‘Madres paralelas’ y autorreferencias en el cine de Almodóvar
En Los abrazos rotos (2009) del director manchego descubrimos varias referencias a su última película, Madres paralelas, que se estrena ahora el 8 de octubre. Sin embargo, no es la primera película del director en la que ya vemos un indicio de una futura historia suya.
La capacidad intertextual de Almodóvar siempre ha sido uno de sus fuertes. Ahora revisamos estas autorreferencias, buscando una pista de lo que será esta nueva película.
Almodóvar y su amor por las historias
La escritura y las historias es uno de los temas a los que Almodóvar siempre hace referencia en cada una de sus películas. Él entiende el arte del cine como una respuesta a esa necesidad humana de consumir historias. En todas sus obras, hay una estantería llena de libros, un cajón o un personaje que deja o coge un libro. Él ama todas las formas de contar historias y se asegura de dejarlo claro siempre.
Otra manera de hablar de su amor por las historias es incluyendo en sus películas personajes que son escritores, guionistas o dramaturgos. También nos encandila con la belleza del acto creativo en Los abrazos rotos.
Es muy bonita esa escena en la que el joven Diego y el guionista ciego Harry Caine, empiezan a imaginar y a escribir una historia sobre vampiros después de que Diego tuviese la idea al ver un cartel de “Dona sangre” en la calle.
Los escritores masculinos en las películas de Almodóvar son hombres al borde de la desolación que escriben sobre mujeres, madres, hermanas, amigas… Mientras que las escritoras femeninas, como la inolvidable Leo en La flor de mi secreto (1995) o la divertida Sor Rata en Entre tinieblas (1983), escriben novela rosa bajo pseudónimo.
Aparte de que a Almodóvar le apasiona el tema de la doble identidad, él entiende que las mujeres necesitan de otra identidad para ser autoras porque la sociedad no les permite ser eso. Y también, supongo, que es un homenaje a todas las mujeres escritoras que han creado en la sombra durante toda la historia de la humanidad. Tanto los escritores masculinos como las escritoras, están claramente inspirados en él.
Historias que cuentan otras historias
Almodóvar no solo nos regala protagonistas que crean, sino que, también, nos enseña un poco qué es lo que están escribiendo. Y, en muchas ocasiones, son historias que luego el propio Almodóvar acaba rodando. Por ejemplo, en La ley del deseo (1987), el director de cine que sufre de mal de amores, Pablo Quintero (Eusebio Poncela), está escribiendo una adaptación de La voz humana de Cocteau pero mezclándola con la historia de amor de su hermana Tina con su padre.
La voz humana es un texto que obsesiona a Almodóvar. De alguna manera, también tiene su protagonismo en Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988). Con esa Pepa que arranca el teléfono, harta de esperar la llamada de su recién ex-amado.
En 2020, más de 30 años después, por fin, el director consigue llevar su propia adaptación del texto de Cocteau a un corto propio con el mismo nombre, protagonizado por Tilda Swinton.
En el delicioso melodrama La flor de mi secreto, Leo Macías, otra mujer que bien sería digna de protagonizar La voz humana, pues su vida consiste en esperar a que su marido vuelva de la guerra y la deje de una vez, es una escritora de muchísimo éxito que escribe novela rosa bajo el pseudónimo de Amanda Gris.
Ella tiene un acuerdo con una editorial por el que debe entregar cinco novelas al año, pero, desde que presiente que su marido le va a dejar, solo le salen novelas oscuras, negras.
Una de ellas trata sobre una madre que esconde el cadáver de su marido en una cámara frigorífica después de que su hija le matara al intentar violarla. He aquí el detonante de la mejor película de Almodóvar, Volver (2006).
La última autorreferencia de una futura película que aparece en el cine del director, es en Los abrazos rotos. Harry Caine es un guionista ciego cuya otra identidad, Mateo Blanco, murió después de que el cine y el amor muriesen para él en un trágico accidente de coche.
Antes de que esto sucediese, Mateo Blanco era un prestigioso director de cine. En su oficina figuran, entre fotos y cuadros, un cartel de una película suya: Madres paralelas. Representada por la imagen de un nido con dos dados. Otra historia sobre el amor incondicional y la suerte, tema de una presencia también muy protagonista en esta película.
Curiosamente, además, mientras las películas pasadas de Mateo Blanco son películas del futuro de Almodóvar, la futura película de este personaje en la película, Chicas y Maletas, es una película pasada de Almodóvar, Mujeres al borde de un ataque de nervios.
En el universo de Pedro Almodóvar, todo el tiempo hay puertas a historias futuras con ventanas a historias pasadas en una habitación repleta de libros. Como un ciclo infinito narrativo sin principio ni fin.
Es emocionante, fijarse en estas pequeñas ideas, semillas de historias, y ver cómo se convierten en películas reales. Con sus personajes y escenarios definidos, en los cuáles, también se esconden más semillas de otras historias, pasadas y futuras.
Veremos qué pasa con la película de ese Mateo Blanco de Los abrazos rotos, si tiene tanto éxito en la realidad como en la ficción. No os perdáis Madres paralelas el 8 de octubre en cines.