‘Mis héroes siempre han sido yonquis’: cuestión de química entre Ed Brubaker y Sean Phillips
Mis héroes siempre han sido yonquis es otra prueba de que Ed Brubaker y Sean Phillips mezclan mejor que nadie las anfetas y la benzodiacepina. En esta obra, publicada originalmente por Image Comics, se cuenta la historia de Ellie, una adolescente ingresada en un centro de rehabilitación.
¿Y cómo podría ser de otra forma? Tanto sus padres como la gran mayoría de sus ídolos han sido, en algún momento, drogodependientes: Judy Garland, Marilyn Monroe, William Burroughs, Gram Parsons, David Bowie, Janis Joplin, Lenny Bruce… y un largo etcétera.
Plagada de amor adolescente y sustancias prohibidas, su historia provoca adicción desde la primera página. No digáis que no os lo advertimos…
Una mala influencia
¿Sabíais que Jean Paul Sartre le daba a la mezcalina? En una ocasión tuvo un viaje tan malo que vio cangrejos gigantes siguiéndole por las calles de París durante varios días.
¿Y que Billie Holiday fue adicta a la heroína desde la grabación de Strange Fruit?
Pues Ellie conoce un sinfín de anécdotas similares. Podría decirse que su admiración hacia estos personajes la llevó a romantizar, en cierta forma, el consumo de drogas. Esta noción la hace dar con los huesos en un centro de desintoxicación antes de tener la edad legal para beber en su país.
Pero Ellie no tiene ninguna intención de limpiarse. A fin de cuentas, y si el mundo es un lugar oscuro y amenazante, ¿qué tiene de malo encontrar una vía de escape?
En el centro, la protagonista del cómic conoce a toda clase de politoxicómanos. Uno de ellos es Skip, un chico de su edad que parece dispuesto a encauzar el rumbo. Pero Ellie tiene otros planes en mente. Entre ellos, sin embargo, no está corresponder a la evidente atracción que Skip siente por ella. Ellie prefiere controlar su propia dopamina, muchas gracias.
Sin embargo, las cuestiones del corazón, como las drogas, son cuestión de química.
Oh, mierda…
Mixtape
Hasta los visitantes alegres tienen una cierta mirada en los ojos… como que su sonrisa es real, pero es la sonrisa de alguien que camina sobre un lago helado, esperando que el hielo no se rompa hasta de que lleguen a la orilla.
Mis héroes siempre han sido yonquis
Mis héroes siempre han sido yonquis es un relato de amor entre sabandijas con un ligero toque de novela negra.
La madre de Ellie murió cuando ella era muy pequeña. ¿El motivo? Asesinato a manos otro drogadicto. La herencia que le dejó a su hija fue una caja de zapatos llena de las cartas escritas por su padre desde la cárcel. Eso y una cinta grabada con las canciones favoritas de ambos.
Esa cinta acompañó a Ellie desde la más tierna infancia. Todas las canciones tenían algo en común: habían sido escritas bajo los efectos de las drogas. Algunos de aquellos artistas se habían desintoxicado con el tiempo, claro. Pero sus creaciones nunca volvieron a ese grado de brillantez.
Ellie aprendió de muy joven que nunca debes fiarte de yonqui sobrio, pues solo está pensando en su próximo colocón, y hará cualquier cosa para conseguirlo. Sin embargo, una vez colocado, se convierte en la persona más honesta del mundo y expresa todo lo que lleva dentro con claridad cristalina.
En ausencia de sus padres, Ellie quedó en manos del amante de su madre, también toxicómano. Después de eso, quedó al cuidado de un tío suyo, el mismo que la ingresó en centro de desintoxicación. O eso es lo que dice ella…
Deudas de sangre
Mis héroes siempre han sido yonquis es una lectura rápida e intrigante. En apenas 72 páginas se las ingenia para hilar una trama repleta de misterios, sin fisuras, y que empieza y acaba junto al mar, con el eco de fondo de una canción sobre corazones rotos.
Sus dos personajes principales, Ellie y Skip, son jóvenes, guapos, y extremadamente carismáticos. El lector o lectora siente cómo se asoman al desastre con un temor creciente. Para saber qué será de ellos y si su relación llegará a buen puerto, pese a sus tendencias autodestructivas, hay que leer el cómic.
Ed Brubaker es el guionista de este ¿mal? viaje. Su sociedad con Sean Phillips es una de las más fecundas del cómic americano, tanto comercial como independiente. En Las Furias, de hecho, ya hemos repasado dos de sus otras obras conjuntas: Pulp y Fatale.
En esta ocasión, Phillips dota a su trazo de una sencillez y una pulcritud perfectamente acompañada por los colores de Jacob, su hijo.
Mis héroes siempre han sido yonquis fue editado originalmente como tomo único en octubre de 2018. En junio de 2019 fue traducido al castellano por Panini Cómics y todavía puede conseguirse fácilmente en librerías y tiendas especializadas.