‘La tregua’, de Mario Benedetti: la novela impresindible del escritor uruguayo que se sitúa entre el amor y la nostalgia
Probablemente, sean pocas las novelas cortas que se han romantizado tanto en el ideario popular. Una de ellas, sin duda, es La tregua del escritor y poeta uruguayo Mario Benedetti. En sus páginas, el autor latinoamericano hace gala de sus dotes poéticas y filosóficas para generar nostalgia, alegría, desazón, esperanza y tristeza en un solo relato.
Pero ¿Qué hace de La tregua un libro de lectura obligada? Quizá decir “obligada” sea exagerar un poco, pero lo que es cierto es que se trata de una obra literaria que merece la pena analizar un poco más de lo visible. No nos quedemos con la romántica historia de amor que nos narra, veamos algo más allá.
La tregua puede ser la historia de cualquiera de nosotras
Lo primero que notamos en esta novela, es que puede ser la historia de cualquiera de nosotras. Una periodista, abogada o funcionaria. Cualquiera que se encuentre insatisfecha, acompañada por la inexorable soledad, tan común en nuestros días, y enfrentándose al temido panorama del ocio, puede identificarse con Martín Santomé, el protagonista de La tregua de Mario Benedetti.
Lo cierto es que, aunque no lo parezca, la mayoría nos enfrentamos a un enemigo peor que la soledad o el desamor: el ocio. Sí, el ocio, ese terrible compañero que nos acecha y nos hace sentir inútiles, inservibles y, sobre todo, indefensas. Qué difícil es ganarle al ocio.
Y es justo eso lo que nos da La tregua. Benedetti logra hacernos sentir esperanza, una esperanza de triunfo sobre la realidad, una esperanza que en este caso viene representada por una alegre jovencita que nos muestra que nunca es demasiado tarde para intentar vencer o, al menos, atrasar al ocio, y de rebote, la soledad.
Pero la realidad es inexorable, y eso también nos lo recuerda el inmortal escritor uruguayo. La tregua no trata sobre una victoria certera contra el ocio, no, solo nos enseña que es posible tener una tregua, un pequeño tiempo de descanso en esa batalla. Sin embargo, al final, no hay nada que podamos hacer para vencer.
Definitivamente, una novela que nos es tan familiar que duele, que nos da esperanza y no la quita, pero que, sobre todo, nos enseña que hay enemigos que no podemos vencer y que lo mejor es hacer una tregua para poder seguir sobreviviendo.