En Islandia los escritores profesionales cobran un sueldo del Estado
Cuando hablamos de datos se hace difícil no llevarse las manos a la cabeza con alguno de ellos, llamativos, claro está, pero reales. En Islandia, como ejemplo, aparte de no existir ningún McDonald’s, existen más volcanes que futbolistas profesionales. Pero además de todo esto, existe otro dato más que interesante: el 93% de la población lee al menos un libro al año, y más de la mitad compra al menos ocho títulos.
¿Por qué es este dato tan interesante y atractivo? Fácil, la promoción de la lectura y el respeto a los escritores son claves para hacer de Islandia el único país en el mundo donde los escritores profesionales cobran un sueldo del Estado. ¿Qué mejor manera de mitigar el frío islandés que en un sillón cerca del fuego y con un buen libro entre las manos?
En Islandia uno de cada diez habitantes ha publicado un libro
“Ad ganga med bok I maganum (Todo el mundo da a luz a un libro)“. Así, con esta frase tan peculiar, nos abre sus puertas la bella y gélida Islandia. Y es que, en Islandia, aparte de no tener que tratar el agua pudiéndose beber directamente de todos los ríos de la Isla, también se cuida a los escritores. Un país que ama la lectura y que gratifica desde mediados del año 1970 a aquellos escritores seleccionados, con sueldos de 2.400 euros netos mensuales.
Pero está siendo en los últimos años cuando los autores islandeses empiezan a ser conocidos por el gran público. Y todo gracias a las novelas policíacas y la ola escandinava. De hecho, en Islandia, el boom escandinavo tiene el nombre propio de Arnaldur Indridasson y su comisario Erlendur Sveinsson, protagonista ya de 13 novelas. Aunque también existen otros autores muy recomendables del género, como son Yrsa Sigurdardóttir, Viktor Arnar Ingolfsson, Arni Thorarinsson o Stefan Mani.
Centrándonos en Indridason, destacamos que aparte de historiador, también es el guionista de alguna de las películas de Baltasar Kormarkur, actor, director y productor de cine y teatro de origen hispano-islandés, conocido en el mundo del cine por algunas de sus películas como 101 Reykjavík, El mar o Verdades ocultas.
Con todo esto, cada vez estamos más convencidos de que la cultura en nuestro país, sin ir más lejos, necesita un cambio radical, al igual que todos nuestros semáforos, fíjense en las imágenes de los semáforos de Akureyri, la capital del norte de Islandia, donde sustituyeron todos los discos rojos de los semáforos por figuras con forma de corazón. Maravilloso, ¿no?