La ‘Orquídea negra’ de Gaiman y McKean sigue sin marchitarse
Igual que la mitología griega tiene a Gea y Deméter, por ejemplo, el panteón de DC Comics cuenta con varios personajes relativos al mundo vegetal. Uno de los menos conocidos es Orquídea Negra, germinado en los años 70 y replantado por Neil Gaiman y Dave McKean unos quince años después. Su perfume llega hasta nuestros días sin haber perdido un ápice de intensidad. Comprobadlo y me decís.
Al igual que Sandman, Orquídea Negra nació en las páginas de Adventure Comics, concretamente en el número 428. En su primera aparición, esta heroína era una maestra del disfraz que, cada vez que resolvía un caso, dejaba tras de sí una tarjeta con el dibujo de una flor.
Pese a su atractiva premisa, el personaje no echó raíces, por así decirlo, entre los lectores de la época, y a punto estuvo de marchitarse. Por suerte, Neil Gaiman trajo consigo unas tijeras de podar y sustrato nuevo, así como al mejor jardinero posible: Dave McKean.
El dúo de guionista y dibujante ya había triunfado en las islas británicas con tres colaboraciones: Casos violentos, Señal y ruido, y La trágica comedia o cómica tragedia de Mr. Punch (lecturas recomendadas todas ellas). Para su debut en DC Comics, escogieron un personaje poco trillado, que les permitiese libertad creativa: Orquídea Negra.
Orquídea negra: una historia trágica
Susan Linden es una víctima de abuso por parte de su padre. En cuanto que tiene la edad suficiente, escapa de Metrópolis con la ayuda de Phillip Sylvan, su amor del instituto. De esta forma, Susan viaja a Ámsterdam primero y a Hamburgo después, rehaciendo su vida. Entre medias, envía tan solo un par de postales a Phillip, que él guarda cariñosamente junto a una hoja de arce que ella solía ponerse como adorno en el pelo.
Cuando Susan vuelve a Estados Unidos, lo hace como coupier en Las Vegas. Ahí conoce a Carl Thorne, un hombre de negocios, guapo y con estilo, con el que se casa. Pero Thorne resulta no ser trigo limpio. Trabaja para Lex Luthor, en secreto, y anda metido hasta el cuello en asuntos ilegales. Además, es celoso y violento.
Tras una fuerte discusión, Susan lo abandona y vuelve junto a Phillip. Poco después, ella muere asesinada sin que la policía pueda figurarse quién es el culpable (aunque no hace falta ser Batman para ello).
Pasa el tiempo, y Carl Thorne cumple condena en prisión por tráfico de armas. Más o menos a la vez, aparece en Metrópolis una nueva luchadora contra el crimen, una mujer mitad planta, conocida como Orquídea Negra.
Brotes verdes
Phillip Sylvan es un hombre de ciencia con un sueño: generar conciencia de la dependencia que tenemos del reino vegetal para sobrevivir, fomentando así su protección. Para ello, busca crear un híbrido entre ser humano y planta, que actúe como mediador entre las distintas formas de vida.
Tras muchos intentos fallidos, parece conseguir su objetivo después del asesinato de Susan. Phillip crea una semilla con la memoria celular de ella, en base a un extracto de su sangre. La primera de estas semillas en germinar se convierte en la Orquídea Negra. Esta, sin embargo, muere en las primeras páginas del cómic. Pero ella no es la única de su clase.
Dos semillas más han dado fruto: una réplica casi exacta de la primera, pero sin sus memorias, y una versión infantil de la difunta Susan. La trama del cómic gira en torno a estas dos mujeres/planta, mientras intentan descifrar el enigma de su propia existencia, así como escapar de aquellos que pretenden hacerles daño.
La belleza del cómic
“(no sé qué hay en ti que se cierra
y se abre;pero algo en mí comprende
que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas)
nadie,ni siquiera la lluvia,tiene las manos tan pequeñas”
E. E. Cummings
Orquídea Negra es, sin duda, uno de los títulos más inusuales de DC Comics. En él juegan un papel prominente varios personajes relativos al mundo de las plantas, tales como Jason Woodrue (el Hombre Florónico), Pamela Isley (Hiedra Venenosa), y Alec Holland (La Cosa del Pantano).
La historia mantiene la intriga hasta el final, que dista mucho de los intercambios de golpes habituales entre superhéroes y supervillanos. Orquídea Negra combina momentos de acción con otros más pausados y reflexivos, provistos de una poética inusual en el género. Esto es posible gracias al sobresaliente trabajo de Dave McKean. Su aporte gráfico no solo acompaña al texto, sino que lo eleva, resultando en una de las obras más bellas del medio.
El cómic se completó, después de tres entregas, en febrero de 1989, ocho meses antes del lanzamiento de Arkham Asylum. Es muy probable, por tanto, que McKean estuviese trabajando en ambos títulos al mismo tiempo. Mientras que el segundo es más visualmente arriesgado (con su caótica distribución de la página, imágenes perturbadoras, oscura paleta de colores, y mezcla de collage), el primero es más objetivamente hermoso.
Los dibujos son increíbles de contemplar, y uno se encuentra haciéndolo incluso mucho después de haber leído el texto. Orquídea Negra es un cómic para exhibir, igual que cualquier otro libro de arte.
Flor de viñetas
La serie completa fue publicada en un tomo único en 1991, bajo el sello editorial Vertigo. En español podemos disponer de ella en una bonita edición de tapa dura, lanzada por ECC Cómics.
Y si queréis leer más acerca del personaje, podéis encontrarlo en varios números de La Liga de la Justicia Oscura, traducidos por la misma editorial. Estas historias no tienen la misma calidad que la de Neil Gaiman, pero siguen siendo interesantes y divertidas.