‘Ellas dan el golpe’: la cautivadora adaptación queer de la película de los 90 llega a Amazon Prime Vídeo
En 1992 se estrenó la película de Penny Marshall Ellas dan el golpe. El pasado 12 de agosto llegó a Amazon Prime la adaptación homónima. Una serie mucho más diversa y contemporánea, pero que no deja atrás su contexto real. En 1943, mientras los hombres van a la guerra, se forma una liga femenina de béisbol. Una serie tan fresca como cautivadora, que refleja la realidad de la época en Estados Unidos desde una perspectiva feminista y queer.
La serie está creada por Will Graham y Abbi Jacobson, también actriz protagonista. La humorista, actriz y creadora, aporta el toque fresco y de comedia necesario para elevar la calidad de la serie. Junto a ella, un reparto excelso ocupa los demás puestos. Personajes construidos de forma compleja y acertada que van completando el equipo de béisbol de las Peaches.
Todas ellas, sin embargo, son mujeres blancas. Y es que, en aquella época, la inclusión de mujeres en la liga femenina todavía no abarcaba a aquellas de etnia negra. Chanté Adams es la soberbia actriz que encarna uno de los papeles más complejos: Max Chapman. Una mujer negra de clase baja que busca desesperadamente conseguir su sueño: ser lanzadora de béisbol profesional.
Con esta combinación, y la maravillosa forma de representarla, se crea un reparto coral queer perfectamente cuidado. El cual conforma la pieza necesaria para hacer rodar la serie sin complicaciones. Como piedra angular de la misma: la interseccionalidad esbozada por Kimberlé Crenshaw. Donde los colectivos oprimidos van ocupando los espacios dejados atrás por los hombres que fueron a la guerra. Espacios que nunca más volverán a ser como eran antes. Porque el feminismo y el movimiento queer, llegaron para quedarse.
Ellas, las protagonistas de una serie donde la interseccionalidad se sitúa en el centro
En la película de 1992 Ellas dan el golpe (Penny Marshall), la directora narra la historia de un equipo de béisbol femenino. Una nueva liga creada debido a la marcha de los hombres a la guerra en el 1943. Tal y como funcionaron las cadenas de cuidados, cuando los hombres se fueron a la guerra, las mujeres ocuparon también sus espacios en las fábricas y otros lugares de trabajo.
Al cambiar ellas de rol, las mujeres negras o de otras etnias fueron las que ocuparon los espacios domésticos. Esta realidad, fundamental para las teorías y movimientos feministas, es expuesta de forma excepcional en la serie de Amazon. Al igual que en la película, el equipo de béisbol se compone de mujeres blancas. Sin embargo, en paralelo, se presenta la historia de Max Chapman, una mujer negra que también persigue el mismo sueño: ser lanzadora de béisbol profesional.
Esta, es interpretada por una impecable Chanté Adams. Lo más relevante reside en que su camino para llegar hasta el mismo destino es mucho más arduo. Y esto se plasma a la perfección en el relato construido por Will Graham y Abbi Jacobson. Junto a ella, su mejor amiga se construye como la imprescindible Clance Morgan. Papel interpretado a la perfección por Gbemisola Ikumelo. Aportando el toque fresco de humor, así como otra perspectiva de las mujeres negras en aquella época.
La interseccionalidad se sitúa en el centro de la trama argumental. Brindándole la importancia que requiere, a la intersección de categorías oprimidas. Ser mujer, queer, negra y de clase baja. Una amalgama de etiquetas que en aquella época – y desafortunadamente actualmente -, resultaban en una vida llena de opresiones y discriminaciones. La serie no edulcora la realidad. Sino que la enfoca desde una perspectiva más positiva y esperanzadora, erigiendo a cada una de ellas como protagonista de la serie, y de su propia vida. También las etnias latinoamericanas son perfectamente abordadas a través de los personajes de Esti González por Priscilla Delgado, junto a Lupe García, encarnada por una sublime Roberta Colindrez.
Completando el triángulo con Lupe y Esti, aparece el personaje de Jess. Otra mujer que rompe con los patrones normativos de género que una mujer debía seguir. Encarnada a la perfección por la actriz Kelly McCormack. En la misma línea se sitúa Jo de Luca, bateadora estrella interpretada por una incuestionable Melanie Field. En primer plano y con un rol más protagonista encontramos a la propia creadora Abbie Jacobson en el papel de Carson Shaw. Así como D’Arcy Carden con el personaje de Greta Gill. Ambas, sin embargo, aunque también con interpretaciones estelares, no hacen sombra a ninguna de las demás.
Porque la sororidad es uno de los pilares fundamentales de la serie, no solo en el argumento, sino en el propio desarrollo y planteamiento de este. Ofreciendo a cada una su rol imprescindible dentro del relato esbozado. Kate Berlant, de hecho, al igual que Molly Ephraim, son personajes secundarios que son esenciales para el reflejo completo de la sociedad. Encarnadas respectivamente por unas sobresalientes Kate Berlant y Molly Ephraim.
Ellas dan el golpe: película y serie, transgresión y progreso en una adaptación muy cuidada
Si los personajes secundarios son imprescindibles para el sustento de la trama, es esencial hacer referencia particularmente a la figura de Bertie. Sin etiquetas, sin acrónimos, se construyen personajes muy completos y diversos que aportan una perspectiva queer a la serie brillante. Con el actor no binarie Lea Robinson se da vida al personaje de Bertie. Uno de los más importantes en la historia y vida de Max, y también uno de los más ricos en diversidad, así como representación de libertad a través del reconocimiento de identidad.
A la película estrenada en el año 92, se les añaden a las gafas violetas un filtro mucho más colorido y transgresor. Uno que incluye todas las tonalidades. Sin ostentación ni alegatos extravagantes. Sino con humanidad. Con rostros que reflejan la necesidad de ser felices tal y como son. Con relaciones que se van forjando a lo largo de la serie de forma excepcional. Y arcos narrativos que, al mismo tiempo, van constituyendo a cada personaje. De forma individual y en conjunto. Incluso la sororidad explícita que se muestra en el filme es llevada al máximo exponente en la actual adaptación.
Además, junto a ello, no se deja de lado el béisbol. El deporte se representa de forma acertada. Con secuencias que muestran las jugadas de forma clara e incluso hacen entender y disfrutar a la audiencia de cada partido narrado. El rol del entrenador interpretado por Tom Hanks en la película, también es subvertido en la presente serie.
Una serie queer extraordinaria repleta de drama, risas, amor y béisbol
En un presente donde el catálogo audiovisual de las plataformas parece escasear en calidad y originalidad, se agradece encontrar series como Ellas dan el golpe. Siendo además una adaptación de un filme de los años 90, la sorpresa – positiva – al visionar la serie es inevitable.
Una serie incuestionablemente queer que pone el foco de atención en las relaciones interpersonales. Así como la felicidad y el amor como conceptos fundamentales para el reconocimiento de las identidades. El miedo a aquello que no se conoce, que solo se afronta mirándolo a los ojos y dándote cuenta de que las diferencias no nos alejan, sino que pueden enriquecernos.
Porque el objetivo nunca fue ganar. Sino tener un equipo con el que poder compartir cada derrota, y celebrar cada victoria.