Manuela Martelli: “Cuando te sumerges en un período tan oscuro como el de la dictadura en Chile, no puedes no contar una película de horror”
En noviembre llegó a nuestros cines 1976, de Manuela Martelli, una película deliciosa que bajo la inquieta y curiosa mirada de su protagonista (espectacularmente interpretada por Aline Küppenheim), nos introducía en lugares y situaciones desconocidas y oscuras. Nos mostraba el alcance de los tentáculos que envolvían todo un país. Los de la dictadura de un Pinochet que lo veía y escuchaba todo.
La actriz y directora Manuela Martelli debuta en el largometraje con una obra misteriosa cargada de detalles y belleza, una obra exquisita nominada a los Premios Goya 2023 como Mejor Película Iberoamericana.
La cinta de Manuela Martelli, posee una mirada crítica hacia la sociedad chilena, tan aguda y precisa como su perspectiva feminista.
Como actriz, Martelli lleva trabajando en teatro, cine y televisión más de 20 años. Ha participado en muchas de las películas más prestigiosas de Chile, recibiendo nominaciones y premios como mejor actriz en diferentes festivales internacionales. La podemos encontrar en películas como B-Happy, Olvidados, La buena vida, o El futuro, junto a Rutger Hauer.
El 13 de enero se estrena 1976 en Filmin. Hablamos con la directora sobre su carrera, la dictadura de Pinochet y los entresijos del rodaje de su maravillosa película.
Hablamos con Manuela Martelli
– ¿Dónde estudiaste interpretación y cine?
Actuación estudié en la Escuela de Teatro en la Universidad Católica en Chile, luego hice un MFA en realización cinematográfica en Temple University, en Estados Unidos.
– ¿Cuánto tiene que ver tu abuela con Carmen, el personaje protagonista de 1976?
Yo le fui robando algunas cosas a mi abuela y poniéndoselas al personaje de Carmen. A pesar de que son personajes totalmente diferentes, ambas comparten una sensibilidad y una curiosidad parecida. Son personas que están incómodas con su contexto, que su medio les produce un malestar muy difícil de identificar porque el período en el que viven es un período muy restrictivo para las mujeres.
– La curiosidad de Carmen le hace moverse por lugares tan interesantes como peligrosos ¿Crees que hoy en día, con los avances tecnológicos, RRSS y demás, la curiosidad está en peligro de extinción?
Me parece que la curiosidad es algo muy humano y difícil de extinguir, somos muy curiosos, y con los avances tecnológicos tenemos más herramientas para la curiosidad. Con las plataformas todos podemos saber cómo vive el otro, hasta en sus asuntos más íntimos. Para mí lo que está en peligro no es la curiosidad en sí misma, sino el tipo de curiosidad. El cómo nos acercamos a eso que nos genera curiosidad.
Para mí lo que está en amenaza es la capacidad de contemplación de eso que nos intriga. Perdimos la habilidad de detenernos, de dejar que las cosas nos sorprendan y de preguntarnos por el contenido de las cosas. Nos volvimos adictos a los estímulos inmediatos, a las superficies (para qué decir la del teléfono). Y el peligro de eso es perder la capacidad crítica y convertirnos en esclavos de la tecnología. Eso tiene efectos muy relevantes a nivel mundial, pienso en los procesos electorales de Trump, el Brexit o el de Bolsonaro, por ejemplo.
Es muy difícil ser feliz cuando uno de los valores centrales de la sociedad es el consumo.
Manuela Martelli.
– La sensación de intriga y opresión nos acompaña durante toda la película, al mismo tiempo que la historia resulta cotidiana y cercana. ¿De dónde surge la historia y esa forma tan especial de contarla?
La historia, como te decía, se fue armando en una colección de relatos de distintas personas que habían vivido esa época, principalmente mujeres, pero también muchas personas que estuvieron clandestinas, o que tuvieron algún tipo de participación política, y también muchas historias de mi familia.
A mí me interesaba observar la historia, no con la H mayúscula. La que se construía en el interior de las casas, el espacio doméstico, que era un espacio principalmente habitado por las mujeres y los niños. Pero claro, cuando te sumerges en un período tan oscuro como el de la dictadura en Chile, no puedes no contar una película de horror. Creo que, en ese cruce entre la vida doméstica y el horror de la época, se dio la estructura de la película.
– ¿Podríamos decir que el personaje de Carmen en la película 1976, es tan atemporal que podría tener los mismos objetivos vitales en la actualidad?
Yo creo que sí, totalmente.
– Me refiero a esa necesidad de exploración, de ocupar de alguna manera esos espacios que la sociedad le niega…
Imagínate, basta sólo pensar en lo que pasa ahora en Irán, o en Afganistán, donde las mujeres no pueden ni siquiera ir a la escuela. Eso es hoy, 2023. Pero en sociedades más democráticas también. Basta sólo observar quiénes ocupan los puestos de liderazgo en los gobiernos, las empresas, incluso en el cine. O quiénes tienen más tribuna en las redes sociales, como es el caso de Andrew Tate.
Estamos recién tomando consciencia de lo que ha significado vivir en una sociedad patriarcal. No sólo el efecto que tiene para las mujeres y las minorías, sino que también, y creo que nos falta observar eso, el peso que significa para los hombres. Qué pasa con la necesidad de exploración, como dices tú, de los hombres respecto a posibilidades que también le fueron negadas por ser hombres. Si bien los hombres han estado en un lugar de poder, cabe preguntarse a qué costos.
– Chile se ha convertido en un auténtico referente en el feminismo, ¿Qué ambiente se vive hoy en día en el país?
Creo que ha sido muy sorprendente la toma de consciencia de las mujeres durante la última década en Chile. Eso ha significado no sólo la demanda por los derechos que le competen a la mujer, sino también a la sociedad entera. Creo que las mujeres han tenido un rol muy relevante en los últimos movimientos sociales. No es por nada que hoy tengamos un presidente joven, con mucha consciencia de género y un gabinete con fuerte presencia femenina. Es un primer paso dentro de una larga lista de asuntos pendientes.
– Más de 4.000 mujeres han sido víctimas de feminicidio este año en Latinoamérica. Y la pregunta a continuación es tan obligada como compleja, ¿De qué forma frenar esta lacra?
Bueno, ese es uno de los asuntos pendientes. Creo que, como todos los fenómenos complejos, no existe la receta mágica. Un asunto de esa magnitud tiene muchas aristas. Por un lado, me parece que lo primero es que exista una red de denuncia que funcione. Todavía en muchas partes las mujeres no se atreven a denunciar porque, o no las escuchan, o no existe una verdadera plataforma de apoyo, o inclusive, y esto no lo estoy inventando, cuando denuncian las vuelven a abusar.
Un feminicidio no ocurre de la noche a la mañana, no es un número de estadística, es una mujer que seguramente sufrió una serie de abusos previos, una familia que probablemente vivió en un ambiente de violencia, vecinos probablemente escucharon gritos, etc. Esa cifra es muy desoladora porque refleja esa negligencia, de todo lo que se dejó pasar para que eso ocurriera.
– Chile, al igual que España, vivió muchos años bajo el yugo de la dictadura, ¿Qué queda de todo aquello en la sociedad chilena?
Uf, muchísimo. Somos eso, y por eso a mí me hacía sentido hacer esta película. Son muchas las herencias que nos dejó la dictadura; la implantación de un sistema de libre mercado brutal, con poquísima regulación del estado; una constitución llena de trabas, que consagra un estado subsidiario donde la salud, la educación y la seguridad social, quedan en manos privados; más de 40 mil víctimas, considerando detenidos desaparecidos, ejecutados políticos, y víctimas de prisión y tortura. Eso para empezar a contar.
Siempre trato de imaginar cómo habría sido un país donde esos más de 3 mil ejecutados políticos estuvieran vivos o donde las personas que debieron salir exiliadas siguieran en Chile.
Cómo habría sido ese país donde esas personas, muchas de las cuales eran líderes importantes, artistas, músicos, cineastas, etc. siguieran ahí. Creo que nos volvimos un país poco feliz. Es que es muy difícil ser feliz cuando uno de los valores centrales de la sociedad es el consumo, y, además, sólo el 10% puede consumir mientras el otro 90 se endeuda. Es muy lento recuperarse de eso.
– ¿Cómo se presenta el camino hacia un nuevo plebiscito constituyente tras el rechazo al texto anterior el pasado mes de septiembre?
No está fácil, creo que tuvimos una maravillosa oportunidad y todavía es muy difícil procesar esa derrota, sobre todo porque creo que se jugó muy sucio por una parte de la clase política que tenía los medios para diseminar fake news y hacer una campaña fuerte a favor del rechazo. Pero también me parece muy importante observar cómo es que la sociedad y la gran mayoría quiere que se ejecuten los cambios.
Me parece que, en Chile, y esa es una de las enseñanzas de la dictadura también, los cambios radicales no tienen buenos resultados. Y esa tal vez sea una sabia lección. Creo que se quiso poner todos los avances posibles en materia de justicia social, todo lo que por años había resultado imposible dadas las trabas de la constitución de 1980, y creo que probablemente ahí hubo poco diálogo y poca escucha. Hoy, veremos cómo es que se lleva a cabo ese nuevo proceso. Va a ser todo más lento, más difícil, pero no quiero perder la fe.
– ¿Qué nos puedes contar de tus futuros proyectos como actriz y/o directora?
Estoy trabajando en una nueva película. En este momento estamos buscando el financiación, aplicando a fondos y gestionando las co-producciones. Como actriz, espero filmar una película en Croacia este año, pero lo mismo, esperando que se completen los financiamientos. ¡Ojalá lo logremos!
Cuestionario furioso de Manuela Martelli
Voy a darte en el gusto a pesar de que me pones en completo aprieto al obligarme a elegir a uno sólo por categoría. ¡Es una tortura este cuestionario!
Película favorita: Palomita Blanca, de Raúl Ruiz
Serie favorita: Twin Peaks, de David Lynch
Libro favorito: Las obras completas de Chejov
Cómic favorito: Mafalda, de Quino
Cantante, grupo o músico favoritx: Bach
Artista plástico favoritx: Cézanne
Miedo tecnológico: La manipulación genética; el superhombre, las clases de humanos, todo ese lío.
Foto de portada de Alex Abril.