Pipiolas y su música cargada de osadía, juventud y melancolía
No puede haber mejor definición de Pipiolas que esta de Elefant Records, su discográfica, que asegura de ellas que son: “unos diamantes aprendiendo a brillar”.
Hay cosas que han cambiado. Mucho. No es que sean mejores ni peores. Es que su capacidad de sorprendernos, de dejar poso, de crear magia, ha mutado de manera imprevisible. Antes recibíamos maquetas, a miles. Cintas, CDs, y todo tipo de formato de audio, con unas propuestas concisas, que buscaban desencajarte la mandíbula en unos cuantos segundos. Ahora, te encuentras con ellas de bruces. Pinchas un enlace, abres una red social, pasa un reel por tus narices y algo te vuela la cabeza. Y sabes que quieres trabajar con esas personas, y sabes que estás viendo unos diamantes aprendiendo a brillar. En cierto modo, algo así nos ocurrió con Pipiolas.
Elefant Records
¿Quieres saber quién son Pipiolas?
Formado por Adriana Ubani Álvarez (1997, de Las Palmas de Gran Canaria) y Paula Reyes Morillas (1995, Alcorcón), Pipiolas son un dúo de dos personas radicalmente carismáticas. Pero lo más importante, con un espíritu artístico arrollador. Con ese “algo” que las diferencia de todo lo demás. La clave es ellas.
Ambas se conocen en la RESAD, donde estudiaron interpretación. Reciben clases de coro y canto lírico. Paula ya había hecho antes sus pinitos, con un libro, Pequeño Soldado, que con 14 años la convirtió en finalista del “VI Premio de Novela Jordi Sierra i Fabra para Jóvenes 2011” con la historia de un pequeño niño gitano de nueve años que vive en un poblado de una ciudad ocupada por los nazis a finales de la Segunda Guerra Mundial. Ya finiquitada la carrera, cada una sigue su camino.
Hasta que a Paula le rompen el corazón, la motivación necesaria para comenzar a escribir canciones. Se acuerda de Adriana. Se acuerda que la gente decía que se parecían. Que sus voces son de tesituras similares. Que empastaban tan bien. Y le propone vivir la aventura. Y se lanzan de cabeza. Vau Boy pone la instrumentación y la producción musical, y dan vida a unas canciones que sabían hasta donde querían llegar.
Pipiolas, ha nacido para colarse en tu banda sonora
Todo comienza con Narciso, a principios de 2022. Sabes que son alguien haciendo pop, pero que enfocan la música de una manera diferente a como lo haría cualquier otro músico. No es un absoluto, quien escribe y canta esto quiere más.
No es sólo música. Y lo sabes porque en apenas cuatro minutos has pasado de bedroom pop a house, de golpe saltas a tecno pop y de repente te das de bruces con el punk-pop, después de un par de piruetas épicas en plan La Bien Querida. Como suena. Y sin sonar deslavazado. Sin parecer un corta y pega. Y en la imagen ves a dos cantantes que no se esconden. No son tímidas. Lo echan todo en cada plano. Saben moverse en cualquier terreno y saben que no tiene sentido ir con medias tintas.
Tan solo era el comienzo
Poco después es el turno de Club de los 27. Cogen las Pipiolas y sueltan: “En el club de los 27 / Ya no están todos los de siempre / Porque se ha morido la gente / Cuerpos fríos son suficientes”.
Y oímos a Mecano y también a Hole, a Saint Etienne y Always. Y paran. Ahí salta la épica. M83. Otra frase para el recuerdo: “¿Y ahora que hacemos con la modernez? / ¿Y ahora qué hacemos con lo que mola? / ¿Y ahora qué hacemos? ¿Qué se puede hacer? / ¿Y ahora qué vamos a hacer?”. Retozan entre chocolate. Y el croma las lleva a mil sitios. En cada sitio son ellas. Y son diferentes. Y deslumbran.
En marzo de 2022 sale Un poco triste 🙁 y no nos esperamos lo que llega. Soul pop de habitación, melancolía, y en inglés. Hazel English, The Schaks, Tennis… Ritmos arrastrados que contrastan con imágenes veraniegas. Recuerdos estivales. Y casi al final nos sorprenden unas palabras en castellano: “Ayer te llamé por si vas a volver / Pero tú respondiste que no”. Y se acaba. Sin remediarlo, te derrites como un helado bajo el sol.
Paula sigue escribiendo. Publicó otro libro Lo Que La Abuela Nos Dejó. Adriana trabaja en danza y teatro. Siguen con sus carreras de actrices. Y se meten de cabeza en Elefant Records. Sabemos que aquí comienza la magia. Y ellas también. Lo demuestran. Y sabemos que es el comienzo de un camino lleno de sorpresas. Más todavía. Y que lo vamos a disfrutar. Mucho.
Imagen de portada: (c) Pablo Gil García