la carrera de Rose Glass y un momento significativo en el cine más rompedor y divertido.
A través de su enfoque innovador en la narrativa y la estética, la película invita a reflexionar sobre las complejidades de la condición humana, la naturaleza destructiva y redentora del amor, y la búsqueda incesante de nuestra propia voz en un mundo que a menudo intenta silenciarnos.
Con Sangre en los labios, Glass no solo consolida su lugar como una voz única en el cine sino que también plantea preguntas esenciales sobre el arte, la sociedad, y nuestra capacidad para cambiar.