Entrevista a Marta Nieto: “Los derechos no se pueden cuestionar y el respeto tampoco”
Hoy llega a los cines Edén, película de Estefanía Cortés que nos hará reflexionar sobre la vida, la muerte y el dolor. Marta Nieto es una de sus cuatro protagonistas, la que más brilla de toda la película y, como ya nos tiene acostumbrados, lo borda.
Marta Nieto es una actriz llena de recursos a la que no se le resiste ningún tipo de personaje. Interpreta mujeres de todo tipo, profesión o nacionalidad. Hasta ahora, Marta Nieto ha sido capaz de interpretar con nota todo lo que se ha propuesto.
Si hay un papel difícil, directamente se piensa en ella para que lo interprete. Es como un seguro de vida. Uno de los mejores.
Marta Nieto es una actriz que se mueve con la misma soltura en el cine, que en la televisión o en las tablas de un teatro. Buen ejemplo de ello son obras cinematográficas como Tres, Cosmética del enemigo, Tropique, Madre o El camino de los ingleses; series como Feria, Secretos de estado, Vergüenza o Ciega a citas y obras de teatro como El burlador de Sevilla o la reciente La Infamia.
Como directora ha sido preseleccionada a los Premios Goya por Son, su primer cortometraje y actualmente se encuentra en la preproducción de La mitad de Ana, su primera película.
Hablamos con Marta Nieto
– ¿Dónde estudiaste?
Estudié interpretación en la ESAD de Murcia y después me seguí formando con Corazza en Madrid. Aún me sigo formando.
– ¿Qué fue lo que te gustó del guion de Edén?
Pues, me gustó mucho el personaje. Era muy elástico y flexible. El conflicto mental que tiene, que lo hablamos, le pusimos nombre (trastorno límite de personalidad) y buscamos síntomas y realidades cercanas al personaje. Era un mapa muy amplio en realidad, pero en el caso de Lidia, mi personaje, como tiene que pasar por muchos estados, me permitía jugar e imaginar mucho. Es uno de esos personajes en los que te puedes perder un poco.
También me apetecía trabajar con una directora como Estefanía Cortés, con un código tan concreto. Me apetecía hacer una película tan diferente y apostar por miradas distintas como la de Estefanía.
– ¿Cómo trabajaste a tu personaje?
Como decía, Estefanía tiene un código muy concreto, yo nunca había trabajado así y es cierto que no resultó del todo fácil. Funciona al revés de lo que yo suelo hacer. Yo trabajo de dentro a fuera y en este caso ha tenido que ser de fuera a dentro. Ella tenía muy claro el cómo, el qué y el cuándo. Tenía que encajar en un lugar, en un patrón.
Desde esta capacidad lúdica que tiene la interpretación, uno salta a la piscina, y es verdad que hay algo que tiene que ver exactamente con lo que ella quería. El tono de cada frase, la pausa… había muy poco margen de maniobra, pero mucho que hacer y mucho que poner en la vibración y en la verdad. Darle un cuerpo interior a todo eso que ella tenía muy claro desde fuera.
Era todo tan dramático, que, lo estético, la belleza y lo hermoso te crea una sensación de extrañeza con el asunto tan fuerte que se trata en Edén.
– ¿Qué ha sido lo que más te ha gustado de trabajar con Estefanía Cortés en Edén?
Bueno, creo que el proceso de ensayos con los compañeros suele ser siempre lo que más disfruto, pero en este caso, como trabajamos un código tan alejado de lo habitual para mí, ha sido toda una aventura.
Hemos podido dialogar con ella, llegar a acuerdos, entendernos y aportar. Estefanía siempre ha tenido un criterio muy claro. Han sido unas semanas, antes de irnos a Panticosa, que las recuerdo con mucho cariño.
– ¿Qué opinas de la muerte?
La muerte es parte de la vida. Hay algo que tenemos que aprender a integrar, el constante cambio implica la muerte. De lo que fuiste, de lo que pensabas y de lo que creías.
En el caso de Lidia, mi personaje en Edén, hay algo que para mí ha sido muy revelador. En estas situaciones de entender el suicidio, todo lo que leía y todo lo que investigaba sobre el tema tenía que ver con que son personas que, no es que no quieran la vida, no es que no amen la vida, no es que quieran dejar la vida, lo que no quieren es seguir sufriendo.
Hay algo que me ha hecho ver esta realidad desde la impotencia que te causan los distintos malestares que te pueden llevar hasta ahí. En concreto para mí, la enfermedad mental.
Hicimos mucho background y claro, hacer daño a la gente que quieres, o a ti, sin darte cuenta. No poder controlar eso te lleva a un lugar que, por mucho que estés viva y que te guste disfrutar, como creo que es Lidia, te pesa más el dolor que sientes.
Me encantan los personajes donde no haces pie.
Marta Nieto.
– ¿En el Festival de Cine de Sitges te pudimos ver en Tropique como una madre cubana inmigrante con dos hijos astronautas, ¿qué fue lo más difícil de ese personaje?
Para Tropique trabajé con una coach extraordinaria, Yoima Valdés. Fue un reto, porque, claro, el director tenía muy claro que quería que tuviera acento cubano. El personaje es una emigrante climática, que viene de América Central, de un país caribeño, que se instala en Francia y no se hace con el país, con la lengua ni con la cultura. Este acento entre cubano y francés fue muy divertido de trabajar.
Tropique fue una peli que disfruté muchísimo, porque relajé expectativas en cuanto a todo, porque uno a veces se vuelve muy exigente y dije, bueno, a ver, haz lo máximo posible y disfruta. Esos fueron mis mantras del proceso y la verdad es que lo conseguí. La vida de la peli la aporta mi personaje.
El director me dio muchísima libertad y los compañeros que hacían de mis hijos son dos actores alucinantes con los que me moría de risa. La peli es muy dramática, pero son esas paradojas que a veces ocurren, la disfrutamos un montón.
– Te solemos encontrar en personajes difíciles, ¿te gusta la dificultad?
Sí, sí, sí, claramente. Me gustan los retos. De alguna manera, llamo a este tipo de personajes, me los ofrecen. Me gusta mucho poder perderme en un personaje y que aparentemente no me resuene. La conversión física me atrae un montón, poder trabajar lo camaleónico con distintas maneras de expresión.
Me encanta trabajar en otros idiomas, tengo un montón de suerte porque llevo una racha de salir fuera que me hace muy feliz. Me gusta rellenar la palabra con otras imágenes. La palabra nueva en otro idioma, otra manera de mover la boca, de modular y ver desde donde sale.
Me encantan los personajes donde no haces pie. Que por mucho que investigues e intentes entender y hacer la partitura, no se acaban. Esto me encanta.
– Te acaban de preseleccionar a los Premios Goya por tu corto Son ¿siempre te apeteció dirigir?
Sí, estoy muy contenta por la preselección de Son en los Goya. Además, el corto está hecho con los personajes de La mitad de Ana, el largo que estoy preparando.
Sobre dirigir, tengo la sensación de que ha sido una cosa muy orgánica. Como actriz me gusta articular y entender la partitura que hay debajo del guion. Saber qué está pasando, aunque no esté mi personaje en las escenas. Me gustan mucho las estructuras.
Por otro lado, tengo cierta madurez, asumo que todos sabemos más cosas de las que sabemos que sabemos y estoy más valiente que nunca. Así que, en vez de esperar a que otras hagan aquello que quiero ver, voy a ver si lo hago yo.
Me lo estoy pasando muy bien y estoy muy bien acompañada. Tengo la sensación de que podemos aportar un poquito de luz a ciertos temas con las herramientas que tenemos, con nuestra experiencia y sensibilidad.
– ¿Qué nos puedes contar de La mitad de Ana?
Pues, que es la historia de Ana, la madre de Son, y que se sorprende mucho cuando a principio de curso Son le dice que es un niño, aunque biológicamente es una niña. La película es el tránsito del curso escolar a través de los ojos de la madre.
Es una realidad, que ahora, con la “ley trans”, está en boca de todo el mundo, pero yo llevo cuatro años con este asunto, hablando con familias, documentándome, investigando y con el corazón muy abierto. No pretendo dar ninguna certeza, ni ninguna respuesta de nada, pero deseo acercarme con la sensibilidad que tiene el cine para crear ciertas empatías y unas narrativas luminosas sobre el asunto.
Creo que en realidad quien tiene que aprender es la madre. Es el adulto el que tiene que generar un espacio seguro para que el niño se explore y se sienta querido apuntado hacia el amor propio. Crear un espacio de seguridad y de respeto, que me parece que es lo único que no se puede discutir. Te puede parecer bien o mal, pero no puedes no respetarlo. Puedes no entenderlo, si quieres, pero no puedes no respetarlo.
El cine tiene la posibilidad de acercarse a una historia pequeña y de ayudar a plantear las preguntas más concretas, o dar alguna clave para que le espectador salga pensando lo que quiera, pero sabiendo que son seres humanos que tiene derechos. Necesitamos entender que los derechos no se pueden cuestionar y el respeto tampoco.
– ¿Cómo ves la figura de la mujer en mundo del cine?
Pues cada vez con más visibilidad y más espacios de acción. Las cuotas, evidentemente, funcionan. A la vista está, tenemos grandes peliculones dirigidos por mujeres este año. Y el anterior, el anterior y el anterior. Internacionalmente y españolas también.
Es valiosa nuestra visión. No quiere decir que el cine hecho por mujeres sea solo para mujeres ni que el cine hecho por hombres sea solo para hombres, pero sí que, durante muchos años en mi carrera, me he encontrado con personajes femeninos escritos por hombres y dirigidos por hombres, personajes inevitablemente planos y cortos.
No tienen ni la visión ni la perspectiva, igual que, posiblemente, yo sea incapaz de reflejar una parte del universo masculino si me pongo a escribir un drama sobre un hombre.
Son perspectivas y vivencias que enriquecen. Cuantas más posibilidades tengamos de escuchar voces diversas, culturalmente diversas y creatividades diversas, más rica será la sociedad en la que vivimos. Mejor aprenderemos. Mejor comprendemos al otro y, por lo tanto, mejor nos llevamos.
El cine es lo mejor para crear un lenguaje común, una narración global. Cuantas más gentes distintas, con cabezas y educaciones distintas, ocupen espacios creativos, mejor para todos.
La mujer ha estado durante mucho tiempo excluida. El cine siempre ha sido un espacio de hombres.
Cuestionario Furioso de Marta Nieto
Película favorita: Cualquiera de Céline Sciamma, pero si me tuviera que quedar una: Retrato de una mujer en llamas.
Serie favorita: The Night Of, de HBO.
Libro favorito: Las que faltaban, de Cristina Oñoro.
Cómic favorito: Mafalda, de Quino.
Cantante, grupo o músico favoritx: Ahora estoy mucho con Stromae, y española te diría Maria Rodés, que ha hecho un tema para mi corto que es una joya.
Artista plástico favoritx: Louise Bourgeois.
Miedo tecnológico: A quedarme encerrada en un ascensor.
Foto de portada de Joan Vidal.