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Othello: los celos de la carne y el poder

Othello es una de mis obras favoritas de Shakespeare. Cuando me enteré de que la compañía Voadora con Marta Pazos a la cabeza estaba detrás de la última y más libre versión de la obra, no dudé que lo que iba a acontecer en esa antigua capilla del Teatro de La Abadía, ahora templo teatral, sería un espectáculo que no olvidaría en mucho tiempo.

No me equivoqué. Cada día lo recuerdo con más fuerza.

Othello - Marta Pazos © Tamara de la Fuente
Othello – Marta Pazos © Tamara de la Fuente

Othello: Marta Pazos y Shakespeare

Marta Pazos no es la primera vez que coge de la mano a Shakespeare para cruzar del proscenio a la escena. Ya lo hizo de manera magistral en La Tempestad y en Sueño de una noche de verano. En Othello vuelve a caminar por baldosines dorados.

La escenografía está compuesta por diferentes capas de enormes y altas telas con el color de la carne como bandera. Entre ellas aparece una pantera negra caminado lentamente. Desdémona la sigue. Se acerca a la pantera, que duda al verla. Desdémona está segura. Le acerca la mano para que la pantera la huela. Lo hace. Desdémona sonríe y sale de la escena junto a la pantera negra que la sigue.

Esa pantera es Othello. Y ese comienzo deja claro que vamos a ver un gran espectáculo actoral en el que el cuerpo va a ser un gran protagonista.

Marta se centra en los personajes principales de la obra del maestro inglés. Los protagonistas son Othello (Chumo Mata), Desdémona (Mari Paz Sayago), Yago (Ana Esmith), Casio (Joaquín Abella), Rodrigo (Hugo Torres), Emilia y Brabancio (Ángel Burgos).

El reparto de Othello © Estrella Melero.
El reparto de Othello © Estrella Melero.

Cuando los celos y la mentira mueven el mundo

Los celos son los grandes protagonistas de Othello. Seremos testigos de como estos destrozan y pudren todo lo que tocan. Muchas veces los celos no solo son creados por la inseguridad, a veces, para que se hagan más fuertes y le roben la razón a su recipiente humano, tienen que ser alimentados por las palabras de la mentira. En eso Yago, como Apate, parece haber nacido con esa desafortunada virtud.

Ana Esmith interpreta a Yago, el alférez de Othello. Su interpretación es de una calidad apabullante. Su control corporal, facial y manejo de la palabra es de lo mejor de una obra en la que los actores parecen haber salido de otra galaxia.

Chumo Mata y Ana Esmith como Othello y Yago han nacido para interpretarlos. © Estrella Melero.
Chumo Mata y Ana Esmith como Othello y Yago han nacido para interpretarlos. © Estrella Melero.

Sin duda, es el mejor Yago que un servidor ha podido ver e incluso imaginar. Lo vivencial de su interpretación, su conflicto y obsesión, la falsa complicidad con Othello… Por momentos resultan estremecedoras. Su manejo de la mentira y la manipulación es aterrador.

Yago y su afán por ser el teniente de Othello junto a otros intereses no tan evidentes pero que parecen nacer de la carne, es el maestro de marionetas de la función. Pieza a pieza consigue reconstruir el puzle que ha imaginado. Su interpretación recuerda a la del hombre misterioso interpretado por Robert Blake en la Carretera perdida de David Lynch.

La voz de Desdémona

Desdémona, la amante de Othello y objeto de deseo masculino, está interpretada por Mari Paz Sayago.

En Othello, los personajes femeninos son los que ponen la voz al resto de personajes. No siempre, pero sí en muchas ocasiones, Othello, Yago y compañía interpretan haciendo un playback de la voz de Mari Paz que habla como Desdémona y se da la réplica ella misma. Lo mismo ocurre a veces con Ángel Burgos interpretando a Emilia, la mujer de Yago.

El trabajo de Mari Paz en ese sentido es espectacular, solo con su voz consigue llenar de matices las palabras de Othello, Casio, Rodrigo o Yago hasta el punto de no echar de menos las voces originales.

Othello y Desdémona. © Estrella Melero.
Othello y Desdémona. © Estrella Melero.

Además de esa confusa pero sorprendente decisión de dirección, la obra cuestiona los estereotipos establecidos con actores y actrices que interpretan a personajes a los que no tienen por qué compartir el mismo sexo.

El que haya tan pocas voces en escena, no desarma a los actores, al contrario. Absolutamente todos están espléndidos en ese sentido. Da gusto ver como la expresión corporal te explica lo que no hay palabra que pueda describir. La carne de la obra de Pazos, marca la gran diferencia con la obra original.

Las imágenes que consigue crear con los cuerpos del reparto son tan potentes e imborrables como muchas de las palabras de Shakespeare.

Magníficos Hugo torres y Joaquín Abella en Othello  © Estrella Melero .
Magníficos Hugo torres y Joaquín Abella en Othello © Estrella Melero.

Othello: Cuando Lynch conoció a Shakespeare

No es ningún secreto que Marta Pazos es admiradora del genio de los sueños David Lynch y, como este, ella también es capaz de cazar peces dorados.

Antes decíamos que su Yago tenía algo del hombre misterioso de Carretera perdida, pero no solo se quedan ahí las referencias a la obra de Lynch. El maravilloso sonido e iluminación son un buen ejemplo. Se podrían utilizar para cualquier película del maestro.

Especialmente me gustó la escena en la que discutían Desdémona y Othello, en la que, como ocurre en la serie de Lynch, Rabbits, ovaciones y risas enlatadas de sitcom la envolvían.

Othello, técnicamente es una genialidad. Su complejidad parece sencilla por lo bien ejecutada que está y la ausencia de cualquier imprevisto en escena.

Othello, tiene momentos llenos de angustia y ansiedad, venganza, amor y perturbación, pero Marta se da el gusto de incluir pequeños toques de comedia con los que coger aire y poder seguir soñando.

Genial Ángel Burgos como Emilia en Othello © Estrella Melero.
Genial Ángel Burgos como Emilia en Othello © Estrella Melero.

Es una obra para volver a ver ya que está llena de detalles, muchos libres a tu interpretación, y crea cientos de imágenes en tu mente que vas a querer revisitar.

Podría seguir hablando de Othello, de la divertida escena en la que se presentan los personajes, de la pérdida de humanidad de Casio o de la genialidad de su final, ¿pero sabes qué? Mucho mejor que te pases por el Teatro de La Abadía y lo veas, escuches y sientas por ti mism@. No te quiero robar ese placer, no me lo perdonaría.

Puedes ver Othello en el Teatro de La Abadía hasta el domingo 6 de junio.

Imagen de portada: © Tamara de la Fuente