‘Mandíbulas’: la nueva locura de Quentin Dupieux

La segunda jornada del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya nos ofrece la nueva obra del inclasificable director Quentin Dupieux: Mandíbulas.

Primero fue una rueda (Rubber), luego una chaqueta (La chaqueta de piel de ciervo), y ahora es un moscardón enorme. Nos encontramos ante una comedia con la que no te morirás de risa, pero sí que conseguirá sacarte una sonrisa. Aunque sea a golpes de repetir la misma broma hasta la saciedad. ¡Toro!

Después de ver la película no sé si he tirado poco más de una hora de mi vida o en cambio he nutrido mi imaginación de forma pasiva.

Grégoire Ludig y David Marsais en Mandíbulas de Quentin Dupieux
David Marsais y Grégoire Ludig en Mandíbulas.

La película va de dos amigos muy tontos, Jean-Gab y Manu, que se encuentran una mosca gigante dentro del maletero de un coche que, el personaje más tonto acaba de robar. El personaje menos tonto decide adiestrarla con la esperanza de ganar mucho dinero.

Mandíbulas y el  mundo de Mr Oizo

A partir de aquí, la película parece un subproducto del humor de los hermanos Farrelli. Cuesta creerse a dos personajes tan ingenuos y simples como los interpretados (de forma muy convincente) por Grégoire Ludig y David Marsais. Uno no entiende para qué la mosca cuando todo podría funcionar igual con un perro, gato, mofeta o rinoceronte. Pero cuando uno está a punto de tirar la toalla, aparece otro grupo de personajes encabezado por la maravillosa Adèle Exarchopoulos.

Aquí es cuando Dupieux muestra su absurdo y surrealista mundo. Antes ya lo hizo con la desaparición de un personaje sin ningún tipo de explicación. Pero es con el grupo de amigos de Adèle donde el sinsentido se empieza a apoderar de todo lo que ves y que mejor no pretendas de entender.

Adèle Exarchopoulos en Mandíbulas.
Adèle Exarchopoulos

A la película se le puede achacar que le falta mucha de la mala ostia que suele mostrar el cine de su director. Que por momentos parece un barco a la deriva al que le han tapado los ojos al capitán. No es así, el círculo se acaba cerrando y cuando alardeas de conocer su final, Mr Oizo te demuestra con no era así.

Sinceramente, es difícil encontrar a más de uno o dos amigos a los que recomendar la peli, pero lo que si tengo claro es que de mayor quiero una mosca como mascota y ponerme diamantes en los dientes.

Quentin Dupieux, antes de Mandíbulas

Quentin Dupieux, también conocido por su seudónimo musical Mr. Oizo, es un director de cine y creador de música electrónica nacido el 14 de abril de 1974 en París. Dupieux es conocido por su estilo único y surrealista en el cine, así como por su trabajo, como decíamos, en la música electrónica experimental.

Dupieux comenzó su carrera en la industria del entretenimiento como músico electrónico en la década de 1990, bajo el nombre artístico de Mr. Oizo. Su sencillo Flat Beat, lanzado en 1999, se convirtió en un éxito internacional y se hizo famoso por su pegadizo ritmo y su icónico personaje llamado Flat Eric. Este éxito lo llevó a colaborar con artistas como Madonna y Kanye West, y a lanzar varios álbumes aclamados por la crítica.

En 2002, Dupieux hizo su debut como director de cine con la película Nonfilm, una comedia experimental que mezcla la realidad y la ficción. Sin embargo, fue con su segunda película, Rubber, lanzada en 2010, que Dupieux llamó la atención de la crítica internacional. Rubber cuenta la historia de un neumático asesino con poderes telepáticos. Sí, como suena. Se convirtió en un éxito de culto por su estilo absurdo y su enfoque metaficcional.

Desde entonces, Quentin Dupieux ha continuado dirigiendo películas únicas y surrealistas que desafían las convenciones cinematográficas. Algunas de sus obras notables incluyen Wrong (2012), Wrong Cops (2013), Reality (2014), Keep an Eye Out (2018) y Deerskin (2019). Sus películas suelen abordar temas como la realidad, la identidad y la absurdez de la vida cotidiana, y son conocidas por su estilo visual distintivo, su humor negro y por una narrativa fuera de lo común.

La obra de Dupieux ha sido aclamada por la crítica y exhibida en festivales de cine en todo el mundo. Quentin Dupieux, con su enfoque único y su estilo inconfundible, se ha establecido como una figura destacada en el cine y la música electrónica experimental, y sigue sorprendiendo a los espectadores con su creatividad y la visión singular en sus obras.