‘Hechos y faltas’, sobre las licencias poéticas y los límites de la verdad
Hechos y faltas es una obra de teatro dirigida por Bernabé Rico que nos enfrenta a un interesante debate en el Teatro Pavón: realidad vs. autenticidad.
En 2003 el autor John D’Agata escribe un ensayo inspirado en la muerte de Levi Presley, un joven que en 2002 saltó desde la torre del Hotel Stratosphere en las Vegas. La revista Harper’s aprobó el artículo y The Believer se hizo cargo. Asignó al joven becario Jim Fingal la tarea de verificar los datos del texto de D’Agata y Fingal encontró numerosas inexactitudes cuestionando, rigurosamente, gran parte de las licencias del autor.
En 2010, The Believer publica el ensayo titulado What happens there. Dos años más tarde se publica The Lifespan of a Fact, un libro que revelaba los años de rencillas sobre el ensayo entre D’Agata y Fingal, editado por Jill Bialosky.
En 2018, se estrena en Brodway Lifespan of a Fact, la obra de Jeremy Kareken, David Murrell y Gordon Farrell basada en ese mismo libro. Protagonizaban aquel primer elenco Daniel Radcliffe, Bobby Cannavale y Cherry Jones.
A finales de este agosto llegaba a España la adaptación teatral de The Lifespan of a Fact adaptada y dirigida por Bernabé Rico y protagonizada por Ángeles Martín, Antonio Dechent y Juan Grandinetti. Hasta el 8 de octubre, Hechos y faltas estará sobre las tablas de la sala principal del Teatro Pavón de miércoles a sábados a las 19 horas y domingos a las 18.
Hechos y faltas: En los límites de la licencia
La obra, de poco más de una hora, se centra en los límites que separan la libertad narrativa de la ficción. ¿A partir de cuántos errores se convierte una información en falsa? ¿Qué es la verdad? El sentido de la verdad de D’Agata supone que las emociones son hechos y la idea de que sus imprecisiones puedan causar angustia emocional en otros no lo desconcierta en lo más mínimo.
En Hechos y faltas, John D’Agata (Antonio Dechent), representa esa necesidad de escribir, de expresar, más allá de la frialdad objetiva de los hechos. Jim Fingal (Juan Grandinetti) es la voz de la racionalidad. Si la prensa ha de narrar los hechos, ¿por qué adornarlos? Ángeles Martín encarna a Emily, la directora de la revista, que es quien modera, quien intenta ver el punto de vista de uno y otro y quien, en última instancia, decidirá si el artículo se publica o no.
¿Puede la imprecisión narrativa de unos hechos viciar el trasfondo de una noticia? En palabras del director, “si los hechos no fueran más que una sucesión de fechas, nombres y cifras, no nos haría falta más que un solo periódico, canal de televisión o portal de noticias digital”. Entonces ¿deberían permitirse las licencias de quienes escriben? ¿Qué papel juegan esas licencias en una crónica periodística?
¿Qué es la verdad?
El hecho de narrar una historia real desde un punto de vista personal, como propone D’Agata, sí tiene una finalidad. La de hacer llegar la historia contada de manera más cercana. No es lo mismo que te hagan una lista de fechas y cifras a que te incluyan un hilo argumental, una licencia poética, un ritmo narrativo diferente, que conecte con tus emociones y que de esta manera te conciencie, te haga empatizar, con el hecho puramente objetivo que se esconde detrás de esa escritura. El arte te acerca a la vida.
Sin embargo, todo tiene su doble cara. En este caso la perspectiva de quien firma el artículo puede llegar a desarticular los hechos, a reconvertir situaciones, a llegar a ser pura ficción. Entonces, ¿dónde están los límites? ¿Quién decide cuándo una licencia poética los ha cruzado?
Del mismo modo, el hecho de que alguien plasme esa aparente objetividad tampoco está libre de licencias. En los países totalitarios donde se envía un mensaje único e incontestable de que “así son las cosas” se cuece un caldo de cultivo ideal para las “fake news”. Esto quiere decir entonces que siempre existirán licencias, mientras tras ese texto, o material informativo del tipo que sea, se esconda un cerebro humano.
Quizá entonces esa verdad se consiga precisamente a través del contraste de las licencias, a través de la diversidad, o, como en Hechos y faltas, a través del diálogo entre alguien como D’Agata y alguien como Fingal. Quizá el teatro también nos ponga delante esas licencias y nos haga darle una vuelta a lo que nos están contando.
Ficha artística de Hechos y Faltas:
Autores: Jeremy Kareken, David Murrell y Gordon Farrel
Versión y dirección: Bernabé Rico
Intérpretes: Ángeles Martín, Antonio Dechent y Juan Grandinetti
Diseño de escenografía: Leticia Gañán y Curt Allen Wilmer (AAPEE)
Diseño de vestuario: Pier Paolo Álvaro
Iluminación: José Manuel Guerra
Ayudante de dirección: Vera Conde
Fotografía: Sergio Parra
Dirección de producción: Marisa Pino
Producción ejecutiva: Bernabé Rico
Una producción de TALYCUAL y MEJOR TEATRO