‘Lost Girls & Love Hotels’ ¿Una copia más de ’50 sombras de Grey’?
Para bien o para mal, la trilogía de 50 sombras de Grey marco una época en la cultura pop. Tanto sus libros como sus películas han hecho que miles de personas tengan una opinión acerca de la saga.
Por si fuera poco, el éxito de este tipo de películas ha sido tanto, que gigantes como Netflix han querido copiar la formula con películas como 365 días que, dicho sea de paso, despertó una ola de críticas debido a su temática tildada por algunos de machista.
Para hacer todo más emocionante (o desesperante) no dejan de llegar nuevas competidoras al ruedo. Una de ellas fue la nueva película de Alexandra Daddario: Lost Girls & Love Hotels. Una obra basada en los libros homónimos escritos por Catherine Hanrahan.
Una historia similar en un escenario diferente
Margaret (Alexandra Daddario) es una expatriada estadounidense que vive en Japón. De día, enseña en una academia de formación para azafatas japonesas.
Por la noche, Margaret se pierde en el alcohol y se encuentra al azar en el distrito de la luz roja. Su vida de libertinaje se suaviza después de conocer a un yakuza (Takehiro Hira) melancólico.
Lost Girls & Love Hotels no busca abrir nuevos caminos. No hay manera de que esta película pueda. Con ese argumento, asistimos a una vorágine de melancolía y autodestrucción, y esto es algo que se agradece.
Lo más interesante y original de esta obra es que la película se cuente a través del punto de vista del personaje femenino. Lo que contrasta un poco con la costumbre de que sean los hombres los que acaban con su vida lentamente.
El director William Olsson y la escritora Catherine Hanrahan (adaptando su propia novela) no se han propuesto hacer un salaz drama sexual (aunque por ratos parezca). Mientras que las aventuras de Margaret en el BDSM informan quién es su personaje, Lost Girls & Love Hotels está más interesada en una persona que se ha aferrado a un comportamiento adormecedor.
En conclusión, estamos ante una película que se mueve muy bien entre la línea de una copia más de las 50 sombras, y una obra melancólica y triste que explora el comportamiento humano desde un punto de vista poco explotado.