Entrevista a Laura Hojman: “el cine es una herramienta que hace posible un cambio social”
Laura Hojman es la directora de A las mujeres de España. María Lejárraga, el necesario y bello documental en el que conoceremos a una de las figuras más importantes de nuestra literatura. Una mujer y pionera feminista que, bajo el seudónimo de su marido Gregorio Martínez Sierra, llegó a escribir obras imprescindibles y conocidas internacionalmente como: Las golondrinas, Canción de cuna o El amor brujo. También escribió guiones de cine para Hollywood y ensayos feministas que aún hoy son importantes referentes para el movimiento.
De Hojman también son los documentales Tierras solares y Antonio Machado. Los días azules, este último completando su exitoso periplo por festivales.
Laura es una directora que se sirve de las historias de los personajes de sus películas para contar la suya propia. Una creadora con un punto de vista muy personal. Con una capacidad única para comunicarse utilizando la belleza como principal herramienta.
A las mujeres de España. María Lejárraga se estrena el viernes 22 de abril, hablamos con ella para conocer mejor su obra, sus métodos y sus sueños.
Hablamos con Laura Hojman
– ¿Dónde estudiaste?
Estudié aquí, en Sevilla. Me licencié en Historia del Arte y después hice un Máster de Gestión Cultural. Después, empecé a trabajar en eventos, en festivales de música y en festivales de cine. Trabajando en el Festival de Cine de Sevilla fue cuando entré en contacto por primera vez con gente que estaba haciendo cortos y que tenían sus productoras.
Como yo venía de Historia, empecé como documentalista y como siempre me había gustado mucho escribir, de la documentación pasé a guion. Comencé a trabajar como guionista de documentales para algunas productoras.
Más tarde, con mi socio, monté nuestra propia productora, me lancé a dirigir y hasta aquí.
La verdad es que nunca en mi vida me había planteado dedicarme al cine. Era como una posibilidad que no existía en mi imaginario. Era muy cinéfila, me gustaba mucho el cine, pero nunca se me había abierto esa posibilidad en mi cabeza. El cine lo veía como algo muy lejano, pero al trabajar en festivales de cine y ver que era un trabajo que hacía gente normal (risas), me enganché totalmente.
– En tus tres documentales nos hablas de grandes figuras de la literatura, ¿de dónde viene esa pasión?
Desde pequeña, siempre he sido muy lectora. Yo creo que hago documentales sobre la vida. La literatura y la poesía, el Arte en general, es eso, la pura expresión de la vida.
Habla de nuestras emociones, de nuestras preocupaciones y de todo aquello que nos pasa. La literatura es muy buen canal para transmitir, para reflexionar sobre temas, no ya del pasado, sino mirando al presente.
Para mí es un vehículo natural. Me interesa mucho y me muevo bien ahí. Soy lectora y me parece que los escritores, los autores y los artistas, tienen como esta facilidad de darle forma a todas estas cosas de la condición de lo humano, ¿no?
– ¿Cuál es la evolución que encuentras entre tus tres obras?
A mí me gusta trabajar siempre de la siguiente manera: no hago biografías, a mí eso no me interesa, lo que sí me gusta es tomar la historia de un personaje para contar historias que los trasciendan. En mi primer documental, Tierras solares, que era un documental inspirado en la obra de Rubén Darío, al final, para mí era un documental que hablaba o quería reflexionar sobre la importancia de encontrar un lugar para el Arte en la vida, en la sociedad contemporánea, que cada vez es más la sociedad de lo inmediato y de lo productivo.
Hablaba de la importancia de un espacio para el Arte, que, como decía antes, no es más que aquello que recoge todas nuestras emociones. Todo aquello que pertenece al campo de lo humano, de la reflexión y de la emoción. Me parece muy importante.
Sí que es verdad que quizás esté contado desde un lugar como más de mirarse a una misma. En mis documentales me expongo mucho. Siempre digo que Tierras solares es como una autobiografía.
En Los días azules, la propia historia de Antonio Machado es una evolución, porque Machado es un poeta que también empieza mirándose mucho a sí mismo. Con una poesía muy influenciada por el modernismo, que es muy de recrearse en la nostalgia y en la melancolía.
Él, por su historia personal, tiene una evolución que le hace salir y “mirar con los ojos abiertos”, como él dice. Mirar a los demás y volcarse en su faceta más social, mirando a lo colectivo. De eso habla el documental, de no mirarse tanto a uno mismo y mirar hacia los demás y lo colectivo. De eso y de reflexionar sobre la memoria, sobre la educación y la cultura.
Esa evolución también la he tenido yo y la demostración es este último documental.
En A las mujeres de España. María Lejárraga para mí era una necesidad, no tanto en el sentido cinematográfico, sino como algo social. Creo que es necesario empezar a hablar de estas cosas. Visibilizar a estas mujeres. No solo porque lo merezcan, sino, porque, aunque llegamos tarde, deberíamos hacer una revisión de la historia y empezar a incluir a estas mujeres en los libros de texto. Construir una historia con muchísimo más rigor, porque la que nos ha llegado es absolutamente incompleta y sesgada.
En este documental me interesaba hablar de un país que no nos han contado. En el momento en el que vive María Lejárraga en España, ella y sus compañeras no eran unas figuras excepcionales, no eran rarezas. Existió esta España de los años 20 y 30 en que las mujeres fueron un auténtico motor de cambio social. En que se dieron proyectos tan increíbles como el Lyceum Club y la Cívica. Donde las mujeres consiguieron llevar a cabo reformas políticas y sociales de las que hoy tímidamente estamos volviendo a empezar a hablar.
El país de estas mujeres existió, pero fue absolutamente borrado y olvidado de nuestra memoria colectiva.
Esa ha sido la evolución de mi cine, el pasar de mirarme el ombligo a tomarme el cine como una herramienta que hace posible un cambio social. Algo que me interesa mucho.
– Cómo dices, en A las mujeres de España. María Lejárraga hablas de una España que haría más falta recordar, ¿verdad?
Así es. Siempre hemos tendido a pensar que España está ahí como a la cola, ¿no? Esa España, a muchas nos ha dejado sin referentes. No nos identificamos con esa historia o con esos orígenes. Pero, en realidad, si pensamos que las mujeres en España pudieron votar 10 años antes que en Francia, de repente nos encontramos con que igual esto no es como nos han contado.
Es muy importante que se de a conocer este país y de repente volver a sentirnos menos huérfanos. Esto existió, existieron estas mujeres y existió un país que publicaba libros como Cartas a las mujeres de España, que para mí es uno de los mejores ensayos feministas que se han escrito. A mí me gusta más que Una habitación propia, de Virginia Woolf, y se escribió 12 años antes.
– ¿De dónde te llega la información de la vida y obra de María Lejárraga?
Me llega a través de dos mujeres, dos escritoras que son: Antonina Rodrigo, una mujer a la que hay que hacerle un monumento, ya que fue la primera mujer que empezó a hacer memoria histórica de las mujeres de España; y Vanessa Montfort, que llevó a cabo una obra de teatro en el CDN sobre María Lejárraga. Las dos aparecen en el documental y es a través de ellas que yo descubro a María.
La primera vez que la comencé a leer fue como una mezcla de asombro y rabia, porque su historia es fascinante, es imposible no enamorarse de María Lejárraga, pero al mismo tiempo yo decía, ¿cómo es posible que nadie la conozca?
Esta mezcla de fascinación y rabia fue lo que me llevó a hablar con Guille, con mi socio y productor del documental y decirle, “Guille, esto hay que contarlo.”
Vanessa Montfort dice, es bonito como otras mujeres nos han ido dejando esas miguitas de pan para que nosotras vayamos recuperando el rastro.
Hasta las historias más tristes, más duras, pueden contarse desde la belleza.
Laura Hojman.
– Después de dos películas con la voz en off de Pedro Casablanc, en A todas las mujeres de España toma el relevo Kiti Mánver. ¿Cómo fue el cambio?
Fue complicado encontrar una mujer que pudiera encarnar la voz que en mi cabeza tenía María Lejárraga. Al final, un documental también es una obra personal y absolutamente subjetiva.
Me fascina leer a María Lejárraga porque es increíblemente divertida, es brillante, es ingeniosa. Así que tenía que buscar una voz que, a pesar de la historia terrible de María, no transmitiera algo dramático, sino que lo hiciera desde esa luz que tenía María, porque ella era pura luz. Que tuviera ese sentido del humor. Esa forma dulce y vitalista de contar las cosas.
Estuve buscando y pensé que Kiti lo podía hacer muy bien. A ella le encantó y estoy muy contenta con el trabajo, la verdad. Kiti ha conseguido darle ese lugar luminoso a María.
– Cristina Domínguez es la actriz encargada de dar vida a Lejárraga. ¿Cómo la encontraste?, ¿hicisteis casting?
Cristina es mi amiga. Además, fue compañera de facultad de mi socio. Ella estuvo en nuestros primeros cortos, la conocemos desde hace muchísimos años.
Al igual que para la voz tuvimos que buscar mucho, y escuchar muchas opciones, con Cristina fue inmediato. En el momento en el que estaba escribiendo el guion y pensé que quería hacer estas piezas de ficción con una actriz que encarnara a María, inmediatamente se me vino a la cabeza y dije, “es Cristina.” No hubo otras opciones en mi cabeza.
– En tu obra encontramos un punto estético muy destacado. Un gusto por la belleza de lo que estás rodando. A todas las mujeres de España no es una excepción.
Sí, es como un sello personal, para mí es importante el lugar para la belleza. La belleza entendida como el lugar de encuentro con uno mismo, con la reflexión y la observación. No me gusta nada eso que está tan de moda que es el montaje frenético. Un montaje demasiado rápido, porque se entiende que, si no, el espectador se va a aburrir. No es para nada mi estilo.
Pretendo todo lo contrario, que el documental sirva para poder parar un rato. Para estar tranquilo y poder disfrutar, sentir, emocionarse y encontrarse con uno mismo dentro de una historia.
Al final, el cine es eso, poder conectar a través de las historias de otros con las de uno mismo. Tiene esa capacidad de espejo. Para eso es fundamental esos espacios de escucha, de observación, de tranquilidad, de tiempo y pausa.
Aunque los tres sean muy diferentes, ese es un elemento en común de los tres documentales. Hasta las historias más tristes, más duras, pueden contarse desde la belleza.
– Hablando sobre feminismo y sororidad, ¿estamos por delante o por detrás del momento en el que vivía María Lejárraga?
Tristemente, teníamos la impresión de que se perdió el momento tan avanzado, tan libre y luminoso que vivió María Lejárraga con sus compañeras. De que se olvidó. Pero yo creo que las cosas no se pierden, creo mucho en las semillas.
La historia no es lineal, es más bien circular y las semillas al final florecen. Creo que estamos recogiendo los frutos de estas mujeres en el ámbito de La República.
No sé decir si estamos igual, mejor o peor, pero creo que estamos en un buen momento.
Nos queda muchísimo camino por recorrer y es muy difícil y agotador, pero nos estamos haciendo escuchar y comprender. Estamos haciendo entender que esto es una lucha de todos, no solo de las mujeres.
No podemos confiarnos, porque la historia nos ha demostrado que hasta los momentos de mayor explosión de libertad y conquistas sociales, pueden venirse abajo muy fácilmente. En la situación actual debemos tener mucho cuidado con el auge de los movimientos y partidos retrógrados, totalitaristas y fascistas que están surgiendo en toda Europa. Hay que ir con cuidado, pero hacia adelante.
– ¿Te planteas hacer ficción?
Sí, estoy en ello desde hace tiempo. Estoy preparando mi primera película de ficción. Como se me ha juntado lo de Los días azules, que fue un éxito inesperado con el estreno de A todas las mujeres, no tengo mucho tiempo, pero sí, eso está ahí y me apetece mucho.
El proyecto que estoy preparando es una película de corte intimista. Con un estilo de cine independiente y con una historia de auto ficción, algo que me gusta y hago mucho en los documentales, aunque no lo parezca. Para mí, es casi como una terapia.
La película habla sobre volver a empezar, sobre reconstruirse, reencontrarse con una misma y se llama Septiembre. Para mí, septiembre es el mes en el que empieza el año, que comienza el curso. Es como volver a empezar. La película tiene mucha relación con eso.
Cuestionario Furioso de Laura Hojman
Película favorita: Lost in Translation, de Sofia Coppola.
Serie favorita: Wonderfalls, de Bryan Fuller.
Libro favorito: No te va a querer todo el mundo, de Isabel Coixet.
Cómic favorito: Persépolis, de Marjane Satrapi.
Cantante, grupo o músico favorito: Muse y los Foo Fighters.
Artista plástico favorito: Chagall, Hopper y Berger.
Miedo tecnológico: El tiempo de vida que nos roban las redes sociales y el ritmo frenético de consumo rápido al que nos llevan. Que no nos dejan espacio para vivir. También el cambio en la forma de consumir cultura.