La matanza de Texas de Netflix: Cuando Sally se cansó de huir
Leatherface llega a Netflix con ganas de sangre. De mucha sangre. En esta nueva versión de La matanza de Texas, David Azul García pone en imágenes una historia que surge de los creadores de la saga de No respires, Fede Álvarez y Rodo Sayagues. Recordemos que esta pareja de gamberros realizó el remake de la película de culto de Sam Raimi, Evil Dead.
Seamos sinceros, los que esperéis encontrar un buen homenaje de la magnífica y terrorífica película de Tobe Hopper, o incluso del excelente remake que en 2003 realizo Marcus Nispel con Jessica Biel de protagonista, no os acerquéis a ella. La matanza de Texas de Netflix, no da miedo, ni mantiene muchos de los elementos que hicieron famosa a la película original.
Pero si lo que queréis es pasar 1 hora y 23 minutos llenos de diversión y hemoglobina, esta es vuestra película.
¿Secuela de La matanza de Texas?
Aviso de que van a ver muchos SPOILERS.
La Matanza de Texas de Netflix no es un remake, va de secuela de la cinta original omitiendo al resto de afortunadas (La matanza de Texas II) o desafortunadas (todas las otras) secuelas. La peli nos cuenta como cuatro jóvenes se desplazan a Harlow, el pueblo tejano lleno de historia de la cinta original, porque lo han adquirido en una subasta y quieren revivirlo llenándolo de servicios cools e influencers, ¿os suena? Correcto: gentrificación.
Estos cuatro chicxs son dos chefs y sus parejas. A Dante le acompaña su pareja blondie, Ruth, y a Melody, su hermana Lily, superviviente de un “Columbine” en su instituto.
La cinta comienza con Lily (Elsie Fisher) viendo en una pequeña televisión de una gasolinera tejana, un reportaje sobre la matanza ocurrida en Harlow en la que solo sobrevivió Sally Hardesty (Olwen Fouéré). Le pregunta al gasolinero si Sally y/o Leatherface aún estarán vivos. Él le responde que ella se hizo Texas Ranger y que nunca ha dejado de buscarlo, pero ¿Cómo buscar a alguien a quien nunca viste el rostro?
Con ese básico razonamiento, la policía se tendría que dedicar a otra cosa, ¿no?
Bueno, sea como sea, eso nos deja claro que Sally se cansó de huir y que está por ahí con ganas de venganza.
Llegando a Harlow
Nuestros protagonistas llegan al pueblo con ganas de comenzar a montar restaurantes y tiendas de cómics, pero en una vieja casa ven una bandera de confederados (símbolo del racismo y la esclavitud). Dante es negro, y se propone a entrar en la casa para quitarla.
Dentro de la vieja casa, además de no poder quitar la bandera, se encuentra con una anciana con problemas de respiración, es ni más ni menos que la legendaria actriz, Alice Krige. Él la increpa y le dice que esa casa es suya. La anciana no entiende nada y le dice que ella tiene las escrituras. Dante se enfada y busca a la policía que con malas formas sacan a la anciana de su casa. Su hijo, un tipo enorme al que no le vemos la cara, acompaña a su madre junto a la policía hacia la comisaria (todo esto no tiene mucho sentido, pero qué importa, ¿no?)
La anciana muere en la furgoneta de la policía y su hijo, que todos imaginamos quién es, enloquece y empieza a hacer de las suyas. Nada mejor que colocarse la cara de su madre, para volver a dar rienda suelta a sus más locas aspiraciones ¿no creéis?
Lasagna de influencers
A partir de aquí se dispara la acción, Leatherface está de vuelta y tiene ganas de rajar, cortar y aplastar cualquier cosa caliente que esté viva.
Da la casualidad de que a Harlow llega un bus cargadito de influencers para ver el lugar que quieren convertir en su particular parque temático, así que Leatherface va a poder pasárselo muy bien, porque ya sabemos que el que su madre haya muerto, es tan solo la excusa para matar sin ton ni son, y así lo hace.
Por otro lado, Sally, se acaba enterando de que Leatherface ha vuelto a matar y como si de la nueva Sarah Connor o la teniente Ripley estuviéramos hablando, se arma hasta los dientes para ir en su búsqueda.
Mientras tanto, en Harlow, Leatherface no está dejando títere con cabeza (nunca mejor dicho). Comienza a llover y todos los influencers se refugian en el bus. El sitio perfecto para que Leatherface pueda hacer realidad una de las escenas gores más bestias (sino la que más) de Netflix.
Melody y Lily siguen vivas y Sally está a punto de llegar al pueblo, todo indica que el asesino de la sierra eléctrica no lo va a tener tan fácil para seguir con su cruzada.
La sororidad al poder
Como decía al principio, La matanza de Texas de Netflix no es una buena película. Mientras escribo sobre ella la voy olvidando y su guion tiene tantos agujeros como giros salvajes que te arrancan una exclamación, pero engancha y divierte a partes iguales. Las escenas gore, que son muchas y muy bien realizadas, son geniales. La escena del bus es fantástica y el combate entre Sally y Leatherface, algo que siempre quisimos ver.
Al final de la película solo quedan tres mujeres. Tres mujeres fuertes que deciden no huir y luchar. Tres mujeres que se protegen y ayudan dando una lección de supervivencia. Precisamente Lily, que sobrevivió a una masacre en su instituto, sabe mejor que nadie la oportunidad que da el quedarse y luchar.
Mírala sin expectativas y sin nostalgia. Mírala como cuando veías un episodio del Equipo A o de Chuck Norris en Walker Texas Ranger cuando acababas de comer al mediodía. Si quieres pasar un buen rato, lleno de acción y de los famosos bailes de Leatherface con su sierra eléctrica, esta es tu película.
P:D: Ojo a la escena post créditos.
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