Entrevista a Claudia Costafreda, de ‘Veneno’ a ‘Cardo’ y tiro porque me toca
Claudia Costafreda es una de las directoras y la guionista, junto a Ana Rujas, de Cardo. Ella trabajó en los guiones de Veneno y suyos son dos de los cortometrajes más interesantes y personales de los últimos años, Néboa y Benidorm 2017.
Su forma de dirigir es directa, original y fuera de esa corriente de nuevos directores que salen de las escuelas de cine con ganas de ser ellos mismos los que llamen la atención, en vez de las historias que están contando. Su dirección es perfecta y totalmente acertada para sus historias. Historias duras que, como la vida, no están exentas de vergüenza y humor.
Su mirada como directora y su talento como guionista, la convierten en una de las voces a tener en cuenta para estar al día de lo más arriesgado y valiente del panorama audiovisual.
Estamos convencidas de que la maravillosa, dura y adictiva, Cardo, solo será la punta del iceberg de lo que estará por llegar.
Hablamos con Claudia Costafreda
– ¿Dónde estudiaste?
Estudié en la ESCAC el Grado en Cinematografía. Lo pasé muy bien y, además, allí fue donde conocí a la gente que me acompaña en mis proyectos, los técnicos en los que más confío y muchos de mis mejores amigos. Lo que me ha dado la ESCAC, es una familia.
– ¿Cómo ha sido pasar de dirigir cortometrajes a dirigir una serie como Cardo?
Ha sido tan natural que no me he dado cuenta. Hacía tiempo que había dirigido Benidorm 2017, mi segundo corto, así que estaba un poco desentrenada, pero con mucha preparación y el equipo que me apoyaba, no hubo problema. El cambio fue algo incomparable, son dos tipos de proyectos muy diferentes, pero me he sentido muy cómoda en la serie. No he sentido que me viniera grande. Creo que, al venir de escribir los guiones, ya tenía bastante claro cómo quería hacer las cosas. Eso ayudó bastante.
– En Veneno trabajaste con Los Javis como guionista, ¿cómo los conociste?
Los conocí a raíz de mi segundo corto. Los Javis estaban buscando para la serie Veneno nuevas “voces”, guionistas jóvenes que estuvieran emergiendo, y tanto Yolanda Ramos como Tamar Novas, que fueron los protagonistas de Benidorm 2017, les hablaron de mí. Me contactaron, nos reunimos en Madrid y decidí mudarme.
Me cogieron para la serie y aquí sigo. Hemos hecho un grupo muy guay trabajando. Es triste, porque estaría muy bien que en Barcelona también pasara esto, pero aquí hay mucha industria. Hay muchos proyectos. En Madrid está como toda la efervescencia del audiovisual.
– En los 90 se rodaba mucho en Barcelona y ahora todo pasa por Madrid, ¿no?
Como la calidad de las series para plataformas está subiendo, parece que todo se ha vuelto como más cinematográfico. Supongo que en Barcelona se hacía lo más artístico y en Madrid lo más televisivo, pero ahora todo se está empezando a mezclar un poco. Aquí están creciendo voces muy talentosas y originales.
El equipo técnico que tuvimos para Cardo, fue mitad de Barcelona y mitad de aquí. Una parte viene del equipo de Los Javis, de Suma Content, que son amigos que hemos conocido a raíz de Veneno y eso y después, hay otra parte del equipo, como puede ser el otro director, Lluís Sellarès, el director de foto, Carlos Rigo o la montadora, Ana Benzal que ya vienen de nuestro mundo ESCAC.
No tuvimos ningún problema por parte de ninguna de las productoras ni la cadena en proponer nosotros a la gente que lo iba a hacer mejor.
– ¿Qué es lo que más os importaba contar en Cardo?
No hay un tema en concreto. Sí que hay como una sensación de que no hay conclusiones. De no saber en qué consiste vivir. De sentir una sensación de vacío. Sentir que te auto engañas mucho. Creo que es algo que te identifica. Vamos tirando adelante sin mirarnos a nosotros mismos, por eso también hay tanta ansiedad y tanta depresión. El sistema te obliga a tener objetivos, tener ambiciones, a ser alguien.
El sistema te empuja. Cuanto más dinero y recursos tienes, también tienes más oportunidades. Si naces en un sitio o naces en otro, tienes otras. Tiene que ver con la rueda del propio sistema. El ser productivo.
Hay que responsabilizarse de las decisiones de mierda que tomamos, pero sí que se te empuja a ser alguien. Por eso existen los colectivos marginales o los referentes. Por eso somos esclavos de ciertos modelos de cuerpo o de belleza. Son muchas cárceles invisibles en las que convivimos, y hacemos lo que podemos.
María, la protagonista, es víctima de todo esto. Ella y el resto de los personajes que aparecen en la serie. María es la que está peor, a priori, pero todas se auto engañan de alguna forma.
Ese es el motor de la serie.
– ¿Hasta qué punto hay experiencias reales en Cardo?
Pues tampoco hay muchas. Hay algunas experiencias reales que nos han inspirado para ficcionar otra cosa. No es una serie de auto ficción. No es la vida de Ana Rujas, ni tampoco es mi vida. Es una cosa inventada, pero sí que es verdad que ha vivido mucho de anécdotas. De sentimientos y emociones que sí que vienen de la vida real.
– Los diálogos de Cardo, son súper naturales. ¿Son así, con sus puntos y sus comas, o hay mucha improvisación por parte de las actrices y actores?
El texto se lo hacían suyo los actores. También es verdad que escribimos Ana y yo juntas. Ella es actriz, es la protagonista y dialogar con ella ha sido muy divertido porque te vas a cómo lo diría ella. Es algo que queda bastante definido en guion, pero, aun así, que cada uno diga lo que quiera y cómo quiera.
Siempre que el significado fuera el mismo, todos los actores se podían sentir libres de decir las frases como quisieran. No somos de guion de hierro. Para nada.
– ¿Os planteáis una segunda temporada?
Bueno, nos gustaría, sí, ¿por qué no? Nos gustaría poder continuarla sin replicar lo mismo. Si hacemos una nueva temporada es para abarcar nuevos terrenos narrativos. Hay que reflexionarlo, pero sí, las ganas las tenemos.
– ¿Os imaginabais que Cardo iba a tener tan buena aceptación?
No somos muy conscientes, estamos un poco en una nube. No nos lo esperábamos, pero a la vez tenemos una sensación de que tampoco ha sido como una gran sorpresa. Quizá dentro de dos semanas nos pondremos a gritar y diremos, “¡hostia qué fuerte!”.
Está siendo como una sensación rara. Llevar casi dos años con una cosa y que de repente lo esté viendo todo el mundo te pone en un punto vulnerable, aunque todo está yendo bien. Es una sensación muy difícil de describir, pero finalmente estamos contentísimas. La verdad es que está yendo genial.
Hay mucha gente que se siente identificada con el vacío. Que agradecen que se haga una serie diferente y atrevida. Sobre todo, eso es lo que ponen mucho en valor, que haya una mirada muy autoral en la serie. Eso se agradece, ya que nos encontramos con muchos productos prefabricados.
Después hay otra gente que dice que si esto es un retrato generacional, que vaya mierda, que son todas unas drogadictas (risas).
– ¿Qué tipo de cine es el que te gustaría ver?
Quiero ver variedad. Quiero ver miradas, cosas distintas. Me gusta que exista Libertad, de Clara Roquet o Espíritu Sagrado, de Chema García Ibarra. Hay un panorama español muy interesante y creo que se puede ser un poco optimista.
Después, este año está Titane, que también es una locura de género que mantiene una mirada propia.
El cine que quiero ver es cine honesto. Cine que nazca de cada autor con total libertad.
– ¿Y el cine que te gustaría hacer?
Me gustan las historias muy emocionales e intimistas, pero que tengan componentes muy peculiares. Me gusta mucho el mundo de la cultura popular. También me gustan mucho los 2000. Me gustan esos submundos curiosos que se crean en España. El mundo de la televisión… Estoy escribiendo un largometraje que es un crucero… Bueno, no dejan de ser contextos y premisas, lo que me gusta es explicar historias de personajes que me interesan y que creo que tienen algo que contar.
– ¿Cómo ves la figura de la mujer en el mundo del cine?
Creo que cada vez hay más hueco para las mujeres, pero falta mucho. Las directoras sí que estamos más de moda, y ahora nos llaman todo el rato porque hay pocas, pero en otros departamentos que no son tan mediáticos, como la fotografía o el sonido, no es así. Aún hay mucho machismo en los equipos de cine. Hay que potenciar con esas directoras de fotografía, sonidistas y guionistas.
Las mujeres y hombres que nos dedicamos a esto, tenemos la responsabilidad de cambiar las cosas, de intentar que eso deje de ser así. En Veneno, por ejemplo, en cada departamento había una persona que era trans. Hay que responsabilizarse.
Queda mucho que hacer, pero no creo que sea circunstancial ni excepcional lo que está pasando ahora. Hay esperanza.
Cuestionario Furioso de Claudia Costafreda
Película favorita: Hierro 3, de Kim Ki-duk.
Serie favorita: Big Little Lies, de HBO.
Libro favorito: Canto yo y la montaña baila, de Irene Solà.
Cómic favorito: Detective Conan, de Gōshō Aoyama.
Cantante, grupo o músico favorito: Madre Deus, es un grupo portugués que me recuerda a mi infancia y me hace sentir muchas cosas.
Artista plástico favorito: Camille Claudel.
Miedo tecnológico: La información que tienen de nosotros sin que demos permiso y sin que seamos conscientes.