La historia de la tecnoética y su origen
Aunque el concepto de tecnoética es relativamente nuevo, no es del 2020 ni mucho menos. Si bien es cierto que desde hace poco tiempo se ha empezado a poner sobre la mesa, pero es debido al impacto que las nuevas tecnologías están teniendo en la sociedad actual. ¡Veamos por qué surgió y de dónde proviene!
Tecnoética: origen
El término de tecnoética se acuñó en el año 1977, cuando Mario Bunge, filósofo, describió las responsabilidades que tendrían los científicos y técnicas durante el desarrollo de la tecnología.
Fue un visionario, dado que Internet se remonta al año 1983. Sin embargo, seis años antes el autor ya percibía que la ética sería necesaria también en la tecnología, porque vendría para cambiarlo todo.
Pero, aunque la palabra como tal pueda parecer que proviene de la fusión de tecnología y de ética, no es así. Surge de la combinación de palabras techne y noetikos. Techne significa la creación de cosas que no existían; mientras que noetikos hace alusión a mente o conciencia.
Es decir, tener conciencia sobre las cosas que se crean y que no existían. Estas son como las bases en las que ha surgido este término que ha venido para quedarse.
Pero ese autor, conocido como el padre de la tecnoética, no fue el único que hizo alusión al término por aquel entonces. En los años 70 la propia UNESCO promovió la reflexión internacional sobre la ética en la ciencia y en la tecnología.
La autora Jessica Barón publicó en el año 2018 para la revista Forbes un artículo bajo el nombre de “Problemas de ética tecnológica”. Desde hace unos cuantos años somos más que conscientes de los problemas que pueden acarrear las nuevas tecnologías si no se miran con lupa. Por lo que, fue una publicación muy acertada y necesaria de cara a tener en cuenta y hacer algo.
En el escrito la autora hace mención a la evolución de los elementos de tecnoética desde las innovaciones en los algoritmos, en el cuidado de la salud de las personas y en el armamento militar. Así como otras recientes preocupaciones como la clonación de mascotas o los experimentos que se hacen con ellas, el 5G, la traducción autónoma, el DIY, el neurohacking, etc.
¿Sabías que era un concepto así de antiguo?