Entrevista a Olga Molina, la ilustradora del Mediterráneo
Hay amores que se encienden de un chispazo, de una mirada de soslayo, de una caricia improvisada. Hay otros que se cuecen a fuego lento, que reposan con los años y se convierten en cómplices compañeros de batallas. El amor de la artista e ilustradora catalana Olga Molina con el Mediterráneo, su mar, conjuga la pasión de los flechazos con el arrullo del mar con el paso de los años. Ese mar y la vida en sus costas es lo que inspira la mayor parte de la obra de esta artista, que captura como nadie el alma mediterránea.
En estos momentos tendría que estar viajando rumbo a otros mares más fríos. En concreto, al Círculo Polar Ártico, para ilustrar un estudio de la Universidad de Umeå (Suecia) sobre el cambio climático. Sin embargo, la pandemia ha dejado el proyecto en pausa. Otros proyectos ocupan su mesa de trabajo llena de colores. Charlamos un ratito con ella sobre su trabajo y novedades.
Hablamos con Olga Molina, ilustradora
– Hola Olga, ¿cómo estás y dónde te encuentras?
Estoy pasando unos días en la Costa Brava, uno de mis lugares favoritos en el mundo. Descansando, pero también dibujando. Ahora mismo, mientras hablamos, estoy en la orilla del mar. Así que imagínate…
–¡Qué envidia me das! Precisamente, el Mediterráneo es uno de los grandes protagonistas en tu obra…
Sí, mi inspiración viene de mis vivencias, de mi entorno…, y en ese entorno está el Mediterráneo. Me gusta dibujar aquello que es más cercano a mí, con lo que me siento identificada. Cuando comencé con la ilustración pintaba, sobre todo, durante mis viajes: en Asía, Marruecos… Pero después regresé a lo más cercano, porque considero que es importante que te sientas identificada con lo que estás dibujando.
Me gusta dibujar aquello que es más cercano a mí, con lo que me siento identificada.
Olga Molina, ilustradora
–¿Cuándo comenzaste a ilustrar? Creo que fue una vocación tardía ¿Es así?
En realidad, siempre he pintado, desde pequeñita. Después estudié restauración pictórica y trabajé como restauradora unos cuantos años. Y aunque he trabajado en otros sectores, nunca he dejado de pintar y de hacer exposiciones. También he seguido formándome, por ejemplo, en grabado, y he seguido explorando con las líneas, las sombras y los colores.
Fue a los 37 años cuando comencé a ilustrar después de estudiar un postgrado en Ilustración. Practiqué mucho y conseguí encontrar el equilibrio entre lo que, de forma innata, hacía mejor y lo que me gusta; creo que encontrar ese equilibrio es muy importante para cualquier artista.
–Sé que es complicado, pero ¿cómo definirías tu estilo artístico actual?
Teniendo en cuenta que venía de la restauración pictórica con la que eres capaz de reproducir de forma exacta cualquier obra, los colores exactos, etc., busqué la forma de aprovechar ese aprendizaje para crear dibujos más “imperfectos”. Con la acuarela, que es normalmente lo que utilizo, conseguí el estilo que estaba buscando. La acuarela no la controlas del todo y aparecen “errores”. Esos errores o falta de control es lo que me gusta, lo que hace las obras más imperfectas y personales. Definiría mi estilo como fresco y con mucha luz, por la acuarela y los colores que utilizo.
La acuarela no la controlas del todo y aparecen “errores”. Esos errores o falta de control es lo que me gusta, lo que hace las obras más imperfectas y personales.
Olga Molina, ilustradora.
–¿Cuál de tus trabajos te ha dado mayores satisfacciones?
Tengo un especial cariño al cartel que hice para el 30 aniversario del Festival Internacional de Blues de Cerdanyola del Vallès, ya que tiene una fuerte carga simbólica. Quería reivindicar de alguna manera el necesario papel de la mujer en la música, en el blues en particular, porque sigue estando infrarrepresentada. De ahí que escogiera la imagen de Rosa Parks y su acto de valentía en el autobús de Montgomery y añadiera una guitarra a su lado. Puedes ver el cartel aquí.
–¿En qué estás trabajando ahora? ¿Tienes en mente crear un álbum ilustrado?
Estoy “dándole una vuelta” a todo el packaging de las ilustraciones que vendo a través de la tienda online. Quiero que sea biodegradable, así que estoy eligiendo el proveedor más adecuado. Todas estas gestiones llevan mucho trabajo, más allá de pintar.
En cuanto al álbum ilustrado, de momento no me he planteado una historia que ilustrar, pero es algo que no descarto si llega un proyecto en el que mi ilustración pueda encajar.
–¿Algún proyecto cancelado o pospuesto por la pandemia?
Sobre estas fechas tenía que viajar al Círculo Polar Ártico e ilustrar un estudio de la Universidad de Umeå (Suecia) sobre el cambio climático, a partir del estudio del subsuelo y las aguas subterráneas. Quizás podamos retomarlo el año que viene. También estoy preparando las clases que imparto de ilustración creativa en mi estudio y que comenzarán en breve.
–Gracias Olga. Hasta otra y suerte con tus nuevos proyectos.
Gracias a vosotros y suerte con la revista.
Cuestionario furioso de Olga Molina
Película favorita: Little Miss Sunshine.
Serie favorita: The Young Pope.
Cantante, músico o grupo favorito: Antònia Font.
Artista favorito: Edward Hopper.
Cómic favorito: Persépolis, de Marjane Satrapi.
Miedo tecnológico: anteayer cené en una terraza con unos amigos. Al lado, una pareja de poco más de 20 años que ni se hablaban ni se miraban. Ella tan solo sonrió radiante cuando él le tomó varias fotos mostrando su paella. Después comieron mirando sus smartphones. Me cagué de miedo.