Gerda Taro: la fotógrafa bajo Robert Capa
Gerda Taro (1910-1937) fue una fotógrafa que dedicó su carrera a cubrir conflictos bélicos, entre los que destaca la Guerra Civil española. No solo fue una de las primeras mujeres corresponsales de guerra, sino que también trabajó junto a su compañero Endre Friedmann bajo el pseudónimo de Robert Capa, uno de los fotógrafos de guerra más reconocidos del siglo XX.
Taro nació en 1910 con el nombre de Gerta Pohorylle, que más adelante se cambiaría. Vivió en Alemania en el seno de una familia judía acomodada. Ya de joven era muy activa políticamente. Con 19 años se afilió al Partido Socialista y participó en campañas antinazis, por lo que acabó siendo arrestada durante varias semanas. En 1934 huyó de los nazis hacia París por el auge del fascismo.
El origen de Robert Capa
Dado que su familia tuvo que dispersarse, Taro abandonó Alemania junto a su amiga Ruth. Durante su estancia en la capital francesa trabajó de camarera, niñera y mecanógrafa. Un día Ruth le contó que posaría como modelo para un fotógrafo, Endre Fierdmann, y que si la quería acompañar. Así se conocieron Gerda y Endre.
El joven, de origen húngaro, tenía mucho en común con ella: era judío, procedente de una familia adinerada y tuvo que desertar de su país debido a sus creencias antifascistas. Es por ello que terminó en París, trabajando como fotógrafo. Friedmann fue la única persona que llegó a captar a León Trotsky en una conferencia en Copenhague.
Ambos se enamoraron de inmediato y comenzaron a colaborar juntos. A Taro se le daba bien la publicidad y él tenía amplios conocimientos de fotografía. Así nació Robert Capa, un supuesto fotógrafo norteamericano adinerado y de total inaccesibilidad, pues solo podían comunicarse con él a través de Taro o Friedmann. Esta estrategia comercial, ideada por ella, creó misterio y atracción por el misticismo de la figura de Robert Capa. De esta forma, la pareja pudo ganar dinero en la turbulenta época de entreguerras y auge del antisemitismo.
La Guerra civil española a través de su lente
En julio de 1936 comenzó la Guerra civil española y ambos fotógrafos se dirigieron a la península de inmediato. Este conflicto fue un punto de inflexión en la carrera de “Robert Capa”. Taro y Friedmann estuvieron en primera línea de batalla, así como en retaguardia, captando cada uno de los momentos de guerra. Sus ideales políticos y su vocación artística los llevaron a acontecimientos como la defensa de Madrid o la Batalla del Ebro.
La fotografía más conocida es la mítica Muerte de un miliciano, hecha el 5 de septiembre de 1936. La famosa instantánea muestra a un hombre anarquista en el momento en el que una bala intercepta su cuerpo y lo abate. Un crudo recordatorio de los horrores de la guerra sin ningún tipo de censura. Aunque se considera una imagen icónica del siglo XX, a día de hoy todavía se especula sobre su veracidad.
Al año siguiente, Gerda Taro comenzó a trabajar en solitario y formó su propia marca: Photo Taro. Por su parte, Friedmann se quedó con el pseudónimo de Capa. En abril de 1937 la fotógrafa publicó su primer gran reportaje en Regards, en el que mostraba las atrocidades del conflicto a través de la población civil. Taro era una mujer intrépida y valiente y eso la llevó a involucrarse en escenarios peligrosos. El verano del mismo año, en la batalla de Brunete, el bando nacional arremetió con un ataque aéreo y mientras ella fue a por su cámara un tanque republicano de su mismo convoy la arrolló por accidente.
Gerda Taro y su legado en el fotoperiodismo
Tras su muerte, Taro fue llevada a Francia y sepultada en el cementerio de Père-Lachaise en París. Desde entonces, ha pasado a la historia como la primera fotoperiodista y la primera que murió haciendo su trabajo en el frente. Su fallecimiento afectó profundamente a Endre Friedmann y nunca lo superó.
Friedmann continuó trabajando en diferentes conflictos y siguió utilizando el nombre de Robert Capa. Esto aumentó su fama y la creencia de que él era el único tras el famoso pseudónimo. Es más, el fotógrafo no volvió a hablar de Taro debido a su dolor y para cuando él falleció en 1954 en Vietnam, el recuerdo colectivo de Capa se centraba solo en él. No quedó rastro de ella.
No se recuperó el personaje de Gerda Taro hasta finales de 1980 cuando entró en escena la “maleta mexicana”. Esta contenía los negativos realizados por ella en España y Friedmann ya intentó llevársela consigo cuando los nazis ocuparon Francia. Al final acabó en manos del embajador de México.
Es difícil saber quién hizo cada instantánea de Robert Capa, ya que la pareja firmaba bajo el mismo pseudónimo. Por ello, se le fue atribuyendo la autoría única a Friedmann muy a su pesar. Incluso en algunas exposiciones actuales se sigue sin hacer mención de Taro.
Sin embargo, el trabajo conjunto de ambos artistas dejó un legado para los reporteros de guerra y los fotoperiodistas. Y Gerda Taro se ha convertido en un referente contra los estereotipos de género, evidenciando que las mujeres son capaces de realizar un papel importante como periodistas y fotógrafas en conflictos bélicos. Una labor por la que perdió la vida y por la que merece ser recordada.
Foto de portada de Marina Ginestà realizada por Robert Capa (Gerda Taro y Endre Fierdmann).