Sitges 2023: ‘My Animal’, una historia de licántropos, amor y hockey
Ayer comenzó la nueva edición de mi festival de cine favorito, el Sitges Film Festival, y hoy se presentó My Animal, una película de terror de un subgénero que me encanta, pero que, por desgracia, en los últimos años cuesta encontrar una buena película que lo dignifique. Muchas y muchos pensaréis que me estoy refiriendo a las pelis de vampiros, pero no, hoy me refiero a las pelis de hombres y/o mujeres lobo, cine de licántropos. My Animal, debut de la directora Jacqueline Castel, es una de ellas.
My Animal, sujetando a tu bestia
My Animal nos cuenta la historia de Heather, una peculiar joven de cabello escarlata a la que le encantaría ser portera de hockey en las ligas superiores de su instituto, pero que, por ser una mujer, el entrenador del equipo masculino nunca la toma en serio para dar ese salto profesional. Ella se encarga de entrenar a sus dos hermanos pequeños, tan pelirrojos como ella, demostrando que tiene un talento innato en la portería, pero tan solo su padre parece creer en ella.
Su inestable madre hace que el tiempo en el que Heather está en casa sea un infierno, por ese motivo, la chica intenta saltarse sus estrictos horarios y estar en su hogar el mínimo tiempo posible, aunque eso pueda acarrear problemas y ser más peligroso de lo que ella misma cree…
Un día conoce a Jonny, una magnética patinadora por la que siente una atracción irrefrenable e inmediata. Jonny tiene un novio, el típico chulo, brabucón y tóxico de instituto, tan engreído como inseguro, pero también siente atracción por Heather.
Poco a poco, ambas chicas quedan y se van conociendo. Se hacen buenas amigas. La pista de hielo las une, pero ni el frío de esa pista o de los inviernos canadienses puede enfriar la pasión que corre por las venas de Heather, esa bestia imparable que está harta de esconderse.
My Animal, un coming-of-age licántropo
La ópera prima de Jacqueline Castel está rodada con gusto e intención. Su música y su bella fotografía nos recuerda a ese cine de terror de finales de los 80 y principios de los 90 que tanto echamos de menos. Un tipo de cine que engancha por la humanidad de sus historias, no por sus efectos especiales o acción disparatada. Hay algo del Near Dark de Kathryn Bigelow, en My Animal, de esa fascinación que generan algunos de sus personajes y de cómo el escenario es uno más de sus protagonistas.
Si en la película de vampiros de Bigelow, la furgoneta, los bares de carretera y el salvaje sol que azota las interminables autopistas norteamericanas, son mucho más que un simple escenario, en My Animals, la nieve, la pista de hielo y esas habitaciones claustrofóbicas noventeras, también lo son.
Los sintetizadores de su banda sonora y la luz artificial que emitían esos televisores de tubo visten a las mil maravillas una historia de despertar sexual, de paso a la adultez, original e interesante.
Heather, interpretada con solvencia por Bobbi Salvör Menuez, transita su descarnado viaje emocional, por el frío que la rodea y el calor que la devora, en busca de la aceptación de su familia, de sus amigos y de Jonny, genial Amandla Stenberg. ¿Cuánto depende ella y cuánto del miedo que siente la sociedad hacia lo diferente? ¿Cuándo lo diferente dejará de serlo?
Nos gustan las pelis de “hombres lobo”
My Animal es íntima, autoral y especial, pero, ¿da miedo? ¿Hay colmillos, sangre y transformaciones?
Si buscas transformaciones como las de Un hombre lobo americano en Londres, En compañía de lobos o Waxwork: Museo de Cera, esta no es tu película. Si en cambio lo que necesitas es la acción de Dog Soldiers o la saga Underworld, lo siento, pero tampoco es tu peli.
Pero si lo que realmente quieres tiene que ver más con las historias (que no forma) de películas como Lobo, de Mike Nicols e incluso de Let the right one in, la cinta de Jacqueline Castel te puede resultar una agradable sorpresa.
My Animal no tiene grandes transformaciones ni da un miedo que te obligará a hacértelo encima con tal de no ir al baño, pero es una película que deja poso, de esas que, o te encantan o las rechazas, una película que augura un futuro prometedor a su directora.
Saludos furiosos.