‘Esto te va a doler’: el rostro más crudo de la ginecología
Esto te va a doler es una teleserie dirigida por Lucy Forbes y Tom Kingsley. Basada en la novela autobiográfica homónima del doctor Adam Kay. Se narran las experiencias del ginecólogo junto a su compañera Shruti. Un retrato de la sanidad pública en Reino Unido. Que muestra la cara más dura y real de la misma.
Ben Whishaw interpreta al doctor Kay. Una interpretación compleja llevada a cabo de forma exquisita. Junto a él, la imprescindible Shruti es encarnada por la brillante Ambika Mod. El doctor y la doctora componen un tándem perfecto dentro del ámbito de la ginecología. Trabajando en un hospital público de Reino Unido. Y enfrentándose a complicadas situaciones para afrontar. Con un tono de humor ácido se aborda una temática compleja. Contada, además, desde las experiencias personales del doctor Adam Kay. Recurso narrativo que es perfectamente reflejado a través de la ruptura de la cuarta pared.
Esto te va a doler: La desmitificación de la maternidad y la ginecología
Dentro de la medicina, una de las especializaciones es la de la ginecología y obstetricia. Dicho campo se dedica a la atención de los embarazos y partos, así como cualquier otro tipo de patología o revisión rutinaria – y recomendada – en relación con el útero, vagina y procesos hormonales relacionados.
Este sector de la medicina ha estado normalmente relegado a un segundo plano. A lo largo de la historia, la importancia de las revisiones ginecológicas siempre ha sido escasa. Limitándose normalmente a las funciones reproductivas. Algo estrechamente relacionado con la falta de perspectiva de género en cualquier ámbito de estudio.
En este sentido, la teleserie británica se acerca a otros asuntos y sectores etarios que requieren de atención ginecológica. Desde patologías de los ovarios, hasta el prolapso uterino. Realidades que no han sido abordadas en pantalla antes de forma tan real. La maternidad ha estado normalmente romantizada.
Esto te va a doler hace honor al título y muestra la parte más cruda del momento anterior, presente y posterior al parto. Dicho aspecto se lleva al extremo con imágenes que incluso provocan que la audiencia retire la mirada por unos segundos. Explícitas ilustraciones del momento del parto tan crudas como reales.
La sanidad pública y la sanidad privada en el punto de mira
Uno de los mayores aciertos de la teleserie es la crítica hacia la escasa inversión en sanidad pública. La realidad mostrada en pantalla es dura y desoladora. La falta de inversión en sanidad en Reino Unido. Perfectamente extrapolable a cualquier Estado. El hecho de tener que parir acarrea ciertas cargas mentales y físicas. Y el tener que hacerlo en un ambiente precario empeora la situación.
Esta crítica va unida a la mirada y análisis de la sanidad privada. El cuestionamiento al sistema capitalista que contiene en su propia definición el poder acceder a servicios de calidad a través del encarecimiento de los precios. Sin embargo, la teleserie basada en la experiencia real del doctor Kay muestra todo lo contrario. Se esboza una crítica ácida hacia el sistema. Así como de la romantización del trabajo sanitario.
Este rasgo además se ha sacado a la luz tras la incursión de la pandemia en la sociedad. Situación que ha provocado que la ciudadanía observe la sanidad desde otro prisma. Valorando el trabajo indispensable de lo/as sanitario/as. Así como su gran responsabilidad y servicio hacia la sociedad.
Shruti, el personaje secundario que se convierte en indiscutible protagonista
Junto a Adam, destaca el personaje de Shruti. Imprescindible figura para sustentar la calidad de la serie. Una mujer india que encarna en su persona la intersección de múltiples opresiones. Por género y etnia, junto a la propia opresión que sufre por su profesión y rango. Su personaje es uno de los más ricos de la serie.
Ambika Mod interpreta el papel de forma magistral. Representando de forma espléndida un arco narrativo repleto de subidas y bajadas. Un retrato fiel y duro sobre la experiencia de trabajar como ginecóloga en un hospital público. Así como las presiones ejercidas sobre ella. Tanto desde el sistema, como desde sus propio/as compañero/as y pacientes.
El personaje de Shruti encarna el concepto de interseccionalidad a la perfección. Teniendo además como eje central la idea romántica de la profesión. Esa misma idea que la propia serie busca desmantelar. Una mirada hacia la medicina totalmente necesaria. Que pone en valor el trabajo del colectivo que más trabajó durante la pandemia en todo el mundo. Colectivo que además se ve damnificado en muchas ocasiones. Tanto desde el sistema como desde lo/as propio/as pacientes. Sin embargo, también la teleserie pone en el foco las experiencias de las pacientes. Mujeres que son atendidas por doctore/as que están agotado/as. Algo que puede repercutir en el tratamiento y atención que reciban.
El círculo vicioso de la falta de inversión en sanidad que afecta directamente a la salud. Salud que además se ve incluso más perjudicada cuando se trata de mujeres y su atención en ginecología.
En relación con esta perspectiva de género, además, es destacable la representación de la orientación sexual de Adam. Una construcción anacrónica del hombre que oculta su homosexualidad por miedo al rechazo. Sin embargo, y desafortunadamente, esto no es más que un reflejo de la realidad que el doctor tuvo que experimentar a principios del siglo XXI.
En definitiva, una serie que hace reflexionar a la audiencia sobre una realidad muy dura. Eliminando los tonos pastel que alguna vez tiñeron las inmediaciones de los hospitales. Añadiendo tonalidades más frías y sabores más ácidos. Que aportan el matiz necesario para lanzar una mirada sin filtros hacia la ginecología.