Sandman: el Teatro de Misterio de DC cómics
Después de haber creado a Grendel, y antes de remozar algunas de las historias de corte más clásico de Batman, Matt Wagner se atrevió con otro personaje de la Edad de Oro de los Cómics. “Sandman: Teatro de Misterio”, ambientada en los años 30, sigue las andanzas del personaje del mismo nombre, para disfrute de los aficionados al género negro y de terror.
Gran parte del encanto del universo “DC” (y lo que lo hace tan especial) es su amplia plétora de personajes, tanto de invención propia como heredados de otras editoriales, y que datan, algunos, desde finales de los años 30. Ese es el caso de Wesley Dodds, el “Sandman” (“arenero”, en español), publicado por primera vez en el número 40 de “Adventure Comics“, en 1939.
Después de una corta trayectoria en esta y otras revistas, pasó a engrosar las filas de la “Justice Society of America”, junto al Doctor Destino, Hour-Man, el Espectro, el Átomo, Hawkman, y las primeras versiones de Flash y Linterna Verde. A los nostálgicos (como yo) de la edad dorada de los superhéroes les recomiendo “Superhero Comics of the Golden Age: The Illustrated History”, de Mike Benton, que puede conseguirse en inglés fácilmente por internet.
El teatro de misterio
Pese a un breve intento por revitalizar al personaje en los años 60, lo cierto es que nunca llegó a ser especialmente popular. Esto es, hasta su aparición en el bestseller del New York Times que llevaba su mismo nombre.
“The Sandman” fue la coronación definitiva de Neil Gaiman como uno de los reyes del mundo del cómic. Su protagonista forma parte de “los Eternos”, un grupo de personajes arquetípicos que encarnan distintas facetas de la condición humana y el universo. En una de sus aventuras, “Sueño” se encuentra con Wesley Dodds. La aparición del Sandman original fue tan celebrada entre los lectores, que “DC Comics” no pudo más que relanzarlo en su propia serie: “Sandman, Teatro de Misterio”.
¿Y quién mejor para tomar las riendas del título que Matt Wagner? El galardonado autor de “Mage” y “Grendel” ya había colaborado un par de años antes con “DC” en una serie limitada centrada en el demonio rimador favorito del infierno, Etrigan. Además, su estilo oscuro y violento casaban a la perfección con el espíritu noir de Sandman.
Así que el primer número del “Teatro de Misterio” salió en abril de 1993, con una hermosa tipografía art déco y una fotografía de Galvin Wilson en la portada.
El hombre tras la máscara
La serie devuelve al personaje a los años 30 en que se originó, y a sus raíces pulp. Influenciada por los cuentos y novelas de Dashiell Hammett y por el cine negro, nos cuenta la historia de Wesley Dodds, el hijo de un próspero dueño de varias empresas petroleras, metalúrgicas y automovilísticas. Después del fallecimiento de este, Wesley vuelve a Nueva York para poner en orden los asuntos de su padre.
Entre tanto, la abolición de la Ley Seca por medio de la Enmienda XXI de la Constitución Americana supone un duro golpe para las mafias. Sin embargo, la situación en las calles no está menos revuelta.
El de Catherine Van der Meer es el primero de varios secuestros aparentemente aleatorios realizados por “La Tarántula”, un enigmático criminal de origen desconocido que tiene a la policía en jaque. El miedo se extiende por la ciudad, y más cuando aparece el cuerpo violentamente mutilado de una de las secuestradas en mitad de un callejón.
El teniente Burke y el fiscal del distrito Belmont andan inmersos en una ardua investigación que parece cerrar un círculo en torno a Albert Goldman y su familia, que habían amasado una gran fortuna vendiendo alcohol de forma clandestina. Pero alguien más anda tras la pista de la Tarántula.
Mr. Sandman
Un hombre vestido con gabardina y sombrero, oculto tras una máscara antigás, patrulla las calles de noche. Sigiloso y adiestrado en combate, va armado con una pistola que contiene un potente somnífero. Esto último le granjea el sobrenombre de “Sandman”, en referencia a una vieja rima infantil según la cual el Señor Arenero visita a los niños por las noches y les procura dulces sueños.
Dian, la hija del fiscal, es amiga personal de Catherine, motivo por el que se implica en la resolución del misterio de los secuestros. Provista de un agudo intelecto y sin miedo al peligro, va un par de pasos por delante de su padre. Al mismo tiempo, inicia con Wesley Dodds una amistad que se torna en romance. Dian no tarda en descubrir lo que los lectores ya sabemos: que el amable y aparentemente impresionable Wesley es, en realidad, el temerario Sandman.
El sueño de la razón produce monstruos
Para capturar a la Tarántula, Dian y Wesley deberán desentrañar una historia de violencia, codicia e incesto, planteada por Matt Wagner al más puro estilo de la novela detectivesca y con total libertad creativa para mostrarse tan visceral y explícito como quiera.
Esta y otras historias autoconclusivas se desarrollan a lo largo de 70 números y un especial anual, en los que Sandman y su compañera se enfrentan a diversos villanos de inspiración clásica, tales como la Cara, la Bestia, el Escorpión, o el mismísimo Doctor Muerte.
“Sandman, Teatro de Misterio” hace las delicias de los aficionados al género negro y de terror. Matt Wagner encabeza el proyecto hasta su final, en febrero de 1999, con ayuda de Steven T. Seagle, otro guionista, para cumplir puntualmente con las fechas de entrega.
Guy Davis se ocupa de la mayor parte del aspecto gráfico del cómic, su punto flaco, en mi opinión. Y no es que Davis sea un mal dibujante, ni mucho menos (en “A.I.D.P.”, de “Dark Horse”, por ejemplo, está excelso). Pero teniendo a Matt Wagner cerca, se echan de menos sus lápices. Davis representa atinadamente la atmósfera sombría y visceral de la obra, pero retrata a los personajes de forma plana, intercambiable. Para mi gusto, ya digo.
Aun así, la serie se disfruta igual, y no deja de ser la etapa cumbre del personaje, con diferencia, y una de las mejores colecciones cerradas del sello “Vertigo” y la editorial “DC” en general.
Más del arenero
Otra aparición estelar de Sandman se produjo en 1996, en la novela gráfica de Mark Waid y Álex Ross “Kingdom Come”. En ella, un Wesley Dodds ya anciano tiene un sueño profético que vaticina el terrible conflicto que ha de venir, y que inicia la acción del cómic.
En el siglo XXI, sin embargo, el personaje ha vuelto a caer un poco en el olvido, realizando tan solo alguna que otra aparición esporádica en algunos eventos de magnitud global en el universo “DC”, tales como “Blackest Night”, o “Doomsday Clock”.
Matt Wagner, por su parte, ha continuado como uno de los guionistas y dibujantes más celebrados del medio. Especialmente notables son sus trabajos con Batman, resaltando sus aspectos de influencia gótica y policiaca en “El Monje Loco” y “Los Hombres Monstruo”.
Imagen de portada de Francesco Francavilla.