‘Hija de la tierra’, la literatura proletaria de Agnes Smedley
La novela Hija de la tierra, de la escritora Agnes Smedley, es una poderosa exploración de la raza, la clase y el género en los Estados Unidos de principios del siglo XX, narrada en clave feminista y autobiográfica. Alice Walker, autora de El color púrpura ha dicho de ella: Un libro precioso y de valor incalculable. Fue su única novela y parece estar cimentada, en gran parte de los acontecimientos que marcaron su vida. La novela está repleta de una fuerza difícil de describir en un ambiente de precariedad y privaciones. Tal y como dice Myra Jehlen en The New York Times Book Review: “Los recuerdos de Agnes Smedley saben a hambre”.
Hija de la tierra: una poderosa exploración de la raza, la clase y el género
Hija de la tierra narra la huida de una mujer de clase obrera del contexto de pobreza rural en el que vive y su llegada a un mundo predominantemente masculino, convulsionado por la política y las promesas de revolución. “Mi ambición en la vida era estudiar; y no seguir a un hombre de aquí para allá”, afirma en cierto momento Marie Rogers, su protagonista, quien luchará desde la infancia hasta la edad adulta por asentar su propia identidad en una búsqueda incansable de la igualdad y la justicia social.
La novela ahonda en las relaciones de la protagonista con los hombres y en el empeño de escapar del matrimonio, el sexismo y la maternidad. La sucesión de escollos y privaciones que hilvanarán su niñez, así como su historia de transformación y su toma de posición en favor de la libertad de India y China, replican con sorprendente crudeza la experiencia vital de Agnes Smedley.
Con tintes autobiográficos
La escritora se abismó en los límites de la conciencia humana para abordar esta poderosa exploración de la raza, la clase y el género en los Estados Unidos de principios del siglo XX. Tras su publicación original en 1929, la novela cosechó de inmediato el elogio unánime de la crítica. Sin embargo, a partir de 1950, el cedazo del macartismo proscribió su lectura durante décadas “cancelando” porfiadamente a su autora.
Pese a todo, y desde su definitivo resurgimiento a principios de los años setenta, Hija de la tierra ha terminado por convertirse en una obra señera de la literatura proletaria contemporánea por su cuestionamiento de las ideas convenidas en torno a la familia y su agudo retrato de la vida de los desheredados en cualquier tiempo y lugar.
Un fragmento de Hija de la tierra
“Morir hubiera sido hermoso. Pero no soy de aquellos que mueren por amor a la belleza. Me cuento entre los que mueren de otras cosas: los agotados por la pobreza, las víctimas de la opulencia y el poder, o los paladines de una noble causa. Algunos mueren desesperados de dolor o desilusionados del amor; pero, para la mayoría, «el terremoto no hace más que alumbrar nuevas fuentes». Porque nosotros somos de la tierra, y nuestra lucha es la lucha de la tierra”.
¿Quién es Agnes Smedley?
Agnes Smedley (1892, Osgood, Misuri; Londres, 1950) fue una escritora y reportera feminista estadounidense. Comenzó a trabajar a edad temprana para ayudar a sus padres y se desempeñó como maestra durante años en diversas escuelas rurales del suroeste del país. En 1916 se trasladó a Nueva York, en cuya Universidad asistió a clases y donde trabó amistad con algunos de los principales líderes revolucionarios indios en el extranjero.
En 1919 contrajo matrimonio con Virendranath Chattopadhyaya y estableció su residencia en Berlín, involucrándose activamente en varias causas civiles dirigidas a contestar la dominación británica en la India. Se graduó en estudios asiáticos mientras enseñaba inglés en la Universidad y escribió la que sería su única novela, Hija de la tierra, cuya publicación conoció un gran éxito crítico.
Una vida nómada
Tras su separación en 1929, se mudó a Shanghái como corresponsal del periódico liberal Frankfurter Zeitung y viajó incansablemente para dar testimonio de la guerra civil que asolaba el país y de la evolución del movimiento comunista chino, al que consagraría varios libros.
A su regreso a los Estados Unidos en 1941, continuó difundiendo y respaldando públicamente el discurso ideológico del comunismo. Con el inicio del macartismo en 1950, sin embargo, la reputación de Smedley, a la que se acusaba de ser una espía soviética, quedó irreparablemente dañada. Se refugió en Inglaterra, donde murió pocos meses después a causa de una complicación quirúrgica. Fue incinerada en Oxford y sus cenizas fueron depositadas en el Cementerio Revolucionario de Babaoshan, en Pekín.
Fuente: Firmamento Editores.