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‘Host’: el cine no se detiene ante la adversidad

Sitges 2020. Sección Seven Chances. La industria del cine se ha visto fuertemente golpeada por la situación mundial. Películas han dejado de filmarse, estrenos que no se han hecho, festivales cancelados… toda una odisea para los que amamos el séptimo arte, pero, Host, sobrevivió al embate.

Esta situación ha abierto las puertas a maneras más creativas de trabajar. Algunas mejores que otras, obviamente, pero todas con la necesidad común de plasmar las historias que nacen en las mentes de cineastas como Rob Savage, el director de Host.

Es así como nace Host, una película de terror grabada durante y para la pandemia, ¿Cuál es la novedad? Que ha sido grabada enteramente a través de la plataforma Zoom.

Para muchos un acierto, ya que logra contextualizar la situación actual de muchas personas que se han visto obligadas a recurrir a plataformas de este tipo para hacer nuestra vida diaria. Lo que le da un plus de identificación con el espectador y de realidad a la obra.

‘Host’: un experimento que pudo ser mas

Pero más allá de eso, la verdad es que la cinta no propone mucho: un grupo de amigos se reúnen vía zoom para una sesión espiritista y todo se sale de control. A partir de esa premisa nos encontramos con una película bastante casera, con mucha improvisación y poco desarrollo de los personajes.

Claro, en honor a la verdad, su duración (solo 56 minutos) y formato, tampoco permiten que se profundice mucho en una historia que no trae nada nuevo. Una historia plana que se sostiene en efectos especiales y jumpscare bastante ruidosos y, a veces, sin sentido.

Además, a pesar de la novedad que se presenta, el subgénero found footage está siendo sobre explotado. Desde que la pionera El proyecto de la bruja de Blair (1999) lo puso de moda, muchas han sido las películas que han utilizado a sus protagonistas utilizando la cámara (o haciéndonoslo creer) y que se han adaptado a nuestro tiempo.

Como resultado tenemos un experimento que, si bien puede ser un tanto llamativo, la verdad es que queda a deber un poco y se convierte en una película más del montón, pero sin duda, es una buena muestra de que no hay adversidad que pueda detener al cine.