¿’Kill Bill’ = Kill machismo? el último diálogo íntegro entre Beatrix y Bill desde una perspectiva feminista
Kill Bill es un innegable tratado de feminismo que la historia del cine nos ha regalado de la mano del talentoso Quentin Tarantino. Desde su premisa, la venganza de una mujer, Beatrix, contra un hombre, su ex-jefe y ex-novio, Bill; pasando por la aparición de personajes muy representativos de la masculinidad más tóxica (el proxeneta del bar de carretera o el violador del hospital), hasta momentos de gran sororidad, como cuando Beatrix promete a Vernita Green no matarla delante de su hija o cuando Beatrix descubre que está embarazada en medio de una pelea y su enemiga, al saberlo, la deja en paz.
Ver Kill Bill desde una perspectiva de género es muy interesante y por eso, en este artículo, interpretamos el fragmento final del último diálogo íntegro entre Beatrix y Bill (hacia el final de Kill Bill 2). Imaginándola a ella como representante del feminismo incipiente y a él del moribundo machismo. Veamos qué pasa.
Escena con Beatrix y Bill en Kill Bill: Vol. 2
BEATRIX:
“– Antes de que esa tira se volviera azul…Yo era una mujer, era tu mujer. Era una asesina que mataba para ti. Antes de que se volviera azul, habría saltado en moto a un tren en marcha. Por ti. Pero cuando esa tira se volvió azul… ya no fui capaz de hacer ninguna de esas cosas. Ya no. Porque iba a ser madre. ¿Puedes entenderlo?”
La mujer nace siendo educada para idolatrar y amar al hombre. Para ser capaz de cualquier cosa por él, incluso de participar en un sistema machista.
Ansía su aprobación porque para ella es un mentor, es alguien que siempre tiene la razón, que goza de una seguridad y estabilidad que ella no. En definitiva, él es superior a ella o, al menos, esa es la información que la mujer tiene interiorizada o que el sistema le da a entender. “Pero cuando esa tira se volvió azul… ya no fui capaz de hacer ninguna de esas cosas.”
Pero la mujer (aún machista) experimenta una especie de renacimiento (aquí a través del embarazo de Beatrix) que le provoca un momento de máxima lucidez, surgiendo en ella una necesidad de ver la realidad desde una actitud más crítica, menos conformista.
BILL:
“– Sí. Pero ¿Por qué no me lo dijiste entonces en vez de ahora?”
BEATRIX:
“– Cuando lo supieras, la reclamarías. Y yo no quería eso.”
BILL:
“– La decisión no era tuya.”
BEATRIX:
“– Sí. Pero es la decisión correcta y la tomé por mi hija. Merecía nacer con borrón y cuenta nueva. Pero, contigo, habría nacido en un mundo en el que no debía. Tenía que elegir. La elegí a ella.”
El renacimiento de la mujer
A raíz de que la mujer renace y toma consciencia de que el mundo no es demasiado sano, sobre todo, para personas que no pertenecen a cierto género, decide cambiar y anteponer su bienestar y el de su nuevo ser: el del futuro, el progreso, la igualdad (aquí representando por su hija) al del sistema dominante: el machismo y el heteropatriarcado. Comienza su camino hacia el feminismo.
BEATRIX:
“– ¿Sabes?, hace cinco años, si hubiera tenido que hacer una lista de cosas que jamás podrían ocurrir, que quisieras rematarme de un tiro en la cabeza habría sido lo primero de la lista. Me habría equivocado, ¿verdad?”
La mujer feminista intenta cambiar a una vida mejor pero el machismo, no solo no se lo permite, sino que la castiga. Ella, lógicamente, está en shock. ¿Cómo tú, hombre (padre, hermano, novio, amigo, mentor, compañero…), al que me educaron para admirar y amar, pudiste intentar matarme, maltratarme, violarme, apedrearme, humillarme, ignorarme, infravalorarme o aislarme?
BILL:
“– Perdona. ¿Era una pregunta? De las cosas que jamás podrían ocurrir…Sí, en este caso te habrías equivocado.”
Encima, te vacila.
BEATRIX:
“– ¿Y bien?”
La mujer, sumamente dolida, le pide una explicación y esto es lo que el hombre machista contesta:
BILL:
“- Al no volver, supuse, como es lógico, que Lisa Wong u otra persona te había matado. Y para que lo sepas… dejar que alguien piense que un ser que ama ha muerto, cuando no es así, es algo muy cruel. Te lloré durante tres meses. Al cabo de tres meses de llorarte…seguí tu pista. No era mi intención seguir tu pista, quería seguir la de los putos cabrones que, pensaba, te habían matado. Así que te encuentro. ¿Y qué veo? No sólo que no estás muerta… sino que te vas a casar con un gilipollas. Y que estás embarazada.”
Sacar del sistema a la mujer
La mujer intenta huir del su machismo interiorizado y del dominio exterior del heteropatriarcado, pero éste se lo toma como una ofensa. No solo la mujer le rechaza y le engaña sino que, además, ¡¡intenta cambiar su vida y empoderarse!!. El feminismo significa pérdida de poder y privilegios para el hombre. Hay que matarla, hay que echarla del sistema.
BILL:
“– Mi reacción fue exagerada.”
BEATRIX:
“– ¿Tu reacción fue exagerada?¿…esa es tu explicación?”
El hombre, que empieza desprenderse de su masculinidad tóxica, se da cuenta de que todo eso del machismo es un poco fuerte. Lo reconoce, fue un trato exagerado, inhumano, pero para la mujer feminista ya es demasiado tarde. Esa explicación no es suficiente.
BILL:
“– No dije que iba a dar explicaciones, dije que iba a decirte la verdad. Pero si eso es demasiado críptico, seamos literales. Soy un asesino. Soy un cabrón asesino. Eso ya lo sabes. Y hay consecuencias cuando le rompes el corazón a un cabrón asesino. Has sufrido algunas de ellas. ¿Fue realmente tan sorprendente mi reacción?”
El hombre se confiesa: Él ha sido educado para cazar y matar, para organizar y liderar, para fornicar y reproducirse, para ser fuerte y reprimir sus sentimientos… en conclusión, para dominar el mundo. El hombre ha sido víctima de un rol de género que le obliga a eliminar a todo aquel que obstaculice su poder y dominio universal.
BEATRIX:
“– Sí. Lo fue. ¿Podías hacer lo que hiciste? Claro que podías. Pero jamás pensé que lo harías, o que podrías hacerme, eso a mí.”
La mujer sufre un gran dolor al descubrir que él ha sucumbió a ese rol, sin cuestionárselo. Sabía que tenía el poder de reprimirla pero, le admiraba tanto, que no esperaba que en realidad lo fuese a hacer.
BILL:
“– Lo siento, de verdad, pequeña…pero te equivocaste.”
Análisis de Kill Bill: “Tú y yo tenemos un asunto que zanjar”, el fin del machismo
(Beatrix golpea con la katana el suelo.)
BEATRIX:
“– Tú y yo tenemos un asunto que zanjar.”
Aunque el hombre machista se arrepiente y se muestra abierto al camino del feminismo, la mujer clama venganza. Es hora de sacar al machismo del sistema.
BILL:
“– Nena, eso es verdad.”
(Los dos inician una pelea con katana que termina con Beatrix haciéndole la técnica de los cinco puntos de Pai Mei en el pecho, provocando que el corazón de Bill explote.)
BILL:
“– ¿Pai Mei te enseñó la técnica de los cinco puntos que hacen estallar el corazón?”
BEATRIX:
“– Claro.”
BILL:
“– ¿Por qué no me lo dijiste?”
BEATRIX:
“– No sé. Porque soy… una mala persona.”
El feminismo se carga al heteropatriarcado con una habilidad secreta con la que él no contaba. Como ella ha sido educada para sentirse una mierda, se entristece, le da pena cargarse a su propio opresor y vuelve a echarse las culpas a ella. Su camino no es lineal, liberarse de todas las cargas y mecanismos mentales destructivos que la mujer tiene interiorizados es un proceso muy complejo, con pasos hacia adelante y hacia detrás. No te cargas a Bill de la noche a la mañana.
BILL:
“– No. No eres una mala persona. Eres una persona estupenda. Eres mi persona preferida.”
(Beatrix llora aliviada.)
El hombre se da cuenta de la realidad
Ahora que el hombre machista está al borde de la muerte, se da cuenta de la realidad y pasa a tener una posición de admiración consciente hacia la mujer. La mujer recibe por fin la aprobación del hombre, necesidad para la cual ha sido educada, sintiéndose muy aliviada.
BILL:
“– Pero de vez en cuando… puedes ser un poco hija de puta.”
(Beatrix se ríe. Bill se limpia la sangre de la boca.)
BILL:
“– ¿Cómo estoy?”
BEATRIX:
“Estás preparado.”
(Beatrix le acaricia la mano.)
La mujer feminista se despide del machismo con extraño pesar. El heteropatriarcado ya es consciente de que su reinado no fue bueno y de que ya es hora de que acabe, una pena que hayan tenido que llegar a ese límite para saberlo.
(Bill se levanta, se abrocha la chaqueta, da unos pasos y muere. Beatrix se seca las lágrimas, coge a su hija y se va.)
El machismo mira a los ojos al feminismo y ambos despiden esta vieja era. La mujer (ya, 100% feminista) decide dejar de sentirse mal y de sufrir los efectos del heteropatriarcado. Por fin se ha liberado. Coge a su nueva yo, a su yo feminista, al progreso, al futuro y se va. Una nueva era va a comenzar.