‘La ola’: convertirse en fascista es más fácil de lo que parece
En el año 1963 un profesor de California, EEUU. Decidió llevar a cabo un experimento social y psicológico usando a sus alumnos como sujetos de experimentación para ver lo fácil que el nazismo y fascismo podía propagarse en la sociedad.
Unos años más tarde, 1981, nació un libro llamado “La Ola”, de Todd Strasser, bajo el pseudónimo, Morton Rhue, que se basa en este experimento. Y, como no podía faltar, en 2008, el alemán Dennis Gansel decidió que era hora de llevar esta realidad al cine.
La película “La Ola” nos muestra de manera cruda y directa, lo fácil que es para cualquier líder con un poco de carisma, manejar las masas; sobre todo si se trata de jóvenes inexpertos que aún no tienen muy claro lo que desean de la vida.
El argumento es sencillo: un profesor de una escuela alemana decide hacer un experimento en su clase y forma un movimiento autocrático durante una semana, pero luego todo se sale de control y lo que debía ser un experimento educativo se convierte en un movimiento con saludos, uniformes y una violencia extrema hacia el entorno.
La ola: Estamos programados para obedecer
Evidentemente, la película no es un reflejo exacto de lo ocurrido en 1963, pero nos da una muy buena idea de cómo un grupo de jóvenes puede unirse y lograr un sentido de pertenencia a algo que siente como suyo.
Esto, probablemente ya lo sabíamos, los jóvenes se reúnen en grupos desde siempre, entonces ¿Por qué vale la pena ver y analizar este experimento? Es sencillo, porque, aunque no queramos, la mayoría de nosotros está programado para creer en falsos mesías o lideres vacíos que solo buscan su bienestar personal.
Es probable que en la actualidad no lleguemos a los niveles del fascismo alemán (o quizás sí, la humanidad no deja de sorprenderme) pero es común ver a grupos de jóvenes (y no tan jóvenes) haciendo lo que cualquiera detrás de una pantalla les ordena.
En conclusión, una película cruda que incomoda porque nos podemos sentir identificados y que nos atemoriza porque sabemos que, aunque esta vez sea ficción, en cualquier momento puede suceder algo parecido.