‘La Ruta’: Ricardo Gómez y Álex Monner protagonizan un viaje nostálgico hacia la Ruta del Bakalao en Valencia
La Ruta es la nueva serie española de Atresplayer. Un viaje nostálgico hacia aquella época de la “movida valencia”. Los populares actores Ricardo Gómez y Àlex Monner son los protagonistas. El título hace referencia a la Ruta Destroy o Ruta del Bakalao. Cuando el ocio nocturno experimentó una de sus mayores transformaciones en los años 80-90. Y Chimo Bayo dio el salto a la fama.
La Ruta toma el relevo de La novia gitana en las series del domingo noche. La historia narra el viaje en flashback de un grupo de amistades. Desde su despedida en la Ruta Destroy en 1993, hasta 1981, cuando se iniciaron en la intensa vida del ocio nocturno. Un coming-of-age nostálgico ambientado con música techno y muchas drogas.
El conocido director Carlos Marques-Marcet da el salto a las series de televisión. Junto a Borja Soler y Belén Funes. Esta última, ganadora al Goya a Mejor Dirección por su largometraje La hija de un ladrón (2021).
En el guion Roberto Martín Maiztegui y Clara Botas trabajan codo con codo junto al también guionista Borja Soler. Este último conocido por sus codirecciones junto al gran Rodrigo Sorogoyen. Como su largometraje Stockholm, o la serie de gran éxito en Movistar+ Antidisturbios.
Ricardo Gómez y Álex Monner vuelven a trabajar juntos en la ficción española, junto a una Claudia Salas sensacional
En la serie española de Mediaset Vivir sin permiso los actores Ricardo Gómez y Álex Monner ya actuaron juntos como pareja romántica. En la reciente La Ruta vuelven a unirse, en este caso como pareja profesional y de amigos.
Con la elección de Ricardo Gómez hacen una apuesta segura. Actor muy reconocido y aclamado por su gran trabajo interpretativo. Aunque su popularidad es indudablemente indivisible de su papel en Cuéntame cómo pasó, recientemente ha encarnado roles mucho más diversos. Es destacable su impecable trabajo en Mía y Moi (Borja de la Vega, 2021). En la nueva serie de Atresmedia encarna el papel del encargado de programar y gestionar las fiestas donde su amigo Marc pincha como DJ.
Este último es interpretado por Álex Monner. El cual sigue la misma línea de Vivir sin permiso. Con un rol muy similar reseñable por su ingente consumo de drogas. Aunque en La Ruta este es un rasgo particularmente relacionado con la época que dibuja. La movida valenciana de los años 80-90 y el consumo de opiáceos son dos elementos inseparables que dan lugar a uno de los eventos de ocio nocturno más relevantes en la historia de España.
Es especialmente destacable también el papel de Toni, interpretada de forma sensacional por Claudia Salas. Si bien es cierto que en el primer episodio parece cumplir un simple papel secundario estereotípico. En el segundo capítulo de la serie su personaje toma mayor importancia. Erigiéndose como una protagonista incuestionable, con una aparente perspectiva de género acertada. La construcción de su personaje y su interpretación van de la mano por su gran calidad.
La Ruta: Chimo Bayo, los años 80 en Valencia y la peregrinación entre locales de ocio nocturno
Chimo Bayo es uno de los DJ y músicos de techno más conocidos y extravagantes en España. Su salto a la fama tuvo lugar en la década de los 90 con canciones como Así me gusta a mí y su incansable estribillo que todo el mundo reconoce en la actualidad.
En esta misma época, en Valencia, se fue forjando un movimiento enlazado con la movida valenciana. Que terminó tomando el nombre de Ruta del Bakalao. Este nombre se acuñó en 1983 en un encuentro entre DJ españoles. Así, toda la música más vanguardista de la época de buena calidad era referida como buen bacalao – bakalao. Los estilos más destacados fueron la música electrónica y el techno. Donde los DJs tuvieron uno de sus mayores auges gracias a esa ruta que llevaba a los grupos a peregrinar entre locales de ocio nocturnos. Con salas reconocidas, y que aparecen en la serie, como Barraca, Chocolate, Espiral, NOD o Puzzle.
En la nueva serie de Atresplayer este contexto se esboza de forma excepcional. Con un halo nostálgico evidente que apela a todas aquellas personas que vivieron o al menos escucharon de primera mano aquel movimiento.
Marc, el protagonista, es un DJ que busca su hueco entre los más prestigiosos de la época. Sin embargo, la sombra enigmática de un hermano del que se habla constantemente parece perseguirle por toda la ruta. A él, y a todo el grupo de amistades que le rodean.
La Ruta: el atractivo viaje nostálgico hacia la movida valenciana y su música techno
Apelar a la nostalgia de la audiencia es tan arriesgado como, en algunos casos, acertado. En el caso de películas como Las leyes de la frontera (Daniel Monzón, 2021), se dibujaba una nueva perspectiva del cine quinqui español y los años 70-80. Donde también las drogas tienen un papel esencial. La época posfranquista y de transición donde la sociedad divaga perdida por una España que renace y se transforma tras años de dictadura.
En la nueva serie de Atresplayer se avanza un poco más en el tiempo hacia la década de los años 80 y 90. Poniendo el foco particularmente en Valencia. Y su ocio nocturno con marca propia. La “Ruta del Bakalao” o “Ruta Destroy” fue heredera de la movida valenciana – mencionada y explicada de forma brillante en el primer episodio -, y creadora de un movimiento clubbing que transformó la manera de vivir el ocio nocturno en el país.
Ocio nocturno que era inseparable del consumo de drogas. De la música electrónica y techno que envolvía cada rincón de las salas. Así como la vida de todas las personas sumergidas en dicho movimiento sin poder salir. Dentro de una atmósfera perfectamente construida, las vidas de los y las protagonistas se van construyendo y deconstruyendo ante los ojos de la audiencia. Sin giros demasiado ostentosos, pero manteniendo un ritmo adecuado.
En definitiva, La Ruta es un coming-of-age protagonizado por rasgos comunes del género como las amistades, las adicciones o las relacionas románticas. Con la peculiaridad de un contexto histórico y particular muy bien cuidado. Así como un uso de la música muy bueno donde la audiencia puede sumergirse desde el primer minuto en el mundo del techno y su efecto afectivo.