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Los mejores (y bastante moñas) guilty pleasures que puedes ver esta Semana Santa

Porque no todo van a ser dramas existenciales, también nos merecemos un poco de pastelón con glamour. No nos mates; ya sabes que podemos ponernos muy profundas, que nos encantan las pelis de terror y los dramones máximos de esos de comerte el tarro hasta el fin, pero chica, a nadie le amarga un dulce. Esta Semana Santa nos desparramamos en el sofá, nos olvidamos de aranceles por las nubes, desplomes bursátiles y señores que eligen mal su tono de maquillaje, para damos un atracón de guilty pleasures de los buenos.

Emily in Paris: a quién no le gusta una Emily siempre perfecta, a quién no le gusta…

Emily Cooper, encarnada por la actriz Lily Collins, es una joven ejecutiva de marketing de Chicago que, por un golpe de suerte (o de guion), acaba trasladándose a París para aportar una visión “americana” a una agencia francesa: Savoir. Allí se enfrenta a choques culturales, romances complicados y desafíos laborales, todo envuelto en estilismos imposibles y una visión de París que parece sacada de un catálogo de ensueño.

Sí, esa serie que es a partes iguales un desfile de modelitos imposibles y un festival de clichés parisinos que haría ruborizar a cualquier guionista con mínimos escrúpulos. Pero también es verdad que tiene algo hipnótico. Por eso es un nos olvidamos de aranceles por las nubes, desplomes bursátiles y señores que eligen mal su tono de maquillaje, para damos un atracón de guilty pleasures de los mejores.

Quizá sea porque Emily, con sus decisiones cuestionables y su optimismo inquebrantable, es un recordatorio de que podemos meter la pata hasta el fondo y, aun así, acabar en una terraza parisina tomando un café caro. No vamos a engañarnos: Emily in Paris no cambiará tu vida, pero puede que te haga sonreír en un día gris. Y eso, amigas, es un acto de autocuidado.

Guilty pleasures Emily in Paris
Emily in Paris.

Por cierto, se viene 5ª temporada de Emily in Paris

Se dice, se comenta que el rodaje de la quinta temporada de Emily in Paris comenzará en mayo y que la nueva entrega de episodios estará on air en el mes de diciembre. Así que, ya te digo que el ansia me corroe por seguir viviendo esa vida que nunca tendré… 

No nos juzgues, únete. También es saludable recordar que podemos ver una serie frívola sin que se nos caigan los anillos feministas. No hace falta justificarse con discursos sobre “deconstruir el patriarcado a través del fashion marketing” (aunque si quieres hacerlo, adelante, te apoyo). Ver Emily in Paris es tan válido como devorar ensayos feministas. Somos complejas, contradictorias y deliciosamente humanas. Al menos, esta que escribe, lo es, y mucho.

Girlboss en Netflix

Girlboss: emprendedoras caóticas y chicas que hablan mucho

Sigamos con Girlboss. Esta serie narra la historia de Sophia, una veinteañera sin rumbo claro que empieza a vender ropa vintage por internet y termina creando un imperio de la moda llamado Nasty Gal. Inspirada (libremente, que nadie se confunda) en la vida de Sophia Amoruso, fundadora de Nasty Gal, esta serie nos lleva por el accidentado camino de una joven que convierte su hobby de vender ropa vintage en un imperio de la moda.

La protagonista no es perfecta, y esa es precisamente la gracia. A veces necesitamos que nos recuerden que está bien ser ambiciosas y un poco desastrosas a la vez. Girlboss lo hace con humor y con looks que podrías encontrar en el fondo de tu armario, preguntándote si algún día volverán a estar de moda. (Respuesta: siempre que tú quieras). Además, deja claro que emprender siendo mujer es una montaña rusa, pero al menos que sea una montaña con buena banda sonora.

Las chicas Gilmore serie

Las chicas Gilmore: café, referencias pop y mucho amor de madre e hija

En el pintoresco pueblo de Stars Hollow, seguimos la vida de Lorelai Gilmore, una madre soltera irreverente y carismática, y su hija Rory, una adolescente brillante con grandes aspiraciones académicas. Lorelai y Rory son el ejemplo perfecto de que se puede hablar a la velocidad de la luz, beber litros de café y aun así tener conversaciones brillantes sobre literatura, cine clásico y el drama cotidiano de la vida.

Esta serie es un abrazo calentito de madre e hija, envuelto en referencias culturales y diálogos afilados. Aunque lo parezca a simple vista, quizá no es tan moñas como las anteriores. Además, presenta a mujeres que toman sus propias decisiones, la cagan, se reinventan y, lo más importante, se apoyan unas a otras sin perder el sentido del humor. En este artículo puedes ampliar más información sobre la serie.

The Bold Type serie

The Bold Type: moda, amistad y activismo (sí, todo cabe en una redacción moderna)

¿Quieres más guilty pleasures para elegir? Cuando el clima acompaña poco, el corazón pide mantita y algo que no requiera un máster para entenderlo. Ahí entran en escena maravillas como The Bold Type. Esta serie sigue a Jane, Kat y Sutton, tres mejores amigas que trabajan en Scarlet, una revista de moda con un enfoque moderno y feminista. Aunque la premisa suene superficial, lo cierto es que toca temas como el activismo, el consentimiento y la salud sexual sin perder el ritmo de comedia ligera. Además, el vínculo entre las protagonistas es un ejemplo precioso de sororidad.

Y es que ver The Bold Type también es asomarse a cómo las mujeres jóvenes intentan abrirse camino en un mundo laboral competitivo, mientras exploran sus identidades, sus límites y sus deseos. Todo ello envuelto en estilismos envidiables y conversaciones que podrían salir perfectamente de una sobremesa con amigas.

Sexo en Nueva York

Sexo en Nueva York: un clásico de los guilty pleasures que revisitar

Para terminar, no podemos olvidarnos de Sexo en Nueva York. Esta serie emblemática sigue las vidas de cuatro amigas neoyorquinas: Carrie, columnista y adicta a los zapatos; Samantha, la relaciones públicas desinhibida; Charlotte, la romántica empedernida; y Miranda, la abogada sarcástica.

A través de sus aventuras sentimentales y profesionales, Sexo en Nueva York se convirtió en un manual de autoconfianza y amistad femenina. Con diálogos desenfadados, moda icónica y una mirada irreverente a las relaciones modernas, la serie sigue siendo un referente pop y un refugio perfecto para las que buscan reírse de las contradicciones del amor y la vida urbana.

Más allá de los Manolos y los cosmopolitans, Sexo en Nueva York nos recuerda que la historia de amor más importante es la que tenemos con nosotras mismas. Alé, ya lo he dicho. Y aunque ha sido objeto de debates (merecidos) sobre su falta de diversidad, lo cierto es que abrió camino a muchas de las ficciones actuales que ponen en el centro las experiencias femeninas sin pedir disculpas. Creo, además, que la secuela final, con sus más y sus menos, no desmerece a la serie original.

Guilty pleasures: dejemos de flagelarnos por ver lo que nos da la gana

Lo importante aquí es recordar que los guilty pleasures no deberían darnos culpa alguna. Ver series “moñas” no nos hace menos intelectuales, ni menos feministas, ni menos críticas. Nos hace humanas, y punto. Consumir ficciones ligeras es un acto de rebeldía contra la exigencia constante de ser profundas las 24 horas del día.

Así que este finde, permítete una sesión de maratón sin remordimientos. Ponte el pijama más calentito que tengas, prepárate una bebida reconfortante y dale al play. Porque disfrutar de Emily in Paris, Girlboss, Las chicas Gilmore, o cualquiera de estas joyas “moñas”, también es cuidarte.