María Vázquez protagoniza ‘Matria’: “Puedes parar en cualquier momento de la vida y rehacerte”
María Vázquez protagoniza la película Matria, ópera prima de Álvaro Gago Díaz que se estrenará en la Berlinale 2023 este 17 de febrero y competirá en la sección Panorama del festival. En España se estrenará en cines el 24 de marzo, de la mano de Avalon, Elastica, Ringo Media, y Matriuska producciones.
María Vázquez interpreta a Ramona, una mujer luchadora e inagotable con el objetivo de sacar adelante a su familia a toda costa, aunque por el camino se olvide un poco de ella. Ramona se desenvuelve como puede en ambientes extremos, violentos y machistas, pero aun así siempre encuentra una razón para seguir adelante y… ¿aguantar?
La historia de Matria nace de un cortometraje del director con el mismo nombre, que recibió innumerables reconocimientos a nivel nacional e internacional, como el Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance 2018 y la nominación al Goya a Mejor Cortometraje de Ficción en 2019.
María Vázquez es una actriz todoterreno, una fuerza de la naturaleza. La emoción y verdad con la que interpreta a sus personajes es brutal. Su mirada, su voz… María Vázquez utiliza todo su cuerpo e intuición para construir personajes inolvidables. Un ejemplo lo podemos encontrar en películas como Mataharis de Iciar Bollaín o Quien a hierro mata, de Paco Plaza.
Recientemente pudimos disfrutar de su maravilloso trabajo a las órdenes de Isaki Lacuesta y Rodrigo Sorogoyen en la sensacional serie de Movistar Plus+, Apagón.
La interpretación de María Vázquez en Matria no va a dejar indiferente a nadie. Hablamos con ella para que nos cuente cómo ha sido rodar un personaje tan complejo en una película tan descarnada como esta.
Hablamos con María Vázquez
– ¿Dónde has estudiado?
Estudié interpretación en Corazza, estuve primero en el Teatro de la danza, porque yo quería ser bailarina, creía que quería ser bailarina, y cuando empecé a hacer teatro para compaginar con la danza, me di cuenta de que me gustaba mucho más.
Si echo la vista atrás, realmente quería ser actriz, pero me apunté a baile de pequeña y acabó siendo un trámite hasta que hice interpretación. Hice hasta cuarto de baile, y, de alguna manera, me vino muy bien la disciplina de la danza clásica como actriz. Con esa tenacidad absoluta que tengo, ser tan incombustible y la dureza del estilo ruso, cuando entré en el teatro todo me parecía poco, siempre quería más.
– ¿Cómo te llega Matria?
Por el director Álvaro Gago, Álvaro me llamó y me dijo, “creo que lo puedes hacer” y comencé unas sesiones de trabajo con él. Yo no sabía mucho de la historia, ni tenía el acento de la zona, tan solo conocía el corto, que me había encantado, y a Álvaro, un director al que le encanta trabajar con los actores.
Cuando me dijo que sí, me acojoné un poco, me parecía súper difícil. Sobre todo, teniendo a Francis, la protagonista del corto de Matria, como modelo. Pero tengo que decir que fue súper generosa conmigo, me acompañó de la mano desde el principio, fue como mi coach (risas). Francis me ayudó mucho, se desnudó conmigo y me aceptó enseguida. Eso es lo bonito de trabajar con “no actrices y actores”, esas cosas del ego no están tan presentes. Ella fue muy generosa y me dijo, “este papel es tuyo, y estoy aquí para ayudarte en lo que quieras”.
Antes de conocerla tenía miedo de que dijera, “a ver esta que va a hacer de mí”, pero nada, fue al revés. Me dio mucha tranquilidad tenerla cerca. Y también está en la película, es la camarera del bar.
La mayor parte de las violaciones ocurren en los matrimonios y las parejas.
María Vázquez
– ¿Cómo definirías a Ramona, tu personaje en Matria?
La definiría como una roca (risas). Como una roca indestructible, que pese a todo lo que lleva en la vida, no se da por vencida. Es tan resistente que no se revela, no se cuida, ni piensa, “¿qué es lo que quiero?”
Mi abuela decía, “que la vida no te dé más de lo que puedas soportar”, creo que eso la define mucho, lo aguanta todo y ella no pierde el sentido del humor. Ramona es una persona muy fuerte, optimista y vitalista, a pesar de las circunstancias. Tiene un matrimonio horroroso, con una infancia terrible, sin un duro… en un mundo súper machista y cerrado, y aun así consigue salir de ahí.
Ramona no para, si lo hace se hunde. El personaje está muy inspirado en Francis. Ella me decía que daba muchos paseos cuando estaba mal. Que empezaba a andar, andar, andar y no paraba. Para mí, eso fue muy gráfico. Esa sensación la tenemos todos en algún momento de la vida. Esa sensación de que no puedo parar porque si paro… siento que al final me hundo y no levanto cabeza nunca más. Cuando luego es al revés, y, de hecho, en la película lo ves. Una necesita parar y saber qué es lo que quiere. No importa la edad, una puede parar en cualquier momento de la vida y rehacerse.
– Para interpretar a Ramona en Matria, haces un trabajo corporal y emocional brutal ¿Cómo has trabajado tu personaje?
Pues no te voy a decir, como dicen otros, eso de “me ha salido así, natural” (risas). He tenido que trabajar mucho. Álvaro llegó a mí un año antes, entonces, no es que trabajara todos los días, pero trabajamos mucho. Trabajamos mucho el personaje y yo hice una inmersión total en la zona y tuve una lingüista para que me ayudara con el acento. Para mí era muy importante ser muy respetuosa con el idioma, soy gallega y quería hacer bien el acento de esa zona. Además, como hay muchos actores y no actores de allí en la película, iba a ser un canteo si yo no estaba empapada de eso.
Estuve yendo mucho a la zona y viví allí meses antes. Durante unos meses hice una inmersión lingüística bastante fuerte.
El cuerpo me fue llegando de forma natural porque fui a trabajar bastante en el barco, lo que te va dando cierta fisicidad. Iba a trabajar a las cuatro de la mañana al mejillón y el capataz me trataba como a uno de sus empleados. Lo quería matar (risas). Me vino muy bien, porque el tío me metía mucha caña y, yo, que soy súper feminista y reivindicativa, cuando me mandaba limpiar el barco, decía, es que lo mato, pero es que Ramona está rodeada de un mundo súper machista. Ahí te das cuenta de que tienes que sacar carácter porque si no te comen. Al final ya le gritaba al patrón (risas), me empezaba a convertir en Ramona.
Me encantó hacer un personaje tan para fuera, fue muy liberador interpretar a una mujer así.
También fui a la fábrica de Pontevedra y trabajé mucho quedar con las chicas de la conservera. Son las de Matria corto, que también trabajan conmigo en la película. Generamos un buen equipo. Ellas tienen esa cosa de que hacen red entre todas, y me incluyeron, ya era una más de la fábrica. Querían que al acabar la película me fuera a trabajar con ellas. Las echo de menos, son una pasada. Eso es auténtica sororidad. Un par de días que tuve escenas difíciles, me aparecieron de sorpresa para apoyarme. Una gran familia.
Esto que comentaba antes de no currar solo con actores profesionales, mezclarlos con no actores, me encantó. Te pone mucho las pilas. Te quita mucha tontería de egocentrismo. Me gustó mucho, creo que es una experiencia que deberíamos vivir todos los actores profesionales de vez en cuando. Sería una fórmula muy guay.
– En Matria se toca el tema de la violación por la pareja ¿Crees que ese tipo de violación está normalizada?
Sí, claro. Es horrible, pero, de hecho, hablas con psicólogas y te dicen que la mayor parte de las violaciones ocurren en los matrimonios y las parejas. Estos que se meten tanto con la ley del “Solo sí es sí”, no lo aplican a la pareja, piensan, si me apetece y no me has dicho “no”, o no me has insistido con el “no”, yo sigo. Es muy heavy que desde la pareja no se considere abuso.
A veces se normaliza por un miedo irracional a que el hombre se vaya con otra. El machismo no está ajeno a nosotras, nos han educado desde el mismo machismo que a los hombres. En mi generación se decía mucho eso de, “no le digas que no”, “no quedes mal” …
De Ramona, que es una mujer que va enganchando relaciones tóxicas con otras relaciones tóxicas, me gusta mucho cómo descubre que no debe estar enganchada a un hombre.
– ¿Qué papel te gustaría hacer que aún no te ha llegado?
La verdad es que he hecho un poco de todo… Me gustaría hacer algún clásico de teatro. Algún Shakespeare, Chéjov… quiero hacer una obra de estas clasiconas. No me quiero morir sin ir a Almagro.
– ¿Qué nos puedes contar de tus futuros proyectos?
Pues mira, estoy pendiente de estreno de una película que se llama Honeymoon, con Javier Gutiérrez y Natalie Poza, que se ha rodado en Galicia. También tengo por estrenar con Celia Rico (Viaje al cuarto de una madre), Los pequeños amores, y ahora empiezo a rodar con Pau Teixidor una película súper bonita que se llama Alumbramiento, estoy muy contenta. Ha sido un año muy bueno, toco madera.
Cuestionario Furioso de María Vázquez
Película favorita: Historia de un matrimonio, de Noah Baumbach.
Serie favorita: A dos metros bajo tierra, de Alan Ball para HBO.
Libro favorito: El principito, de Antoine de Saint-Exupéry.
Cómic favorito: Esther, de Phillip Douhas y Purita Campos.
Cantante, grupo o músico favoritx: Verto, que es un chico gallego que sería como la Rosalía o el C. Tangana gallego y la banda Boyanka Kostova, que reinventa temas gallegos míticos y tradicionales y los convierte en éxitos discotequeros. Me parecen brutales.
Artista plástico favoritx: Mi hermana, María Tomé.
Miedo tecnológico: Como hice Apagón, me quedé trastornada (risas). No, ahora en serio, me dan miedo los mundos en los que se puedan meter mis hijos con las redes sociales. Tecnología y adolescencia creo que “es mal”.