Los fetiches más comunes entre los hombres
Sí, puede que cada hombre sea un mundo… pero hay algunos fetiches que se repiten y mucho entre los varones. Es decir, una serie de objetos o de cosas que pueden excitarnos o hacernos llegar al orgasmo. Veamos cuáles son.
Los fetiches de los hombres
¿Qué fetiches tienen los hombres? Estos son los más habituales…
- Pies: o te encantan o los aborreces. Hay hombres que pueden llegar al orgasmo solo con oler o besar los pies. Es uno de los fetiches más populares y no, no es para nada mentira.
- Látex: el látex es uno de los fetiches sexuales más populares. Suele excitar mucho el ver a otra persona con ropa muy ceñida o de látex en colores como negro, rojo… Ver o sentir este material suele causar placer.
- Lencería sexy: otro de los fetiches preferidos de los hombres es el de ver a la mujer con todo tipo de lencería provocadora. Pueden ser unas medias, unos ligueros, un sujetador de encaje…
- Atar: atar a la otra persona por medio de unas esposas o de un cinturón a la cama es otro de los fetiches habituales de los hombres. Es una forma de sentirse el dominante de la relación, para hacer todo lo que él quiera. El sentirse más sumisa también puede excitar mucho a algunas mujeres.
- Disfraces: no, no es para nada un mito. Hay disfraces que son un claro fetiche para muchos hombres. El de enfermera sexy, el de una monja en absoluto religiosa… una forma de animar la relación y avivar la llama. Por algo existen los disfraces sexualizados… ¡funcionan!
- Altocalcifilia: ¿te suena la palabra? Se refiere al hecho de que te excite el calzado de una mujer. Por ejemplo, tener relaciones sexuales mientras ella está con unos preciosos zapatos de tacón.
- Asfixiofilia: esta otra palabra puede que tampoco la conozcas, aunque puede que saques su significado fácilmente. Efectivamente, es otro fetiche sexual y consiste en asfixiar a la pareja para aumentar la excitación y que el orgasmo sea más placentero. Pero ten mucho cuidado.
¿Qué te parecen estos fetiches? ¿Tienes alguno? Son más habituales de lo que imaginas, ¡pruébalos!