‘Palabras para un fin del mundo’: la extraña muerte de Unamuno sobre la que nadie habla
Palabras para un fin del mundo (Manuel Menchón, 2020) es un documental estrenado a finales de año, disponible para ver en Filmin mediante suscripción.
Ya son varias las veces que me he quejado en Las Furias sobre lo atiborrado de Guerra Civil española y franquismo que está el audiovisual de nuestro país. No voy a repetir una vez lo que pienso.
Este documental del que vengo a hablar hoy trata sobre el papel que tuvo el escritor, profesor y filósofo Miguel de Unamuno, tanto en la Segunda República como durante los primeros meses de la Guerra Civil.
Palabras para un fin del mundo: la muerte de Unamuno
El bilbaíno residía hacía años en Salamanca, era profesor y rector en la universidad de esta misma ciudad y jugó un papel importante en la política, no solo en Salamanca (donde se le nombró alcalde honorífico vitalicio) sino también a nivel nacional, en las cortes de Madrid.
Cuando la república empezó a llevar a cabo acciones reprobables, como quemar iglesias y símbolos del catolicismo, Unamuno se despegó de ella, diciendo que la república era la forma de gobierno idónea, pero no de esa manera.
Hoy en día se piensa que si alguien reniega de la república es que es conservador. No, perdonad, pero una cosa es la forma y otra el contenido, que una república también puede ser de derechas y, de hecho, en este período del que hablamos lo fue.
Pasa lo que todos sabemos, el golpe de los militares. Salamanca es una de las primeras ciudades que toman los golpistas y que, además, se convierte en centro propagandístico. En un inicio, según cuenta Palabras para un fin del mundo, Unamuno pensó que aquel golpe fracasaría y permaneció en su cargo político en Salamanca para tratar de apaciguar los ánimos. Pero pronto la cosa se destaparía y acabaría en la dictadura de 40 años que todos hemos estudiado.
Unamuno murió el 31 de diciembre de 1936, en su casa, encerrado, encarcelado entre todas sus cosas. Murió mientras hablaba con un amigo, que afirma que se dio cuenta de que estaba muerto porque su zapatilla empezó a oler a quemado. Se le enterró en menos de 24 horas y con honores de la Falange.
Palabras para un fin del mundo: la verdadera historia de su muerte
No se puede conocer cómo murió. Lo que sí revela Palabras para un fin del mundo, es que ese amigo que fue a verle no era un amigo, sino un alto mando de Falange con el que Unamuno no tenía relación, pues no le menciona en ninguna de sus cartas (y escribió unas 25 000).
Lo que deja entrever esta película es que este amigo le mató porque el régimen quería quitárselo de en medio, pero al ser un señor con tanto prestigio en España y el extranjero, no podían pegarle dos tiros y dejarle en una cuneta como a otros.
Y es que, a pesar de que, según Palabras para un fin del mundo, el escritor veía los peligros tanto en un bando como en el otro, los golpistas le usaron como elemento de propaganda, para que su buen prestigio y juicio jugaran a su favor. El propio Unamuno se fue alejando de las entrevistas en el extranjero, ya que algún golpista siempre iba con él y se tergiversaban sus palabras en la entrevista.
Las voces del fin del mundo
El documental Palabras para un fin del mundo está narrado por José Sacristán como Unamuno y Marian Álvarez como narradora/investigadora. No es un documental al uso, no hay declaraciones mezcladas con narración.
La voz de Álvarez nos lleva por la historia mientras José Sacristán interpreta las palabras que dejó por escrito Miguel de Unamuno. Intervienen otros dobladores, como Antonio de la Torre, interpretando a diferentes personajes históricos.
La única persona que aparece declarando es el nieto de Miguel de Unamuno, afirmando que lo que se hizo con su abuelo fue un robo. La pena es que el nieto habla como 2 minutos. Me habría parecido interesante que hubiera un testimonio más completo por su parte, ya que él vivió el momento de la muerte de su abuelo.
A nivel de producción está muy bien hecho, es muy poético, no solo por las palabras del bilbaíno, sino por las imágenes pausadas y en blanco y negro (solo con las banderas y el fuego de color).
La radicalización no entiende de lados
Es un documento histórico en toda regla, que además me parece doblemente interesante, porque a pesar del corte ideológico que tiene, se comentan algunas de las atrocidades que hizo el bando republicano y que parece que la historia ha obviado por completo. Unamuno sabía esto y queda reflejado en sus textos, no era un personaje contradictorio o que se cambiara de bando, era una persona con dos dedos de frente, que vio que la radicalización era mala en uno y otro extremo.