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Grace Kelly: una biografía imprescindible ilustrada por Megan Hess

Actriz ganadora de un Óscar, musa de Hitchcock, icono de la moda y princesa de Mónaco, Grace Kelly fue una de las estrellas más queridas de los años cincuenta y aún hoy sigue siendo idolatrada a lo largo y ancho del mundo. Megan Hess, destacada ilustradora de moda, rinde homenaje a su estilo e influencia a través de la biografía ilustrada Grace Kelly. La princesa que marcó estilo, publicada por Lunwerg y con traducción de Gemma Salvà.

Grace Kelly. Biografía ilustrada por Megan Hes y publicada por la editorial Lunwerg.
Portada de Grace Kelly. La princesa que marcó estilo.

Grace Kelly: icono de moda, princesa de Mónaco y estrella de Hollywood

Dice la ilustradora de moda Megan Hess, autora de las biografías ilustradas de Coco Chanel y Audrey Hepburn que el don más extraordinario de Grace Kelly fue hacer que la gente se enamorara de ella. Actriz ganadora de un Óscar, musa de uno de los mejores directores de todos los tiempos, icono mundial
de la moda y princesa europea, fue una de las estrellas más queridas de la década de 1950 y aún hoy
sigue siendo idolatrada en todo el planeta
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Durante su breve paso por la industria cinematográfica, Grace Kelly compartió pantalla con algunas de las figuras más destacadas del séptimo arte, colaboró con Alfred Hitchcock en clásicos que redefinieron el cine y cosechó éxitos de taquilla una y otra vez. Fue una de las actrices mejor pagadas de su generación y la favorita de diseñadores de vestuario y de firmas de moda de todo el mundo. En tan solo seis años en Hollywood, se erigió en uno de los iconos culturales más significativos de su generación.

Grace Kelly
Grace Kelly fue uno de los iconos de Hollywood.

La “chica de los guantes blanco” que conquistó a un país entero

Justo cuando su fama alcanzaba cotas estratosféricas, la «chica de los guantes blancos» de Hollywood lo dejó todo para casarse con un príncipe auténtico. Cruzó el Atlántico para contraer matrimonio con el príncipe Rainiero III de Mónaco, convirtiéndose así en Su Alteza Serenísima la Princesa Gracia de Mónaco y cautivando a la población de uno de los países más pequeños y acaudalados de Europa.

Cuando falleció en 1982, una luz se apagó en Mónaco y el mundo entero lloró su pérdida. Cuatro décadas después, su presencia se sigue sintiendo con fuerza en el país que la acogió como a una de los suyos, y los mundos del cine y de la moda continúan rindiendo homenaje a su legado. Y aunque su vida no fuera el cuento de hadas que todos se imaginaban, la magia, el romanticismo y la influencia de Grace Kelly son del todo innegables.

Grace Kelly y Raniero III de Mónaco.
Grace Kelly y Raniero III de Mónaco.

Grace Kelly: la mujer

La princesa más querida de Estados Unidos nació en 1929 en Pensilvania, en el seno de una familia acaudalada. Era la tercera de cuatro hijos y disfrutó de una vida holgada y llena de privilegios en una época de duras estrecheces. Sin embargo, pese a su acomodado comienzo en la vida, a unos fuertes lazos familiares y a una educación elitista, era una niña tímida e introvertida y nunca llegó a encajar con su familia, gregaria y competitiva.

Tras una infancia en la que dedicó la mayor parte del tiempo a soñar en solitario, mientras sus hermanos competían con ferocidad en actividades deportivas, Grace abandonó el hogar familiar dispuesta a conquistar el mundo. Solamente tenía un objetivo en la vida: ser actriz, por lo que se trasladó a Nueva York para estudiar artes escénicas.

Después de graduarse, no tardó en ser una de las actrices preferidas del teatro y del cine. Cumplió su sueño y alcanzó la cima, pero para ello tuvo que trabajar muy duro, invertir grandes dosis de empeño y reafirmar su propia valía. Durante su estancia en Nueva York se forjó un nombre a base de aplomo y determinación, características que terminarían llevándola al otro lado del Atlántico para interpretar un papel con el que jamás habría soñado.

Grace Kelly: la estrella

Poseedora de una gran belleza y con fama de trabajadora, poco después de iniciar su carrera televisiva empezaron a llegarle ofertas del mundo del cine. El sistema de estudios de Hollywood estaba en pleno apogeo, y los directivos dictaban por contrato en qué trabajaban las actrices, dónde vivían e incluso con quiénes salían, y Grace desconfiaba de ello.

Durante los seis años siguientes, conquistó Hollywood, pero se aseguró de hacerlo a su manera. La tímida chica de Pensilvania protagonizó un éxito de taquilla tras otro, se convirtió en musa y colaboradora de Alfred Hitchcock y regaló al mundo momentos cinematográficos que perdurarían durante décadas, y todo ello lo consiguió sin sucumbir a las exigencias poco razonables de la maquinaria de Hollywood.

Ilustración de Megan Hess
Ilustración de Megan Hess.

También abandonó sus sensatas faldas de tweed y sus jerséis con rebeca a juego, y pasó a ser una de las mujeres con más estilo de todos los tiempos. Trabajó con icónicos diseñadores de vestuario para crear looks que se convirtieron en referentes culturales y perfeccionó un estilo personal que aún se admira en la actualidad. No obstante, seguía conservando su aura de misterio.

Grace Kelly: el legado

Cuando Grace Kelly aceptó la proposición del príncipe, dejó de prestar atención a las cámaras para centrarse en el papel más difícil de su vida: ser una princesa europea. Sin apenas tiempo para adaptarse a su nuevo rol, se esperaba de ella que aprendiera un nuevo idioma, que hiciera frente a las opresivas convenciones y obligaciones de la vida regia y, lo que era más apremiante para el pueblo de Mónaco, que tuviera un hijo, heredero al trono.

Además de la inmensa presión que suponía estar a la altura de las expectativas reales, los paparazzi la seguían a todas partes. Sin embargo, durante las dos décadas y media siguientes, Grace logró combatir el caos que la rodeaba con gran aplomo y nunca llegó a derrumbarse ante la presión. Mantuvo su fuerte aura de serenidad frente a la vieja tradición europea y logró cautivar incluso a los monegascos más escépticos, lo que supuso poner a Mónaco en el mapa y utilizar el principado como plataforma para defender causas que ella consideraba importantes. Aunque su corazón siempre se sintió atraído por el escenario, sabía lo que significaba ser considerada un símbolo de Mónaco y cumplió con su deber: mantener la imagen de una princesa. Nunca regresó a Hollywood.

Ilustración de Megan Hess
Ilustración de Megan Hess.

Grace Kelly: la madre

El 19 de abril de 1956, Grace Kelly contrajo matrimonio con el príncipe Rainiero III en una fastuosa ceremonia compuesta de dos partes y pasó a integrarse oficialmente en la Casa de Grimaldi como Su Alteza Serenísima la Princesa Gracia de Mónaco. Fue uno de los primeros acontecimientos que se televisaba en directo, y fue seguido en todo el mundo por treinta millones de personas. Contó con la asistencia de doscientos periodistas y los estudios MGM realizaron un breve documental de la ceremonia, que posteriormente se proyectó en los cines estadounidenses para asegurarse de que ninguno de los admiradores de Grace Kelly se perdía un evento tan señalado.

En 1958, la princesa Grace dio a luz a su primera hija, Carolina. Su hijo, Alberto, la seguiría quince meses después, y unos años más tarde, otra niña, Estefanía, completaría la familia. El futuro de Mónaco estaba asegurado, y a Grace le encantaba ser madre. Ella y Rainiero insistieron en involucrarse al máximo en su crianza, y Grace se hizo famosa por el enfoque estricto pero cariñoso que adoptaba con sus tres hijos. Durante los años siguientes, Grace se dedicó por completo a la maternidad y a las obligaciones de la corona.

Sobre la autora: la ilustradora de moda Megan Hess

Megan Hess nació para dibujar. Tras formarse en diseño gráfico y especializarse en dirección artística, trabajó para algunas de las principales agencias publicitarias del mundo y para Liberty London. En 2008 ilustró el éxito de ventas Sexo en Nueva York, de Candace Bushnell, lo cual la catapultó al plano internacional, y empezó a ilustrar retratos para The New York Times, Vogue Italia, Vanity Fair y TIME, que describieron su trabajo como «amor a primera vista». En la actualidad, Megan es una de las ilustradoras de moda más solicitadas de todo el mundo, y entre sus clientes se cuentan Givenchy, Tiffany & Co., Wedgwood, Louis Vuitton y Harper’s Bazaar.

Ilustración de Megan Hess
La ilustradora de moda Megan Hess.

El icónico estilo de Megan se ha podido ver en campañas internacionales para Prada, Cartier, Dior y Salvatore Ferragamo. Ha ilustrado en directo desfiles de moda como el de Fendi en la Semana de la Moda de Milán, el de Chopard en el Festival de Cannes de 2019, o los de Viktor&Rolf y Christian Dior Couture. Megan ha creado un look corporativo para Bergdorf Goodman (Nueva York) y una colección de bolsos personalizados para Harrods (Londres). Ha ilustrado una serie de retratos para Michelle Obama, así como otros para Gwyneth Paltrow, Cate Blanchett y Nicole Kidman. También es la artista global residente de la prestigiosa Oetker Hotel Collection.

La autora ilustra toda su obra con una pluma Montblanc personalizada a la que llama cariñosamente «Monty». Ha escrito e ilustrado varios libros, como Coco Chanel. La revolución de la elegancia, Christian Dior. La esencia del estilo, Audrey Hepburn. Elegancia natural, Historia de la moda en 100 vestidos, Nueva York a través de la moda, París a través de la moda, Estilo. Maestros de la moda italiana y Elegancia. Maestros de la moda francesa o El fascinante mundo de la Alta Costura. En España, todos han sido traducidos al español por Lunwerg.