Arte conceptual: Recorrido por la Colección de Rafael Tous en el MACBA de Barcelona
120 obras de 28 artistas, seleccionadas entre el millar de piezas que conforman la generosa donación de Rafael Tous, se despliegan en un recorrido que comprende el edificio Meier, la Capella MACBA y Metrònom.
La magnitud de la donación de Rafael Tous difícilmente puede compararse con ninguna otra, por la cantidad de obras y también por su calidad. Un millar de piezas de arte que se incorporan a la Colección MACBA, así como al patrimonio público de la ciudad de Barcelona y del país.
En tiempo real. La Colección Rafael Tous de arte conceptual, constituye el punto de partida del nuevo diálogo que se producirá entre la Colección Tous y la Colección MACBA. Enriquecerá los relatos de una parte importante de la historia del arte contemporáneo y de las trayectorias de muchos de sus artistas.
Pone el acento en la diversidad de manifestaciones y posicionamientos que caracterizan a los artistas y las artistas conceptuales. La muestra aborda temas como el arte de acción y las propuestas vinculadas a la naturaleza. Obras que destacan el elemento ideológico de las imágenes y el poder de los medios de masas, así como en aquellas que se articulan como dispositivos de crítica política, entre otras.
En tiempo real: la Colección Rafael Tous de arte conceptual
En tiempo real. La Colección Rafael Tous de arte conceptual es la primera exposición de la Colección Tous en el MACBA, que ya contaba con un importante fondo de arte conceptual construido desde sus inicios.
Se muestra una amplia selección de obras de esta gran donación, formada por un millar de piezas, que Rafael Tous ha regalado a la ciudad de Barcelona y al museo.
El coleccionista, mecenas y agitador cultural Rafael Tous ha estado siempre vinculado al mundo de la cultura. Estableció lazos de amistad con creadores y artistas fundamentales para comprender la evolución de las prácticas artísticas que priorizaban la idea y el proceso antes que el objeto.
Gracias a esta conjunción de obras, se lleva a cabo una relectura necesaria y se abren nuevos espacios de reflexión en torno a las prácticas denominadas conceptuales.
El recorrido propuesto en la exposición genera coexistencias y simultaneidades que permiten replantear el relato de las mismas y constatar la vocación internacional de muchos de sus artistas.
La muestra comprende 120 obras de 28 artistas y ofrece un viaje significativo por las prácticas experimentales de los años setenta y ochenta en Cataluña a través de varios ámbitos.
El arte de acción, la interacción con la naturaleza, el interés por los medios de comunicación y el nuevo consumismo, la crítica social i política, la palabra y la incorporación de objetos son algunos de los aspectos tratados.
Carlos Pazos, en la Capella MACBA
No hay replay es una instalación presentada por primera vez en la Sala Metrònom en 1989 en la que reconocemos algunos imaginarios recurrentes del artista –el paso del tiempo, la memoria y sus fetiches, la pérdida y el azar–, en esta ocasión cubiertos por la oscuridad.
Los objetos fuera de contexto introducen al espectador en un mundo onírico, un golpe visual que remite a la escenografía como única representación posible.
La imagen congelada de un salto al vacío en el que el viaje íntimo, la experiencia interior y el riesgo que conlleva provocan un cierto desasosiego. La ironía, la parodia y la puesta en escena aparecen como los verdaderos elementos subversivos. No hay vuelta atrás.
Jordi Benito, en la Sala Metrònom
En la propuesta Les portes de Linares, Jordi Benito (Granollers, 1951 – Barcelona, 2008) deja atrás el accionismo más radical y las citas wagnerianas para tomar como punto de partida a Goya, la tauromaquia, la imagen de la Pasión y la música de Carles Santos.
Formada por ocho fragmentos o episodios, la instalación conjuga multiplicidad de elementos, literarios, históricos, vivenciales y sagrados, que refuerzan el valor simbólico de los materiales utilizados.
Les portes de Linares (1989, 2021) es la escena de un momento suspendido. Nos recuerda los hechos sucedidos en 1947 en la plaza de toros de Linares, donde Manolete, considerado por Jordi Benito el artista total, halló la muerte a causa de una cornada el mismo día en que pretendía dejar el mundo del toreo.
La mirada de Benito recoge, sin embargo, el testimonio de la vida del toro. Los útiles del campo y de los oficios se encuentran ordenados a modo de naturalezas muertas o elevados en cruces, como imagen de la Pasión, en contraste con los elementos civilizadores, que aparecen en franca decadencia.
El cuerpo del toro se mantiene suspendido en la acción de caer, los pianos están colocados de cara a la pared o a punto de romperse, como la piedra de blanco de España, que recibe el impacto del peso muerto, que desmenuza el pigmento blanco. Muerto el arte total, el artista se mira en el cuerpo del toro, y ambos están suspendidos sobre el piano de Carles Santos.
Los artistas de la Colección Rafael Tous
Los artistas incluidos en la exposición son: Francesc Abad, Eugènia Balcells, Jordi Benito, Carmen Calvo, Jordi Cerdà, CVA (Comité de Vigilancia Artística), Benet Ferrer, Alicia Fingerhut, Teresa Gancedo, Ferran Garcia Sevilla, Eulàlia Grau, Josep Maria Joan i Rosa, Àngel Jové, Antoni Llena, Eva Lootz, Miralda, Fina Miralles, Muntadas, Pere Noguera, Jordi Pablo, Pilar Palomer, Carlos Pazos, Carles Pujol, Joan Rabascall, Àngels Ribé, Benet Rossell, Francesc Torres i Jaume Xifra.
Rafael Tous, la colección y la sala Metrónom
Vinculado al mundo textil, Rafael Tous (Barcelona, 1940) es coleccionista de arte desde su juventud. Se inició adquiriendo obras del impresionismo, aunque a partir de 1970 comenzó a coleccionar obras de artistas de su generación con quienes, a lo largo de los años, ha entablado estrechas relaciones de amistad.
De las visitas a sus estudios y de las exposiciones en la Galería G, en la Sala Vinçon, en el Espai 10 de la Fundació Joan Miró o en el Espai B5-125 de la Universitat Autònoma de Barcelona, fue surgiendo su colección.
Uno de los rasgos que singulariza la Colección Tous es que se ha ido desarrollando de forma orgánica. A medida que el arte que incorporaba se iba produciendo.
Por otra parte, si bien supone el retrato de un tiempo, no hay que olvidar que lo que da unidad a prácticas tan diversas es precisamente la mirada del coleccionista.
Como apunta Elio Grazioli en La collezione come forma d’arte, aunque las colecciones sean el reflejo de sus épocas, cuando se observa «lo que han sido al desviarse de la línea principal, de la más concurrida, es cuando mejor han demostrado la profundidad y verdad de las posibles elecciones.»
Su compromiso continuó posteriormente con la puesta en marcha de la Sala Metrònom. A partir de 1980 y hasta 2006, primero en la calle Berlinès de Sant Gervasi y más tarde en el emblemático espacio de la calle Fusina en el Born, Metrònom fue un espacio de experimentación no solo en el campo de las artes visuales, sino también en el de la música, la danza y el teatro. Producía nuevos trabajos, tan atrevidos como arriesgados, con una extraordinaria exigencia de calidad.