Élite, la cuarta temporada se pone al rojo vivo
Me puse a ver la cuarta temporada de Élite sin demasiado interés. Me cansa un poco tanto morrito-cachete-morrito rollo instagram todo el rato. Pero tengo que decir que después de un primer capítulo bastante descafeinado, la cuarta entrega de los niños pijos de Netflix engancha al máximo. Hay tanto, tanto, tanto refrote por aquí y por allá y venga que otra vez me enrollo y me vuelvo a enrollar, vamos a decirlo claro, tanto fornicio por doquier, que chica, creo que con el exceso han dado en la clave para conseguir una temporada bastante entretenida; eso sí, también muy poco original.
Sube la temperatura
Estos de Élite me han dejado abrumada con tanto meneo. No es que yo sea una puritana, no te vayas a pensar, pero la cuarta temporada de la serie es capaz de ruborizar a cualquiera. Vaya tela con estos muchachos; no pierden ocasión de ‘enroscarse’ (palabra homenaje a mi abuela que sirve para todo aquello que incluya refrote, lengua y/o carne apretada) donde y cuando haga falta. Con Élite 4 suben la temperatura unos grados más, respecto a otras entregas que ya venían calentitas, y cada episodio es una nueva excusa para mostrar carne. Esclarecer el caso, que se va dilucidando en flashforwards a lo largo de toda la serie, ciertamente, pierde protagonismo e interés, y se multiplican las escenas de follanga.
Esta temporada sigue idéntica estructura respecto a las anteriores. Se produce un hecho traumático que se sitúa en un futuro cercano. A medida que avanza la trama, se nos van desvelando algunas pistas que nos hacen señalar con el dedo acusador a unos y a otros. Todos son sospechosos. Nos colocamos como espectadores en el papel de la policía que intenta descifrar las claves del caso. Pero estos niños y niñas de papá, a excepción de algunos pocos becados, no están dispuestos a tirar sus prometedoras vidas por la borda, así que harán lo que haga falta por escurrir el bulto…
Élite 4: mucha carne y poca originalidad
Estoy muy de acuerdo con mi compañera Silvia Panadero cuando dice en este artículo que Élite es mala, pero que engancha un montón. Sin darte cuenta, encadenas episodio tras episodio y no puedes parar hasta llegar al final. Lo mismo ocurre con esta cuarta temporada. Élite 4 no deja de ser más de lo mismo: un asesinato (o casi) en un instituto internacional de élite; diferencias entre clases sociales; capacidad de superación de los alumnos y alumnas con menos recursos y líos afectivo-sexuales entre los protagonistas.
Está más claro que el agua que esta cuarta entrega se ha hecho por dinero. Con la legión de fanes que tiene la serie alrededor del mundo, Netflix y sus creadores no podían dejar pasar la oportunidad de seguir explotando a la gallina de los huevos de oro. No les culpo, ni lo critico, solo que comienza a ser complicado entrar en la serie y sacarle sentido a algunas tramas que ya están pasadas de vuelta.
La serie es más bien mala, no te digo que no, aunque muy entretenida. Por eso hay que verla como quien tiene una tarde tonta y se engancha a Sálvame, encadena con First Dates y se come hasta el rosco de Pasapalabra. Mira, que un día de telebasura lo tiene cualquiera, o dos o tres, y no todo van a ser obras excelsas y elevadas a lo Rohmer o Lars Von Trier. A mi Élite 4 me ha hecho disfrutar y me ha gustado bastante. Hala, ya lo he dicho. Engancha una barbaridad y te deja la mente plana como una tabla. Por eso es mi guilty pleasure del verano…y de los que más he disfrutado últimamente. Eso no quita, como decíamos, para que adolezca de una falta de originalidad pasmosa y recuerde peligrosamente a otras grandes producciones. Te cuento más.
8 capítulos intensos y un final a lo Big Little Lies
Si no has visto la serie y tienes intención de hacerlo, huye ahora mismo de este artículo (te propongo este otro como alternativa), porque los siguientes párrafos pueden contener spoilers.
El primer episodio es muy flojo, tanto que puedes tener la tentación de dejar de ver los siguientes. Se nota demasiado ese querer estirar un chicle que ya no da más de sí, e incluso el hastío con el que parece que sus creadores se enfrentaron a esta cuarta temporada.
Pero después del comienzo, todo comienza a ponerse más interesante e intenso. La temporada mejora con cada episodio en cuanto a ritmo. El personaje de Ariadna (Carla Díaz) es, en esta ocasión, la víctima. Ha sido brutalmente atacada y hay que encontrar al culpable. Durante la mayoría de la serie pivotamos entre Samuel (Itzan Escamilla) y Guzmán (Miguel Bernardeau) como culpables, aunque también parece colarse en la quiniela Mencía (Martina Cariddi), la hermana de Ariadna en la ficción.
Sin embargo, el desenlace va por otros derroteros y los guionistas se fijan en otro personaje para aportar luz al suceso. La pega es que este final recuerda mucho al de la primera temporada de la serie Big Litte Lies. Hasta la puesta en escena final es bastante similar. Una fiesta de Nochevieja, es de noche, un forcejeo, un lago al que precipitarse en lugar de unas escaleras… Eso sí, en el caso de Élite 4, el final carece de la fuerza y argumentos que veíamos en la serie de HBO. En lo que sí coinciden es en la unión del grupo contra el lobo con piel de cordero y en el encubrimiento del asesinato.
La quinta temporada de Élite
La quinta temporada de Élite está confirmada y ya está en rodaje. Tras el final de la cuarta temporada, muchas tramas han quedado abiertas y pendientes de continuidad. La trama clave del desenlace final en el lago; la relación de Omar y Ander que queda en el aire por el viaje que emprende Ander con su amigo de la infancia Guzmán; una relación incipiente entre Ari y Samuel; la relación bastante chunga de Cayetana y Philippe, etc.
La quinta temporada se ha rodado al acabar el rodaje de la cuarta, lo que significa que en los próximos meses, probablemente, podremos ver la quinta entrega de los chicos y chicas de Las Encinas. Se estima que será durante el primer semestre de 2022, aunque no está confirmada ninguna fecha. En esta nueva temporada podremos ver nuevos rostros que se incorporan a la serie como el de la argentina Valentina Zenere y el brasileño André Lamoglia para recuperar la esencia internacional de la serie.
¿Nos engancharemos también a la quinta? Si ya has visto la cuarta temporada, cuéntanos en comentarios qué te ha parecido.
¡Saludos furiosos!