‘Old Man’: película de terror con el mejor Stephen Lang desde ‘Avatar’ y ‘No respires’
Old Man es una película de terror psicológico de Lucky McKee, director de genialidades como May (2002), The Woman (2011) y Red (2008) o tonterías como All cheerleaders die (2013) y Blood Money (2017). McKee fue amigo del escritor Jack Ketchum, adaptando dos novelas del maestro del terror y coescribiendo con él la novela The Woman.
En Old Man, escrita por Joel Veach, el director se reúne con dos actores muy conocidos por los amantes del género: Stephen Lang y Marc Senter. Lang es conocido por su personaje en Avatar (2009) de James Cameron y por interpretar al brutal asesino ciego de la saga de terror No respires (2016). Senter quizá no es tan conocido, pero fue el encargado de dar vida al asesino Ray Pye en la adaptación de la novela de Ketchum, Lost (en España rebautizada como Perdición por la editorial La Biblioteca de Carfax), y ha participado en películas de terror de culto como Red,White & Blue (2010) o Starry Eyes (2014).
Ambos interpretes realizan dos interpretaciones encomiables, algo fundamental en una película de terror que transcurre con los dos personajes encerrados dentro de una cabaña en el bosque durante una noche de tormenta.
Old Man: una terrible historia para contar cerca del fuego
La película comienza con el personaje de Stephen Lang durmiendo en posición fetal, como si fuera un niño pequeño, en la austera cama de una cabaña algo destartalada y perturbadora. En una de las paredes, la mirada de la cabeza disecada de un puma observa toda la estancia. Lang se despierta y comienza a buscar a Rascal, su perro, que parece haber desaparecido.
Desde ese momento. El personaje que interpreta Lang se nos presenta como un viejo malhumorado que habla solo, maldice y amenaza a Rascal, un perro del que no sabemos nada.
Al poco llaman a la puerta de la cabaña. Fuera llueve con fuerza y el joven Joe (Marc Senter), al ver el humo de la cabaña de Lang, piensa que sería buena idea dirigirse allí buscando refugio. Lang abrió la puerta y lo recibió apuntándole con una escopeta de dos cañones en la cara.
Lang lo deja entrar a la cabaña, pero Joe no está muy seguro de que ha hecho lo correcto buscando la ayuda de un viejo que parece estar completamente loco y ser tan peligroso como el puma que cuelga de la pared.
El anciano se divierte haciéndole pasar miedo al joven Joe. Se siente poderoso. El chico intenta escapar de la cabaña, pero el personaje de Lang se lo impide y le convence de que se quede…
Desde ese momento, Old Man tratará de la interesante, terrorífica y desequilibrada conversación de estos dos personajes.
Old Man: malditos vendedores de biblias
El viejo no tiene muy buena opinión de los vendedores, y le explica a Joe el motivo. Le cuenta la historia de un vendedor de Biblias que un día se acercó a su cabaña. Historias como estas son las que le dan sentido a Old Man. Ver a dos actores de tanto talento cerca del fuego de una chimenea contándose historias oscuras en las que desvelan sus secretos más ocultos, es una auténtica gozada.
Stephen Lang interpreta a un anciano que puede ser alguien tan amenazador como la cola de un escorpión y tan tierno como un cachorrito de león. Vive y disfruta su personaje durante toda la película. Su anciano está lleno de matices y particularidades. Siempre queremos saber más de él, y cuando McKee nos regala un primerísimo primer plano de Lang, este logra congelarnos la sangre.
Por otro lado, Marc Senter interpreta a un inocente y cobarde recién casado, que, de forma natural y orgánica, y vencido por una tormenta y un dolor incurable, se adapta a su nueva situación como invitado de un extraño anciano.
En Old Man, los dos personajes son los protagonistas de una historia con algunos misteriosos elementos como una cafetera que podría estar envenenada, cuchillos manchados de sangre, un lago con la capacidad de sanar, o el extraño baúl, bien cerrado, que podemos ver en el centro de la estancia.
Los dos personajes no comenzaron con buen pie, pero acaban intimando en un juego psicológico de secretos y mentiras en el que nada es lo que parece…
Cambiar la pantalla verde de Avatar 2 por las tablas del teatro
Parece ser que no veremos a Stephen Lang en Avatar 2, pero disfrutarlo en Old Man es lo más parecido a poderlo ver sobre las tablas de un teatro. Dos personajes, una misteriosa historia y una pequeña cabaña, es lo único que necesita un director como Lucky McKee para mantenernos enganchados a la pantalla de cine o el televisor.
Su forma de rodar ese pequeño espacio y a sus personajes, consigue que no nos aburramos en ningún momento. Que nos de la sensación de estar allí. Con ellos. Algo parecido a lo que ocurrió con la maravillosa Mass (2021).
Old Man es una película irregular y de poco presupuesto, no alcanza la excelencia que desborda Mass, pero tampoco lo pretende. Old Man es una película pequeña y corta que quiere incomodar, asustar, intrigar y sorprendernos con un final y unos créditos que entusiasmarán a muchos y aborrecerán a otros.
Saludos furiosos.